Nueve medios e iniciativas de verificación de la región relevaron cuáles son las desinformaciones más divulgadas sobre la educación sexual integral (ESI) en América Latina. El trabajo de Chequeado, de Argentina; la Agencia Lupa, de Brasil; La Nación, de Costa Rica; GK y Ecuador Chequea, de Ecuador; la Agencia Ocote, de Guatemala; Verificado, México; El Surtidor, de Paraguay, y Convoca, de Perú, fue publicado inicialmente en la plataforma de El Surtidor. Aquí presentamos algunos de esos contenidos y recordamos las falsedades referentes a la ESI que también circularon en el discurso público en Uruguay.

Falsedad 1: “La ESI promueve el aborto”

Ilustración: El Surtidor, s/d de autor

Ilustración: El Surtidor, s/d de autor

Esto es falso. En orientaciones técnicas internacionales sobre educación en sexualidad de la UNESCO dicen claramente que “en ningún caso se debe promover el aborto como método de planificación de la familia”.

Dónde se dijo: Argentina, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Paraguay, Perú.
Quiénes lo dijeron: Activistas y organizaciones autodenominadas “pro vida”, autoridades religiosas y públicas.

Que la educación sexual integral o ESI promueve el aborto es una de las desinformaciones más comunes que se han divulgado en varios países de América Latina. Esta afirmación es falsa porque los lineamientos internacionales para la educación sexual integral señalan que uno de los objetivos de un buen currículo educativo es proveer información a los estudiantes para que puedan tomar sus propias decisiones. Las orientaciones técnicas internacionales sobre educación en sexualidad de la UNESCO, utilizadas por diferentes países para crear sus planes de estudio, dicen claramente que “en ningún caso se debe promover el aborto como método de planificación de la familia”.

Dentro de los objetivos de aprendizaje del documento está el entender que hay lugares donde las personas pueden tener acceso a consejería, servicios de anticoncepción y atención médica para el aborto y el posaborto. Sin embargo, puesto que existen países en los que el aborto está penado por ley o no está legalizado, también se incluyen en las orientaciones técnicas el análisis de las leyes nacionales y acuerdos internacionales que abordan los derechos humanos y la salud sexual y reproductiva. Entre estos temas están el matrimonio infantil, la igualdad de género, el aborto, las violaciones, los abusos sexuales y el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva.

De hecho, en el documento se hace hincapié en que se debe proveer información sobre servicios de aborto en los países donde la práctica sea legal y en ningún caso debe promoverse como método de planificación de la familia. Asimismo, se recomienda proporcionar un trato humanitario y orientación a las mujeres que hayan recurrido al aborto, y agrega que se debe asignar siempre máxima prioridad a la prevención de los embarazos no planificados. “Y habría que hacer todo lo posible por eliminar la necesidad del aborto”, señala.

Las distintas versiones de una misma falsedad en diferentes países

Que la ESI promueve el aborto es una desinformación que fue reproducida en varios países de América Latina de diferentes formas. Según los hallazgos del fact checking regional de nueve medios asociados para esta iniciativa, la desinformación sobre una supuesta promoción del aborto a través de la ESI circuló en al menos seis países: Argentina, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Paraguay y Perú.

En algunos se hizo a través de miembros de organizaciones que se oponen a la ESI. En Paraguay, Alicia Calabró, activista “pro vida”, aseguró en Twitter que el aborto está “como mecanismo de salud sexual y reproductiva” en una guía de educación sexual integral para docentes de la educación permanente diseñada por el Servicio Paz y Justicia (Serpaj), una organización de la sociedad civil. Dicha guía fue prohibida en marzo de 2019 por el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) de ese país.

El MEC argumentó que el material no respeta las capacidades del ciclo evolutivo de los menores de edad, infravalora los conceptos de feminidad y masculinidad y promueve la construcción de la identificación sexual en forma “libertina”. El ministro de Educación y Ciencias paraguayo, Eduardo Petta San Martín, es evangélico y reconocido conservador. El Surtidor verificó que las guías no están diseñadas para niños, niñas o adolescentes –es una guía opcional para docentes–, y además que no infravalora los conceptos de feminidad y masculinidad porque los utiliza para el análisis de la sexualidad.

