Esmeralda Ferraz tenía 14 años y era buscada por la Policía de Tacuarembó desde el 31 de agosto, luego de que la familia denunciara su desaparición. En la madrugada de este miércoles encontraron su cuerpo enterrado en un monte ubicado a unos 200 metros de su casa. El hallazgo se produjo después de que el tío de Esmeralda confesara el femicidio. El hombre, de 31 años, llamó la atención el martes de noche cuando ingresó a un hospital local por una ingesta de medicamentos para animales, en lo que parecía haber sido un intento de suicidio. Allí mismo fue interrogado por la Policía y terminó confesando que violó a su sobrina, la estranguló y luego la enterró en un monte cercano a su vivienda, donde finalmente fue hallado el cuerpo.
La fiscal del caso, Claudia Lette, dijo en una conferencia de prensa que pidió que se le realicen pericias al femicida para determinar si existen marcas en su cuerpo que indiquen algún intento de defensa por parte de Esmeralda, y aseguró que será interrogado una vez que salga del hospital. Adelantó que espera formalizarlo por el crimen en las próximas horas. En tanto, el cuerpo de Esmeralda fue trasladado a Rivera para hacerle las pericias forenses, dijo la fiscal. Hasta que estén los resultados, agregó, no se podrá confirmar el abuso sexual ni la forma en la que fue asesinada.
La madre de la adolescente había dicho a Telenoche que el último contacto con su hija había sido el viernes de noche, cuando le pasó un video por Whatsapp. A la mañana siguiente, fue a buscarla a su cuarto y no la encontró. El celular estaba cargando y todas las pertenencias estaban en su lugar. El padre de Esmeralda contó al mismo medio que su hija “estaba entusiasmada contando los días para el cumpleaños de 15”.
Otros casos sin resolver
El mismo día en el que Esmeralda fue vista con vida por última vez, se encontró el cuerpo de otra adolescente que fue asesinada. El cadáver estaba flotando en un arroyo en Rivera. Los técnicos forenses todavía trabajan para determinar la causa de la muerte. En tanto, las autoridades intentan identificarla. El portal brasileño Sentinela 24HS informó que podría tratarse de Franciele da Costa, una adolescente de 17 años, de nacionalidad brasileña, que estaba siendo intensamente buscada por su familia en la ciudad vecina de Santana Do Livramento.
Al día siguiente, el sábado 31 de agosto, se encontró el cadáver de Janice Schroll, una ciudadana estadounidense de 70 años que vivía en La Esmeralda, balneario de Rocha, y que estaba siendo buscada por su familia desde el 17 de junio. La mujer estaba enterrada en el patio de su casa. El lunes fue formalizado por homicidio muy especialmente agravado con 180 días de prisión preventiva un hombre de 30 años que vivía con ella. La carátula se debe a que, según explicó al diario El País el fiscal a cargo, Jorge Vaz, cometió el crimen “para quedarse con su casa, usufructuar el auto y las cuentas bancarias”. En declaraciones a Canal 4, Vaz explicó además que la víctima y el imputado se habían conocido en una reunión en el balneario y ella “lo había ido a visitar a la cárcel ocho veces en tres meses” cuando estuvo detenido en 2015 por estafa. Por algunas cartas que encontraron se confirmó una relación sexoafectiva entre el femicida y la mujer asesinada. Este caso dio impulso a la investigación sobre la desaparición de Cristina Jones, una mujer de 78 años que vivía en Punta del Diablo y desapareció hace un año. Según relató su hijo a distintos medios, los casos tienen similitudes y en el caso de su madre también había un hombre que oficiaba como casero y era un posible sospechoso. Vaz tomará este caso para analizar vinculaciones.