La Coordinadora de Feminismos realizó este lunes una nueva alerta feminista en el Centro de Montevideo para denunciar dos femicidios que tuvieron lugar la semana pasada. Miriam Sosa tenía 39 años y fue asesinada a puñaladas por su ex pareja durante la madrugada del jueves en una vivienda del barrio de Capra. El femicida también mató a quien era el actual novio de la mujer y después se suicidó.

El agresor tenía denuncias previas de violencia doméstica y una orden de restricción vigente desde el 12 de junio. El hijo de la mujer dijo a la prensa que su madre había visto el miércoles a la noche al hombre cerca de su casa y llamó a la Policía para dar aviso de la violación a las medidas restrictivas, pero no hubo respuesta. También trascendió que Sosa había solicitado protección policial en otras ocasiones. El Ministerio del Interior inició el fin de semana una investigación administrativa en la Jefatura de la zona operacional III de la Policía de Montevideo y la dirección departamental de Violencia Doméstica y de Género para determinar por qué no hubo seguimiento.

Mariza Severo tenía 47 años y fue asesinada por su pareja en la noche del viernes en el barrio San Miguel, departamento de Artigas, en plena vía pública. El femicida apuñaló a la mujer, la atropelló con su vehículo y luego se dio a la fuga. Horas más tarde fue ubicado y detenido cerca de una terminal de ómnibus. El sábado fue imputado por un delito de homicidio muy especialmente agravado por femicidio y se le ordenó prisión preventiva por 180 días, mientras se prepara la audiencia para el juicio de condena.

Al igual que el femicida de Sosa, el hombre tenía una orden de restricción por denuncias previas de violencia doméstica vigente desde el 24 de junio. Sin embargo, pese a la medida cautelar, el agresor no tenía tobillera electrónica y la mujer tampoco contaba con custodia policial, lo cual dificultó el seguimiento que se suele hacer en estos casos, aseguró el vocero de la Jefatura de Artigas, Alex Arregin, a Montevideo Portal. Dijo además que no se cuenta con la cantidad suficiente de tobilleras para los casos de violencia de género. Por otro lado, afirmó que esta situación particular “no revestía entidad porque era una relación a la que habían vuelto y tenían cuatro hijos” en común.

Decenas de personas marcharon el domingo en Artigas para condenar el femicidio de Severo. En ese marco, una de las hijas de la mujer contó que su madre había denunciado al hombre porque la había amenazado con un cuchillo. Sin embargo, dijo que se negó a tener custodia policial porque sentía que era como “estar presa”. La joven agregó que su padre “es un ser sin corazón y no tiene arrepentimiento ninguno”.

La alerta feminista de este lunes se trasladó desde la Plaza Cagancha hasta la explanada de la Intendencia de Montevideo. Allí, las decenas de mujeres reunidas leyeron de manera colectiva la proclama en la que cuestionaron especialmente el hecho de que los dos femicidas ya tuvieran denuncias previas ante la Justicia. Al mismo tiempo, recordaron los 15 casos de femicidio registrados en lo que va del año, según el conteo de la Coordinadora de Feminismos.