En 2017, en Ecuador circularon desinformaciones por Whatsapp sobre la guía pedagógica del Ministerio de Educación, señalando que en instituciones educativas se daban clases para que niñas, niños y jóvenes “obtengan material para vivir la sexualidad en libertad: anticonceptivos, preservativos, pastillas del día después”, con manuales que enseñaban a “tener relaciones sexuales de todas las formas inimaginables”. Después de que se divulgaron esos mensajes, grupos religiosos y conservadores convocaron a movilizaciones en el país. Según Ecuador Chequea, el Ministerio de Educación de ese país desmintió estas afirmaciones.

En ocasiones, falsedades y tergiversaciones de este tipo surgen después de que medios de comunicación consulten a fuentes con estos discursos, como la afirmación que sigue de miembros de la Asociación la Familia Importa (AFI), en Guatemala, a quienes se entrevistó con motivo del Día Internacional de la Mujer. “La ideología de género muchas veces promociona la educación sexual y reproductiva, y sí queremos que sea así, pero esta debe venir de los padres, no tiene que ser implementada, porque muchas veces invita a la promiscuidad y a que la mujer puede tener derecho a abortar, y eso no existe”, afirmó en marzo de 2015 Beatriz López, directora de la AFI.

También en Guatemala, la iglesia católica publicó un comunicado en 2011 sobre varios temas, entre ellos la ESI: “No distinguir entre métodos anticonceptivos y métodos abortivos en la regulación de los embarazos, no sólo confunde el valor moral de ambos, sino que incluso encontramos en un documento del Estado la promocón de métodos que no protegen la vida desde su concepción y son por lo tanto inmorales e inconstitucionales”.

Las desinformaciones se realizaron en momentos clave en todos los países, como en procesos electorales. En otras ocasiones, fue en contextos de debate de leyes o programas relacionados con los derechos sexuales y reproductivos. Por ejemplo, en Argentina, mientras se discutía la legalización del aborto en el Congreso, circuló por Whatsapp una cadena que aseguraba que la ESI promueve métodos anticonceptivos abortivos e informa a alumnas y alumnos sobre cómo “practicarse un aborto medicinal no quirúrgico”.

Chequeado realizó una nota explicativa en la que desmintió desinformaciones que circularon por redes sociales y Whatsapp relacionadas con la ley de ESI. En el texto se explica, nivel por nivel, qué tipo de contenidos incluyen los materiales educativos elaborados y distribuidos por el Ministerio de Educación de la Nación de ese país.

Falsedad 2: “La ESI promueve la homosexualidad”

Ilustración: El Surtidor, s/d de autor

Ilustración: El Surtidor, s/d de autor

Esto es falso porque la orientación sexual no es algo que se pueda promover.

Dónde se dijo: Argentina, Brasil, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, México, Paraguay, Perú.
Quiénes lo dijeron: Grupos autodenominados “pro vida”, autoridades públicas y religiosas.

Una de las desinformaciones más comunes sobre la ESI es que promueve la homosexualidad. La misma desinformación ha circulado de diferentes maneras en Argentina, Brasil, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, México, Paraguay y Perú. Esto es desinformación porque la ESI no incentiva la homosexualidad, ni la orientación sexual se puede promover.

La ESI no promueve la homosexualidad porque la orientación sexual no es algo que las personas puedan aprender, como a leer o escribir. La Asociación Americana de Psicología define la orientación sexual como una “atracción emocional, romántica, sexual o afectiva duradera hacia otros”. Señala que es resultado de una “interacción compleja de factores biológicos, cognitivos y del entorno”, y, como tal, no se puede elegir ni cambiar. Mucho menos curar. La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera la homosexualidad una variación natural de la sexualidad humana, no una condición patológica. Por eso, ya en 1990 la eliminó del Catálogo Internacional de Enfermedades, mientras que la Asociación Americana de Psiquiatría lo hizo incluso antes, cuando en 1973 excluyó la homosexualidad de la clasificación de trastornos mentales.

Lo que contempla la ESI es otra cosa. La UNESCO define a la educación sexual integral como un “proceso de enseñanza y aprendizaje de los aspectos cognitivos, emocionales, físicos y sociales de la sexualidad, que tiene una base curricular”. La doctora Alma Virginia Camacho, asesora regional de salud sexual y reproductiva del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), explica que la ESI promueve que niñas, niños y adolescentes adquieran habilidades, conocimientos, actitudes y valores que les permitan “tomar decisiones conscientes, críticas y responsables sobre su salud sexual y reproductiva, impactando en su desarrollo integral, bienestar y dignidad”.

