La Coordinadora de Feminismos convocó para el martes de tarde la primera alerta feminista del año para denunciar el femicidio de Alicia Báez, la mujer de 55 años que –según se presume– en la madrugada del jueves 9 fue arrojada del décimo piso de un edificio en la ciudad de Paysandú. Testigos aseguraron a la Policía que vieron al esposo de la mujer, Francisco Cabillón, de 60 años, sujetarla de las axilas y luego dejarla caer. También declararon que la mujer pidió ayuda y gritó que el marido la quería matar. El cuerpo fue encontrado semidesnudo y tenía luces navideñas atadas.

El hombre fue detenido y declaró que estaba dormido cuando la Policía golpeó la puerta para avisarle lo que había sucedido. Unas horas después quedó en libertad porque no se encontraron pruebas suficientes que confirmaran su “clara participación” en los hechos, según dijo la fiscal del caso, María Andrea Fuidio, en una conferencia de prensa en la que aseguró que se seguirá investigando para esclarecer las circunstancias de la muerte. Mientras tanto, el hombre deberá fijar domicilio y no salir del país por 180 días. En el marco de la investigación, el lunes la Policía de Paysandú hizo dos reconstrucciones de los hechos: una basada en la versión de los testigos y otra en lo que declaró el marido de Alicia.

Unas horas antes de que empezara la alerta en el Centro de Montevideo se conoció la noticia de un intento de femicidio seguido de suicidio en Melo, departamento de Cerro Largo. Allí una mujer de 61 años fue herida de bala en un brazo por su ex pareja, un hombre de 70 años que luego se disparó en la cabeza. Familiares y testigos dijeron a la Policía que el agresor vivía en el departamento de Rivera pero que de vez en cuando visitaba a su ex pareja. También aseguraron que los disparos se escucharon luego de una discusión.

En lo que va de 2020 hubo cuatro intentos de femicidio

El caso se suma a otros tres intentos de femicidio que se sucedieron desde que empezó el año. El primero tuvo lugar en la madrugada del 1º de enero en Malvín, Montevideo, cuando una mujer de 24 años fue arrojada de un balcón de un edificio por su pareja. El hombre bajó al patio, vio que la mujer seguía con vida, la llevó a su apartamento y le prohibió que hiciera llamadas. La mujer logró pedir ayuda nueve horas después y fue trasladada a un hospital, donde confirmaron que tenía fractura de pelvis y de uno de los huesos del pie. Unos días después fue dada de alta y se le dispuso custodia policial. El agresor fue imputado por homicidio muy especialmente agravado por femicidio, en grado de tentativa, y se le ordenó 180 días de prisión preventiva mientras continúa la investigación.

La misma medida cautelar deberá cumplir el hombre que el 7 de enero golpeó a su esposa en la cabeza con un fierro, en el barrio montevideano de Maracaná, y luego intentó suicidarse. El episodio no terminó en femicidio seguido de suicidio porque los hijos del matrimonio, todos menores de edad, salieron a la calle en busca de ayuda y un vecino intervino. La mujer, de 32 años, fue internada “con heridas de gravedad” y fue intervenida quirúrgicamente.

El otro intento de femicidio fue el viernes 10 en Barros Blancos, también en la capital, cuando un hombre le disparó a su pareja, de 30 años, y al hijo de ella, de 13, y luego se quitó la vida. El agresor, también de 30 años, era funcionario policial y tenía denuncias por violencia doméstica que en 2016 habían derivado en que le quitaran el arma de reglamento. Sin embargo, tras haber hecho un tratamiento psicológico se la devolvieron un año después. La mujer fue herida en las piernas y el niño fue operado por el disparo recibido en el tórax. Los dos están fuera de peligro.

Una vez que la manifestación del martes llegó a la explanada de la Intendencia de Montevideo, las mujeres y disidencias reunidas repudiaron estos intentos de femicidio. Al mismo tiempo, recordaron a las jóvenes desaparecidas en los últimos años. Luego, las voces de todas se volvieron una para leer de manera colectiva la proclama, que además de recordar a Alicia Báez volvió a gritar: “Ni una muerta más, ni una mujer menos”.