En la casa de su Kentucky natal, rodeada de familiares y amistades, falleció este miércoles la escritora, activista y referente feminista negra bell hooks. La noticia fue anunciada por su familia en un comunicado difundido en redes sociales. La teórica estadounidense murió a causa de una insuficiencia renal, según dijo su hermana Gwenda Motley en declaraciones consignadas por The Washington Post. Tenía 69 años.
Considerada una pionera y maestra para muchas intelectuales y activistas feministas en todo el mundo, hooks fue una de las primeras en profundizar en las intersecciones entre raza, género y clase en Estados Unidos. Entre sus aportes principales está su definición de feminismo, que ella describió como “un movimiento para acabar con el sexismo, la explotación sexista y la opresión”.
Publicó su primer libro sobre teoría feminista, titulado ¿No soy una mujer? Mujeres negras y feminismo, en 1981, dos años antes de obtener su doctorado en Literatura en la Universidad de California, Santa Cruz. En ese trabajo inicial, hooks, de 29 años, empezó a explorar varios temas que retomaría a lo largo de su trayectoria, como el impacto histórico del sexismo y el racismo en las mujeres negras, la idea de un “patriarcado capitalista supremacista blanco” y la exclusión del debate sobre la raza y la clase dentro del movimiento feminista.
Fue el primero en una extensa lista de más de 40 publicaciones en las que además de desentrañar cuestiones asociadas al feminismo abordó temas sobre política, amor, sexualidad, cultura o educación. Entre otras, se destacan títulos como Teoría feminista: del margen al centro (1984) –donde asegura que hay una diversidad de voces en el feminismo popular que han sido marginadas–, Todo sobre el amor: nuevas visiones (2000) –en el que afirma que el amor puede curar a una sociedad polarizada y que no puede separarse de la justicia– y El feminismo es para todo el mundo (2000).
“Nada cambió más el feminismo estadounidense que la exigencia de que las pensadoras feministas reconocieran la realidad de la raza y la existencia del racismo”, dice hooks en ese último libro. Lo dice sin dejar constancia de que ella misma fue una de las primeras en abrir el debate y brindar las herramientas para que, justamente, las teóricas feministas reconocieran la existencia del racismo y cómo este constituía otro eje de opresión específico para las mujeres negras.
Es innegable que, 40 años después de su primer libro, su obra sigue vigente. De hecho, El feminismo es para todo el mundo resurgió en los últimos años –sobre todo en América Latina– como una especie de manual práctico para las mujeres que empiezan a transitar el camino del feminismo.
En 2004, hooks se desempeñó como profesora en el Berea College de Kentucky. Seis años después, el centro educativo inauguró el bell hooks Institute, que alberga su colección de libros, objetos personales de la escritora y piezas de arte afroamericano contemporáneo.
La autora nació el 25 de setiembre de 1952 con el nombre de Gloria Jean Watkins y a mediados de los 70 adoptó el nombre bell hooks como homenaje a su bisabuela materna, Bell Blair Hooks. Eligió nombrarse en minúsculas porque, como dijo en varias entrevistas, lo importante era su obra y no su identidad.