ESI contra la discriminación sexual

En 2016, el primer informe mundial de Naciones Unidas sobre violencia por motivos de orientación sexual y expresión/identidad de género reveló cómo estudiantes LGBT están más expuestos a sufrir acoso escolar en al menos seis países de América Latina y el Caribe. Por ejemplo, cita que en Ecuador 26% de los estudiantes homosexuales y bisexuales manifestaron haber experimentado violencia física durante su vida escolar, mientras que en Argentina 45% de los estudiantes transgénero abandonaron el colegio debido al acoso transfóbico o porque fueron expulsados. Según el informe, la forma de violencia más frecuente reportada en la región es la violencia verbal, seguida de la violencia física, perpetrada por compañeros y personal educativo tanto en escuelas del sector público como del privado.

“Me atormentan todo el tiempo tirándome cosas, manchando mi uniforme y poniéndome apodos. Me siento muy infeliz”, cuenta un estudiante en un portal de denuncias habilitado por el Ministerio de Educación de Perú (Minedu). De 2013 a 2019 el Minedu registró 520 casos de violencia escolar por orientación sexual e identidad de género, lo que representa el quinto lugar entre las denuncias de agresión escolar en el país.

Para prevenir situaciones de discriminación escolar, la doctora Camacho señala que la educación debe reconocer y respetar la diversidad sexual. “La función de la escuela y de la ESI es ayudar a que las personas que tengan una orientación o identidad sexual no heterosexual puedan crecer y desarrollarse integralmente sin sufrir ningún tipo de violencias por estos motivos”, dice.

La ESI también es fundamental para prevenir la violencia fuera del aula. La Organización Panamericana de la Salud había advertido sobre las denominadas terapias de reorientación sexual en algunos países latinoamericanos. La oficina regional de la OMS rechaza estas prácticas y recuerda que carecen de justificación médica, además de que son éticamente inaceptables, puesto que no se puede plantear “curas para una enfermedad que no existe”. En 2015, los mecanismos de derechos humanos de Naciones Unidas condenaron estas prácticas médicas, a las que consideran una forma de tortura.

Las diferentes versiones de una misma falsedad

Según los hallazgos del fact checking regional de los nueve medios de América Latina asociados para esta iniciativa, la desinformación sobre una supuesta promoción de la homosexualidad a través de la ESI circuló de diferentes maneras en al menos ocho países: Argentina, Brasil, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, México, Paraguay y Perú. La difusión de esta mentira fue impulsada por grupos que se autodenominan “pro vida” y “pro familia”, que gozan de creciente influencia y apoyo político en sus respectivos países.

En general, aprovecharon contextos de alta polarización para viralizar esta falsedad, como ocurrió tras el debate por la interrupción voluntaria del embarazo en Argentina o cuando el Minedu introdujo la perspectiva de género, lo que derivó en la creación del movimiento Con Mis Hijos No Te Metas.

Pese a que Argentina cuenta con una ley de educación sexual integral desde 2006, circulan desinformaciones sobre su aplicación, entre ellas la que indica que la norma promueve la homosexualidad. En noviembre de 2018, una publicación en una página de Facebook afirmaba que el Ministerio de Educación de ese país había distribuido los libros Anita y sus dos mamás (un cuento infantil sobre una familia diversa) y In bed with David and Jonathan (un cómic sobre una pareja homosexual) en las clases de ESI. “Una verdadera apología a la homosexualidad”, decía la publicación que luego fue desmentida por el Ministerio de Educación y la editorial de uno de los libros, como pudo constatar Chequeado. Este tipo de contenidos se intensificaron después del debate por el aborto legal, que se aprobó en la Cámara de Diputados y fue rechazado en el Senado.

En Perú, la ESI no se discute como tal sino como enfoque de género. El movimiento Con Mis Hijos No Te Metas dice que la perspectiva de género pretende homosexualizar a los niños. Según Convoca, este grupo se consolidó cuando el Minedu del gobierno de Pedro Pablo Kuczynski introdujo un nuevo plan curricular que planteaba la igualdad de género y, en consecuencia, una educación integral de la sexualidad. Pero el partido con mayoría en el Congreso, Fuerza Popular, censuró al ministro de Educación que había impulsado la Nueva Currícula Nacional, Jaime Saavedra, e hizo lo mismo con su sucesora, Marilú Martens.

