Es difícil coordinar un momento del día para hablar con Alejandra da Rosa. Trabaja desde la mañana hasta la tardecita en el salón de belleza que hoy dirige en el centro de la ciudad de Tacuarembó. Es peluquera desde hace más de dos décadas, pero el camino que la llevó a tener su propio negocio fue, por lo menos, sinuoso.

Da Rosa cuenta que tuvo que irse de su pueblo después de terminar los estudios por la discriminación y la violencia que sufría en ese entonces la población LGBTI y, en particular, las personas trans. Recuerda que las mujeres trans eran “corridas” y “golpeadas”, y que a varias incluso “les prendieron fuego la casa”.

Estuvo lejos durante 20 años y regresó a Tacuarembó hace cinco, decidida a instalar la peluquería. Volvió con una imagen nueva que al principio, para la ciudad, fue quizás “un poco fuerte”, pero a la que después “se fueron acostumbrando” porque la conocieron. Dice que ya no es el pueblo “cerrado” que era cuando se fue, pero que “falta mucho por cambiar”.

Desde que se reinstaló, su vida ha girado en torno al trabajo, el activismo LGBTI y la militancia política. Hoy es presidenta del colectivo Unión Diversa Tacuarembó y referente departamental de la Asociación Trans del Uruguay (ATRU). Asegura que la Ley Integral para Personas Trans aprobada en 2018 significó un avance importante –a ella, para empezar, le permitió realizar el cambio de nombre y sexo registral en el documento de identidad–, pero que todavía queda trabajo por hacer para mejorar la calidad de vida de esta población.

La activista fue candidata a diputada en las últimas elecciones presidenciales por el sector Casa Grande, del Frente Amplio (FA), pero no logró los apoyos suficientes. Lejos de rendirse, volvió a postularse para las elecciones departamentales del 27 de setiembre, en alianza con la lista 609 del Movimiento de Participación Popular.

Esa vez tuvo éxito y, en unas semanas, ocupará una banca en la Junta Departamental de Tacuarembó. Se convertirá, así, en la primera edila trans del departamento y del país. “Si bien Tacuarembó es una ciudad bastante tradicionalista, la vamos peleando y creo que hemos logrado un montón de cosas como, por ejemplo, haber llegado a la Junta Departamental, considerando que en 100 años no hay registro de una mujer trans allí”, comenta Da Rosa. “Seré también la primera edila trans del Uruguay y en eso también hay un antes y un después”, dice; “marcamos historia y para mí es un montón”.

Entre cliente y clienta, Da Rosa hace un break en la peluquería para hablar con la diaria sobre su carrera hacia la banca de edila y las iniciativas que pretende impulsar ni bien asuma el cargo.

Alejandra Da Rosa

Alejandra Da Rosa

Foto: Mariana Greif

¿Cómo se inició tu interés en la política?

Siempre me gustó la política. Soy frenteamplista desde mi primer voto, que fue a Tabaré Vázquez, y después seguí votando al FA, siempre apoyando. Tenía un abuelo que fue caudillo del Partido Colorado hace como 30 o 40 años atrás y creo que de ahí heredé el gusto por la política. Después empecé a empaparme en el tema, cada día me fue gustando más y me fui involucrando con la gente, lo cual me hizo dar un paso más.

Además de haber incursionado en la política, sos activista por los derechos de la comunidad LGBTI. ¿Cuál es el trabajo que realizás como presidenta del colectivo Unión Diversa Tacuarembó e integrante de la Asociación Trans del Uruguay?

Hace más o menos unos cuatro años que soy presidenta de Unión Diversa. Nosotros hacemos las marchas por la diversidad acá en Tacuarembó –este año, por la pandemia, fue virtual– y después hacemos talleres, nos hemos presentado a fondos –ganamos el Fondo Gloria Meneses, por ejemplo–, y siempre hacemos cosas durante el año. Nos reunimos todas las semanas para ver cómo van los chicos, si tienen algún problema en la casa, si hay algo que podamos solucionarles. También hemos ayudado a las chicas trans cuando empezaron con el tema de la hormonización, para que pudieran llegar al Ministerio de Desarrollo Social [Mides] y tuvieran acceso a los pasajes para viajar a Montevideo. Por otro lado, soy una de las referentes de ATRU de Tacuarembó junto con otra compañera que se llama Carol Romero. Con ATRU trabajamos en la RedLacTrans [Red Latinoamericana y del Caribe de Personas Trans], con la que trabajamos en red con América Latina y el Caribe. Ahora por la pandemia estamos haciendo las actividades por Zoom. Yo he hecho algunos encuentros por Zoom para México y Bolivia, y más adelante tengo uno con una chica de Colombia. Estamos siempre trabajando. 

