En el contexto de la emergencia sanitaria, y ante el llamado a la cuarentena voluntaria, la casa se convirtió en el principal bastión para combatir la propagación del coronavirus. Esto afectó de manera particular a las trabajadoras domésticas, que realizan su actividad en el ámbito del hogar. Por razones sanitarias y como medida de precaución, a muchas se les ha pedido que no se presenten a trabajar y otras tantas fueron despedidas. Como resultado, muchas trabajadoras informales y aquellas que no llegan a cubrir los jornales suficientes para percibir el seguro de paro o el de desempleo quedaron desamparadas.

La dirigente del Sindicato Único de Trabajadoras Domésticas (SUTD), Yaneth Mazzoleni, aseguró el lunes que el sector atraviesa un “momento de urgencia” y manifestó especial preocupación por quienes trabajan en la informalidad. “Hay mucha incertidumbre porque la informalidad sigue siendo importante en nuestro sector. Seguimos siendo ‘la chica que ayuda en casa dos o tres veces a la semana’, entonces, ¿para qué hacer los aportes [al BPS]? Siguen jugando con nuestras necesidades”, aseguró Mazzoleni a la diaria. Preocupa además la situación de empleadas que continúan trabajando “sin las medidas de seguridad básicas”.

La representante sindical dijo que los despidos son “muchos” en todo el país, aunque, por el momento, no podría estimar un número. “En las últimas dos semanas a mí me llamaron 14 mujeres que fueron despedidas, pero somos cuatro o cinco las referentes que atendemos el teléfono, y esto sólo en Montevideo, sin contar el resto del país, donde estamos en la misma situación”, explicó.

Mazzoleni contó el caso puntual de una compañera para ilustrar la situación que atravesaron y atraviesan otras: “Durante diez días fue a trabajar tomando las primeras precauciones como el lavado de manos. A la semana siguiente, cuando ya habían llamado a la cuarentena [voluntaria], la compañera se presentó a trabajar y la hicieron bañarse. Al día siguiente, además, le hicieron poner dos pares de guantes y tapabocas. Al tercer día le sumaron un casquito de tela tnt. Al cuarto día, la despidieron. La trabajadora tiene tres hijos a su cargo, un alquiler mensual para pagar, y ganaba 17.000 pesos”. 

El SUTD solicitó al Poder Ejecutivo la convocatoria a una reunión tripartita con representantes de los empleadores para analizar soluciones. Las trabajadoras plantearán allí la situación de “las compañeras que no llegan a cubrir los jornales para cubrir el seguro de desempleo”, con el objetivo de “incitar” a los empleadores a que apliquen un seguro de desempleo común. También reclamarán que se respete el convenio colectivo de 2010 que, entre otras cosas, estableció la obligación del empleador de pagar el salario completo a la trabajadora cuando no se la convoque a realizar la tarea en los días acordados.

El sindicato está a la espera de que se fije una fecha para el encuentro con el gobierno y los empleadores. Mientras tanto, está dedicado a asesorar y contener por la vía telefónica a las mujeres que se quedaron sin trabajo. “Quiero hacer un llamado a todas las trabajadoras domésticas a que, por favor, se comuniquen con nosotras para contarnos su realidad. No estamos abriendo la casa sindical por razones obvias, pero estamos todas a la orden. Tienen nuestros teléfonos”, exhortó Mazzoleni en ese sentido. En paralelo, las dirigentes sindicales piden donaciones de artículos básicos para las más afectadas. Los detalles pueden coordinarse por el número 095 043 212.

El servicio doméstico es una de las ocupaciones más feminizadas en el país. Según el informe “Trabajo doméstico remunerado en Uruguay”, elaborado en 2019 por la Asesoría General en Seguridad Social del BPS, las mujeres representan 99% del total de personas que trabajan en el sector.