En Brasil, las desinformaciones sobre educación sexual integral se mezclan con ataques a personas LGBT y a las políticas públicas antidiscriminación. El presidente, Jair Bolsonaro, lo ha hecho desde su campaña, cuando se lanzó contra esta iniciativa: “El Plan Nacional de Promoción de Ciudadanía y Derechos Humanos LGBT son 180 ítems, entre ellos la deconstrucción de la heteronormatividad, enseñando [...] que hombre y mujer está mal”. Su afirmación era falsa, según la Agencia Lupa, puesto que sólo un ítem del plan nacional cita la “deconstrucción de la heteronormatividad”, en el capítulo sobre el Sistema Único de Salud, con el objetivo de incluir parejas no heterosexuales en el sistema de información de salud.

En Paraguay, grupos autodenominados “pro vida” tienen representantes clave en el poder, como el citado ministro Petta, un líder evangélico que contribuye a divulgar ciertas desinformaciones sobre la ESI. En marzo de 2019, el ministro prohibió una guía de ESI para docentes alegando que promovía una educación sexual libertina y contraria al sexo de las personas. Un discurso reforzado por activistas católicos como Eduardo Morales, que vincula la ESI a un supuesto “lobby LGBT” para “adoctrinar a niños”. Como verificó El Surtidor, estas afirmaciones son falsas porque el material no tiene ese abordaje y está dirigido a profesores de educación permanente que trabajan con mayores de 15 años, no a niños. Además, la guía fue censurada antes de ser distribuida a docentes.

Falsedad 3: “La ESI promueve conductas inapropiadas en niños y niñas, como la masturbación”

Ilustración: El Surtidor, s/d de autor

Ilustración: El Surtidor, s/d de autor

Foto: Ilustración: El Surtidor

Esto es falso. Lo que en general se enseña a niños y niñas es el cuidado del cuerpo y a identificar sus partes privadas, con el foco sobre todo en que puedan identificar abusos y así alertar sobre ellos.

Dónde se dijo: Argentina, Brasil, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, México, Paraguay, Perú.
Quiénes lo dijeron: Autoridades públicas y religiosas, candidatos presidenciales.

La ESI no enseña a los niños de cinco años a masturbarse, aunque esta desinformación circula en varios países de América Latina.

En distintos estados se ha divulgado que la educación sexual les enseña conductas inapropiadas a niños y niñas. Una de las más comunes es que les enseñaría a masturbarse y que esto se haría desde edades muy tempranas, como a los cinco o seis años.

Sin embargo, no hay menciones a esto en las recomendaciones de los organismos internacionales sobre qué debe incluirse en los contenidos de educación sexual. Lo que en general se enseña a niños pequeños son cuestiones de cuidado del cuerpo y a identificar sus partes privadas, con el foco sobre todo en que puedan identificar casos de abuso y así alertar sobre ellos.

Es el caso, por ejemplo, de la Guía Técnica Internacional sobre Educación Sexual, de varias organizaciones de la ONU, en la que se menciona la masturbación recién en la etapa de entre los nueve y los 12 años. Y, en ese caso, lo hace para explicar que chicos y chicas pueden empezar a masturbarse durante la pubertad, que es algo que no causa daño físico ni psicológico y que debe hacerse en privado.

La doctora Camacho explica que no hay ninguna relación entre la ESI y muchos de los materiales divulgados por grupos opositores. “Muchas veces los grupos opositores muestran materiales que no son los impartidos por el sistema educativo en los que comentan que en ellos se enseñan conocimientos vinculados a la masturbación o prácticas sexuales explícitas. Quiero resaltar que esto está muy lejos de reflejar la realidad de la ESI, que jamás imparte este tipo de contenidos”, dice Camacho.

Y agrega que “por el contrario, brinda conocimientos y habilidades para que niñas, niños y adolescentes comprendan críticamente los mensajes impartidos por los medios de comunicación y las redes sociales sobre pornografía y otros medios a los que se enfrentan diariamente en soledad, en donde sí se imparten ese tipo de contenidos”.