La pandemia golpeó más a las poblaciones que ya vivían situaciones de vulnerabilidad, como es el caso de las personas trans. ¿Has estado en contacto con estas realidades?

Exactamente. Sí, nosotras estábamos tratando de darles una mano especialmente a las chicas trans que ejercen el trabajo sexual y no tenían acceso a una canasta alimenticia, que estaban pasando realmente mal porque no podían salir a trabajar y todavía no pueden. Entonces tratamos de darles una mano para ver si les podemos conseguir una canasta del Mides o saber cómo podemos ayudarlas. Siempre estamos en contacto con todas, y más en esta etapa, que es bastante complicada.

¿Qué lectura hacés de estos primeros ochos meses de gobierno de la coalición multicolor?

Estoy un poco asustada con el gobierno de la coalición multicolor. En primer lugar, porque empezaron los recortes. En segundo lugar, porque no se están poniendo de acuerdo entre ellos, lo cual hace notar que la coalición multicolor se formó sólo para poder sacar del gobierno al FA, que tanto había hecho. Creo que van a venir muchos más recortes, ojalá que no. Y ojalá que no toquen nuestros derechos. Fueron ocho meses de pandemia también, y el gobierno se ha enfocado mucho en eso para poder poner una carpita en el resto de las cosas que están pasando y que tampoco las están mostrando.

¿Cuál es tu evaluación sobre lo que se hizo en los últimos años para garantizar más derechos a la población trans?

En los 15 años de gobierno de izquierda se logró un montón de cosas, como por ejemplo la aprobación del matrimonio igualitario o la ley trans, y adquirimos un montón de derechos que no teníamos. Ahora estamos luchando para que esos derechos no se recorten, cosa que el actual gobierno ya está recortando, como lo que podría pasar, por ejemplo, con las becas estudiantiles. Luchamos para que eso no se recorte y que los derechos no se toquen, porque son derechos adquiridos. Estamos continuamente tratando de trabajar en eso porque logramos muchísimo en estos 15 años. Hubo un antes y un después del gobierno de izquierda, que nos dio un montón de derechos. Ahora hay que tratar de mantenerlos.

Alejandra Da Rosa

Alejandra Da Rosa

Foto: Mariana Greif

¿Cambió algún aspecto de tu vida cotidiana desde la aprobación de la Ley Integral para Personas Trans?

En primer lugar, me cambió el documento de identidad. Yo hacía cinco años que estaba por sacar el documento y no podía porque el abogado iba y venía y era un trámite judicial re engorroso. Una vez que hubo ley trans, pasó a ser un trámite administrativo, de papeles, fue mucho más rápido y en unos meses tenía el documento nuevo aprobado. Ese fue el primer cambio. Después, poder contar con un sistema de salud integral para personas trans, que trabaja con un equipo médico multidisciplinario; eso antes no existía. Se empezó a atender en el Hospital Saint-Bois, donde hacían las cargas hormonales y atendían a las chicas para que llevaran el tratamiento médico correspondiente y no se inyectaran silicona industrial, por ejemplo, porque muchas se arruinaron la vida con eso por no tener un acceso integral a la salud. La ley trans cambió muchísimo nuestra realidad. Falta mucho por cambiar, porque todavía la cuota laboral del 1% para personas trans no se está cumpliendo, por ejemplo. En Montevideo quizás algo se cumple, pero en el interior todavía no se está cumpliendo, no existe. Esa es una meta que tengo para empezar a trabajar en la ciudad y que se pueda empezar a cumplir, porque las chicas necesitan tener un trabajo digno y salir de la calle.

