En el último año, 10% de los varones que tuvo relaciones sexuales sólo con mujeres y 30% de los varones que tuvo relaciones sexuales con otros varones o con varones y mujeres, “se definen como bisexuales”. El dato surge del Estudio sobre prácticas sexuales y afectivas, salud sexual y gestión de ITS y VIH en varones de entre 15 y 24 años de Montevideo y área metropolitana 2021–2022, que se presentó la semana pasada en el marco del seminario sobre Sexualidades, Salud Sexual y VIH en Uruguay, realizado en la Facultad de Ciencias Sociales (FCS) de la Universidad de la República (Udelar).

Del trabajo también se desprende que 10% de los varones que tienen sexo con otros varones o con varones y mujeres no están seguros de su orientación sexual o indicó “otra” como opción. Además, 14% de los varones que tuvieron relaciones sexuales sólo con mujeres dijeron “sentirse atraídos por varones y mujeres, mujeres y varones trans, en varias combinaciones identitarias”.

La coordinadora del Grupo de Investigación sobre Sexualidades del Departamento de Sociología de la FCS e investigadora responsable del estudio, Lucía Pérez, dijo a la diaria que estos hallazgos demuestran que “la práctica no hace a la identidad sexual”. “El haber tenido sexo con otro varón en los últimos 12 meses no significa que haya una autopercepción como varón gay o como homosexual. Ese es un dato muy interesante, así como que 10% de los varones que tuvieron sexo sólo con mujeres en el último año se perciben como bisexuales y que 5% de los varones que tuvo sexo sólo con varones o con varones y mujeres en los últimos 12 meses se declara heterosexual”, expresó la investigadora.

Según Pérez, “aparece un abanico de opciones y formas de experimentar la sexualidad, pero también de reconocerse a uno mismo, que no necesariamente coinciden con las categorías [tradicionales]. Esa es una invitación a repensar un poco los esquemas desde los que nos paramos”. Asimismo, los autores del estudio sostienen que estos datos “cuestionan la perspectiva binaria y excluyente, y permiten además vislumbrar un movimiento de resquebrajamiento de las pautas de la masculinidad tradicional, tanto hetero como homosexual”.

El estudio se desarrolló durante el segundo semestre de 2021 y estuvo a cargo del Grupo de Investigación sobre Sexualidades del Departamento de Sociología de la FCS. La investigación también contó con la práctica y el apoyo de la Cátedra de Enfermedades Infecciosas de la Facultad de Medicina de la Udelar, el Fondo de Población de las Naciones Unidas de Uruguay y ONUSida Cono Sur.

“Pistas muy interesantes”

El objetivo del estudio fue “caracterizar las representaciones, prácticas y vínculos afectivos y sexuales” de varones de entre 15 y 24 años residentes en Montevideo y área metropolitana para contribuir al “diseño de políticas públicas, particularmente en salud, educación, juventud y derechos humanos” enfocadas en esta población.

La investigación se realizó a través de una encuesta online autoadministrada distribuida en redes sociales. En total, se obtuvieron 1.889 respuestas, de las que finalmente se utilizaron 1.351. Pérez destacó el alcance de la encuesta y apuntó que, si bien los datos no se pueden extrapolar a toda la población de varones de entre 15 y 24 años, la investigación da “pistas muy interesantes sobre el fenómeno de la sexualidad y la sexualidad de los varones en particular”.

La investigadora también sostuvo que la metodología de la encuesta online tiene sus beneficios, como en materia de costos económicos, pero supone una limitación en la población de alcance. La muestra estuvo integrada en su mayoría por varones residentes en Montevideo (87%) y en menor medida por varones del área metropolitana (12%), con un perfil educativo medio y alto (85% con nivel terciario incompleto y/o completo). “Si bien esto no invalida los resultados, limita la posibilidad de generalización y es un desafío para futuras investigaciones”, señaló Pérez.

Vínculos y preferencias

67% (918) de los participantes en la encuesta manifestó haber mantenido relaciones sexuales sólo con mujeres en el último año y 32% (433) declaró haber tenido relaciones sólo con varones o tanto con varones como con mujeres durante el mismo período. A partir de estos datos, la muestra se dividió en dos grupos. El primero lo conforman varones que tuvieron sexo sólo con mujeres, y el segundo incluye, por un lado, a varones que tienen sexo con varones, y, por otro, a varones que tienen sexo tanto con varones como con mujeres.

En relación a las preferencias de los “arreglos erótico-afectivos”, la monogamia es el tipo de relación elegida entre la mayoría de los varones participantes (64% en el primer grupo y 46% en el segundo). En tanto, 44% de los varones que tienen sexo con varones o con varones y mujeres, y 34% de los varones que tienen sexo con mujeres, prefieren relaciones abiertas o poliamorosas.

“Si bien la monogamia sigue siendo el tipo de arreglo erótico-afectivo que todos los varones señalan de preferencia, aparecen otro tipo de arreglos como relaciones abiertas o poliamorosas y denota una cierta apertura o flexibilización de los tipos de arreglos erótico-afectivos y las formas de vincularse de los varones”, analizó Pérez.