“A nivel general, en las recomendaciones que se hacen en la Ley 26.150 y en las resoluciones oficiales en Argentina, al igual que en las orientaciones técnicas de la UNESCO sobre ESI, no se fomenta el tema de la masturbación en nivel inicial”, explicó a Chequeado Carolina Sánchez Agostini, directora de la Diplomatura de ESI de la Universidad Austral. Y agregó: “En el caso de los materiales que se utilizan es más difícil saber qué se incluye, dado que hay muchos organismos que producen su propio material, pero en los materiales oficiales del Ministerio de Educación de la Nación disponibles en la web no se fomenta tampoco la masturbación en nivel inicial”.

Qué sí enseña la ESI

Lo que se enseña específicamente en cada país varía mucho y depende de los contenidos que las autoridades determinen y los marcos legales. En 2008, buena parte de los gobiernos de la región –30 ministros de Salud– se comprometieron, en una reunión de ministros, a implementar estrategias de educación sexual para detener el VIH y las infecciones transmitidas sexualmente en la región. En varios países, sin embargo, no existe una legislación que defina cómo debe llevarse adelante esto, como es el caso de Brasil y Paraguay.

En Argentina, por otro lado, sí hay un ley, de 2006, sobre ESI, y existen guías del Ministerio de Educación de la Nación sobre lo que debe enseñarse. En esas guías, lo que se recomienda para chicos de menos de cinco años, por ejemplo, es enseñar a identificar las partes “íntimas”: “Son aquellas que podés ver o tocar sólo vos o aquellos que te cuidan cuando lo hacen por razones de higiene y salud. Si alguien quiere tocarlas o te pide que las muestres por otros motivos, no lo hagas y contáselo a una persona adulta para que te pueda ayudar”.

Las diferentes versiones de una misma desinformación

Según los hallazgos del fact checking regional de los nueve medios de América Latina asociados para esta iniciativa, la desinformación sobre una supuesta promoción de conductas sexuales inapropiadas en niños y niñas a través de la ESI también circuló en al menos ocho países: Argentina, Brasil, Paraguay, Perú, Guatemala, Ecuador, Costa Rica y México. Se divulgó en contextos de elecciones, al momento de discutir leyes o normas contra la violencia hacia la mujer o durante debates sobre la legalización o despenalización del aborto.

En Argentina se han divulgado mensajes de Whatsapp que, entre otras cosas, decían que se les enseñaba a los chicos “la importancia de masturbarse desde pequeños como un hábito saludable”, a pesar de que no es lo que está previsto que se enseñe en las clases de educación sexual.

Durante las elecciones de 2018 en Brasil, el entonces candidato y ahora presidente, Jair Bolsonaro, dijo que su contrincante Fernando Haddad, que antes fue ministro de Educación, había repartido en las escuelas un “kit gay” que enseñaba a los chicos a acariciarse y besarse. Se trataba de un folleto hecho por una ONG dedicada a temas de tolerancia y diversidad que no enseñaba esos contenidos y que nunca fue aprobado por el Ministerio de Educación, como informó la Agencia Lupa en su momento.

Movimientos como Con Mis Hijos No Te Metas se oponen a la educación sexual y están presentes en varios países. Uno de ellos es Perú, donde una de sus voceras aseguró que se enseñaba en los manuales escolares la masturbación como algo bueno, algo falso de acuerdo con el análisis de Ojo Público.

En Ecuador, en redes sociales circuló también la desinformación de que en las instituciones educativas se daban manuales a estudiantes que les enseñan a “tener relaciones sexuales de todas las formas inimaginables”. La mentira, que fue desmentida por Ecuador Chequea, circuló cuando se estaban elaborando informes para el primer debate en comisiones encargadas de trabajar las reformas al Código Orgánico de la Salud y para elaborar la ley orgánica integral para la erradicación de la violencia de género contra las mujeres.

En Paraguay, el arzobispo de Asunción, Edmundo Valenzuela, se refirió al tema este año en una homilía reforzando la desinformación que el ministro de Educación Petta instaló sobre unas guías sobre ESI para docentes elaboradas por Serpaj. Petta prohibió con una resolución la circulación de dichos materiales en el sistema educativo. “Vean y comenten sobre estos textos sobre sexualidad integral que realmente son un desastre de orientación humana. Ofrecen experiencias sexuales terribles a los niños”, dijo el arzobispo, en una señal de apoyo a la decisión tomada por el ministro. Pero El Surtidor verificó que las guías ni estaban diseñadas para niños, niñas o adolescentes, ni contenían material que los pudiera poner en riesgo, ni se distribuían en escuelas o colegios.