“Muchas veces las personas LGBTI van a buscar un trabajo en las ciudades del interior y no las toman porque todavía tienen prejuicios”.

Precisamente, has dicho en algunas entrevistas que desde tu banca te vas a centrar en la agenda de género y de diversidad. ¿Qué acciones o propuestas tenés pensado impulsar?

Si bien trabajo en conjunto con los demás ediles, uno de los temas en la agenda de diversidad es la inclusión laboral para personas trans en empresas públicas y privadas en Tacuarembó. Y no sólo para personas trans, sino para personas LGBTI, que muchas veces también son discriminadas. Muchas veces un chico trans, una chica trans, una chica lesbiana o un chico gay van a buscar trabajo en las ciudades del interior y no los toman porque todavía tienen prejuicios. Vamos a tratar de romper con esos esquemas de discriminación para que puedan tener el derecho a trabajar como cualquier otra persona.

¿Y en cuanto a cuestiones como la violencia de género, por ejemplo, que también afecta de forma específica a las disidencias?

Ese es un tema que hay que trabajarlo muchísimo. La violencia de género es uno de los temas que este año nos ha golpeado bastante. Hay que tomar conciencia y tratar de que esas cosas lamentables no pasen. Se tiene que trabajar mucho más, porque con ponerle una tobillera al agresor o establecer medidas cautelares no es suficiente. Hay mucho más para hacer y las medidas tendrían que ser un poco más duras porque siguen matando a las mujeres y no está la solución muy clara todavía.

¿Te considerás feminista?

Soy feminista. No soy feminista radical porque no entiendo a las feministas radicales que discriminan a las personas trans por no haber sido mujeres al nacimiento. No estoy de acuerdo con eso. Pero soy feminista, defiendo los derechos de las mujeres, que también siguen siendo discriminadas en el ámbito laboral y en un montón de ámbitos. Me siento comprometida con un montón de causas y las feministas tienen mi total apoyo.

“Quiero ser un acceso para el vecino y poder llevar sus propuestas a la Junta Departamental”.

Fuera de la agenda de género y diversidad, ¿qué temas te preocupan y ocuparían como edila?

Estoy muy preocupada porque en Tacuarembó hay un basurero a cielo abierto y quiero trabajar para que se recicle. Hay mucha gente trabajando y viviendo de ese basurero, y son tiempos en los que ya eso no debería existir. También me gusta mucho lo social, esto de trabajar con el vecino, ser un puente, que el vecino venga y me diga “tengo la calle cerrada, no puedo entrar a mi casa, se inunda, le pasa un puente”. Quiero ser un acceso para el vecino y poder llevar sus propuestas a la Junta Departamental.

Alejandra Da Rosa

Alejandra Da Rosa

Foto: Mariana Greif

¿Qué puede encontrar el pueblo de Tacuarembó en la figura de la edila Alejandra Da Rosa?

Puede encontrar una persona común, que ha luchado toda su vida por sus derechos, que le han puesto mil piedras en el camino pero que las ha sabido correr. Pienso que todo se puede, que nunca hay un “no” y siempre estoy abierta a lo que la gente venga y me proponga, a ideas nuevas, a seguir aprendiendo todos los días, porque sigo aprendiendo y sigo abierta a aprender. Este es mi primer escalón en la política, pienso seguir. Creo que si una hace las cosas bien y como se debe, es lindo trabajar en política, siempre siendo clara con lo que hacés. Luego de terminar estos cinco años como edila voy a hacer un balance y contar todo lo que hice, para que las cosas sean claras. Eso es lo que encontrarían en mí.

¿Tenés pensado volver a presentarte como candidata a diputada?

No descarto la posibilidad. A mí me gustó mucho postularme. La campaña para la diputación fue corta, de sólo un mes, pero en ese mes dediqué mucho tiempo, anduve por el campo, por ciudades. Escuchar a la gente y ver situaciones que pensé que ya no existían me da ganas de luchar por esas personas que son tan vulnerables y no tienen una voz que hable en su nombre. 

Así que te ves en el Parlamento nacional.

Ojalá.