Abusos y violencias sexuales

Por otra parte, la encuesta recabó datos sobre “la persistencia de abusos y violencias sexuales y situaciones discriminatorias”. “Los varones se atrevieron a explicitar sus experiencias de abuso, y también de vivencias de relaciones sexuales no queridas, cualquiera fuera la pareja, quebrando pautas dominantes de la masculinidad heteronormativa hegemónica”, señala la investigación.

De los 918 varones que mantuvieron relaciones sexuales sólo con mujeres en el último año, “casi 3%” declaró edades de inicio de la actividad sexual entre los cinco y los 12 años. Mientras, 4,5% de este grupo manifestó que su primera relación fue forzada y 3,5% prefirió no responder. Además, 17% de estos varones sostuvo que al menos una vez en su vida fue forzado a mantener relaciones sexuales por una pareja estable u ocasional, un amigo o una amiga.

En tanto, entre los 433 varones del segundo grupo, 6% manifestó que inició su actividad sexual entre los cinco y los 12 años, y 5% afirmó que su primera relación “fue forzada”. 29% de estos varones declaró que “alguien lo forzó a tener relaciones sexuales alguna vez en su vida”. Entre los principales responsables de esta agresión, identificaron a un “desconocido, pareja estable u ocasional, amigo o familiar”.

Al respecto, Pérez puntualizó que al señalar la edad de inicio sexual entre los cinco y los 12 años se “está hablando de una situación de abuso sexual y es importante ponerlo en esos términos”. Subrayó la importancia de que los varones puedan “contar esto” y “problematizarlo”. “Este es un punto para nada menor, no sólo de alerta también para señalar que este es un tema sobre el que hay que seguir profundizando y trabajando”, consideró.

Atención en salud

Otro de los focos de la investigación estuvo puesto en la atención en salud que reciben los varones y su acceso a la educación sexual. De acuerdo a los datos obtenidos, “casi 90% de los varones recibió educación sexual”, aunque sólo uno de cada seis calificó la información que recibió como “bastante”. 77% del primer grupo y 83% del segundo declaró que recibió “algo” o “muy poco” de educación sexual.

Por otro lado, 32% de los varones que declara vincularse sexualmente sólo con mujeres asistió al menos “alguna vez” a un centro de salud para consultar sobre salud sexual y reproductiva. Entre los varones del segundo grupo, esta cifra aumenta a 42%, mientras otro 10% señaló haber consultado “varias veces”.

En relación a la gestión de infecciones de transmisión sexual (ITS) y VIH, los datos demuestran que los varones están “bien informados”, dice el documento, que detalla que “entre 93% y 99% de varones conocen las vías de transmisión y de prevención”. En ese sentido, entre 20% y 33% de los varones piensa que “la fidelidad a una sola pareja sin VIH no reduce el riesgo”, de 14% a 20% cree que el VIH no puede ser transmitido a través del embarazo, y entre 60% y 70% de varones encuestados creen que “no hay transmisión a través de la lactancia”.

Sobre el uso del preservativo, entre 73% y 85% señaló usarlo como método de protección en las relaciones sexuales con su pareja estable o parejas habituales. Sin embargo, “casi 10%” de los varones que tienen sexo sólo con varones o con varones y mujeres “no usa condón”, y entre 35% y 38% de los varones “no usaron condón en la última relación sexual”.

De la encuesta también surge que más de la mitad (51,1%) de los varones del segundo grupo se realizaron el test de VIH, un porcentaje que alcanza 30% entre los varones del primer grupo. El estudio también revela que 2,5% de varones que tienen sexo sólo con varones o con varones y mujeres tienen un resultado positivo de VIH, esto es “casi 12 veces mayor” que la prevalencia en varones que sólo tuvieron sexo con mujeres en el último año.

Desafíos para las políticas en salud y educación sexual

Pérez señaló que la investigación aporta datos que se deberían tomar en cuenta a la hora de elaborar e implementar políticas públicas en materia de salud sexual y reproductiva dirigidas a varones jóvenes. Consideró que uno de los aspectos más importantes es “reconocer la flexibilización de la sexualidad como dimensión importante de la vida de las personas”. Apuntó que los hallazgos del estudio “no necesariamente hablan de fenómenos nuevos, sino que lo nuevo es que los adolescentes y jóvenes pueden contar cómo están experimentando su sexualidad”.

Otras recomendaciones que figuran en el texto refieren al uso de “tecnologías íntimas e interacción cara a cara” y tomar el “peso creciente del escenario virtual de expresión afectiva y sexual de los varones” como herramienta para “la educación sexual, la promoción de salud sexual y reproductiva y las prácticas libres de violencia y discriminación”.

Las autoras y autores del estudio también sugieren que se tomen en cuenta “varias lógicas y modalidades de prevención de las ITS y VIH de los varones apoyándose en la gama de herramientas biomédicas de la estrategia de prevención combinada, en particular la PrEP [profilaxis prexposición] y PEP [profilaxis posexposición]”.

Por último, el equipo recomienda “profundizar en el valor agregado de las estrategias metodológicas basadas en las redes y aplicaciones sociales para la investigación social y epidemiológica, incluyendo los aportes de la comunicación digital, y los aprendizajes para la necesaria articulación y combinación con otras estrategias de captación adaptadas a cada temática y cada público meta”.