Con 22 votos a favor, 16 en contra y una abstención, el Senado chileno aprobó el miércoles empezar a discutir el proyecto de ley de matrimonio igualitario. La iniciativa deberá volver ahora a la cámara alta para ser discutida artículo por artículo, una instancia que, según estimó el vicepresidente del Senado, el socialista Alfonso de Urresti, podría comenzar en marzo. Luego deberá pasar a la Cámara de Diputados, donde podría permanecer un largo tiempo, ya que se espera un intenso debate entre los legisladores opositores y los de la bancada de derecha que respalda al presidente de Chile, Sebastián Piñera.
El proyecto de ley busca modificar algunos términos específicos del Código Civil, como por ejemplo reemplazar “marido” y “mujer” por “cónyuge” o distinguir entre los conceptos de “padres” y “progenitores”. La ley también plantea que las parejas de personas homosexuales puedan iniciar un proceso de adopción de una hija o hijo, un derecho que hoy sólo pueden ejercer en el país las parejas heterosexuales.
Chile cuenta desde 2015 con la figura de Acuerdo de Unión Civil, que legaliza las uniones de personas del mismo sexo pero no admite la posibilidad de adopción, por eso este es uno de los puntos más importantes para las organizaciones sociales impulsoras de la ley.
El proyecto de matrimonio igualitario fue introducido en 2017 por el gobierno de la ex presidenta Michelle Bachelet en el marco de un Plan Nacional de Derechos Humanos, un año después de que el Estado chileno adoptó el compromiso tras una demanda que presentó el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Desde entonces, y hasta ahora, el documento dormía en el Congreso.
“Desde el año 1991 estamos impulsando la erradicación de la discriminación contra las minorías sexuales”, dijo durante la sesión del miércoles Óscar Rementería, vocero del Movilh, una de las principales organizaciones LGBTI del país. “Lo que pasó el día de hoy en el Senado es el primer paso definitivo para que dejen de existir ciudadanos de primera y segunda categoría en Chile”, agregó.
Por su parte, el presidente del Senado, Jaime Quintana (del opositor Partido por la Democracia), aseguró que la aprobación tenía “como gran responsable a las organizaciones que llevan décadas exigiendo sus derechos. Desde esa primera manifestación pública en 1973 hasta la última Marcha del Orgullo”. Y remató: “Un honor poner al Senado a disposición de la igualdad y el amor”.
La luz verde para empezar a discutir el proyecto de ley también significa un “paso histórico” para Felipe Kast, senador del partido de centroderecha Evolución Política y el único oficialista que votó a favor. “Sólo [quiero] pedir disculpas por lo tarde que llegamos a este paso. Cuando en 20 años miremos hacia atrás y digamos que recién en 2020 dejamos de discriminar a una persona por su orientación sexual, nos vamos a pegar en la cabeza por no haber entendido la importancia del respeto. La diversidad no es un tema de tolerarla, la diversidad es la riqueza de la naturaleza y debemos valorarla; ningún político ni Estado tiene el derecho de discriminarla”, afirmó.
Entre las intervenciones en contra de la ley llamó la atención la del senador Iván Moreira, de la derechista Unión Demócrata Independiente, quien dijo: “Nosotros creemos que el matrimonio sólo debe ser entre un hombre y una mujer. Los que creemos en el matrimonio heterosexual consideramos a la institución del matrimonio como el espacio natural para la generación y el cuidado de la vida; ese es su fin esencial”. En un momento del discurso, levantó con su mano la Constitución de Chile y dijo que “si tienen la mayoría, podrán cambiarla”, para luego levantar una copia de la Biblia y agregar: “Nunca, jamás van a cambiar lo que es importante para el mundo cristiano”. Cuando finalmente la idea de legislar sobre el matrimonio igualitario fue aprobada, Moreira calificó el día de “un miércoles negro”.
De aprobarse definitivamente, Chile se convertiría en el séptimo país de América del Sur en contar con una ley de matrimonio igualitario junto con Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, Guayana Francesa y Uruguay.