Cuando comenzó la invasión militar de Rusia en Ucrania, el 24 de febrero, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, impuso la ley marcial. Entre sus disposiciones, la norma establece que los hombres de entre 18 y 60 años no pueden abandonar el país. Si bien la ley rige únicamente para los varones, desde la imposición de la normativa “cientos” de mujeres trans han sido retenidas en la frontera y forzadas a quedarse en territorio ucraniano, a pesar de que, en muchos casos, son reconocidas legalmente como mujeres, informó The Guardian el martes.

Desde 2017, las personas trans en Ucrania pueden tramitar el cambio de nombre y sexo registral en su documento de identidad. No obstante, tienen varios obstáculos en el camino, ya que deben someterse a una observación psiquiátrica exhaustiva y atravesar un largo proceso burocrático. Por estas y otras dificultades, muchas personas trans ucranianas deciden no hacer el cambio y en muchos casos no habían culminado el trámite cuando estalló el conflicto. Además, en medio de un contexto de guerra y ante el riesgo de vida inminente, muchas dejaron sus hogares sin tomar sus documentos.

A partir de la puesta en marcha de la ley marcial, las mujeres trans que no cuentan con el cambio de nombre y sexo registral en su documento son obligadas a permanecer en el país bajo el argumento de que, ante la ley, son hombres. Pero los guardias fronterizos han aplicado el mismo criterio incluso para las mujeres trans cuya identidad de género es reconocida legalmente. “Decenas han sido maltratadas y rechazadas en las fronteras, y muchas temen por sus vidas en caso de que el régimen transfóbico de Rusia se haga cargo”, informaron activistas e integrantes de organizaciones por los derechos de las personas LGBTI al medio británico.

“Técnicamente, la ley también se aplica a las personas trans, incluidos los hombres trans certificados y las mujeres trans que no han cambiado sus documentos. Pero parece que los guardias fronterizos ucranianos están impidiendo que incluso las personas trans con un certificado válido que refleje su nuevo género salgan de Ucrania, y nadie sabe por qué”, dijo a The Guardian Olena Shevchenko, defensora de los derechos humanos y presidenta de Insight, una organización LGBTI ucraniana.

Por su parte, Bernard Vaernes, integrante de Safebow, una organización que ayuda a las personas a evacuar a un lugar seguro, sostuvo al mismo medio que “el enfoque discriminatorio y hostil de Rusia hacia los derechos LGBTI aterroriza a la comunidad trans de Ucrania”. En Rusia, en 2013, se promulgó la ley de “propaganda gay”, que establece que es ilegal promover los derechos de la comunidad LGBTI. Desde entonces, Vaernes dijo que “ha aumentado” la “persecución a las personas homosexuales e identidades disidentes”.

El “examen físico”

Entre los relatos que recoge el medio británico, las mujeres trans sostienen que a pesar de mostrar sus documentos y no haber un argumento legal que impida su salida del país, los guardias las someten a un “examen físico”: las desvisten, las tocan y “revisan” su genitalidad u otras características físicas, como el tamaño de las manos y sus cuellos para ver si tienen nuez de Adán.

“Los guardias fronterizos ucranianos desnudan y tocan a las mujeres trans por todas partes”, relató Judis, y agregó: “Puedes ver en sus rostros que se preguntan '¿qué eres?' como si fueras una especie de animal o algo así”. El 12 de marzo de madrugada, Judis quiso cruzar la frontera a Polonia. Llevó su acta de nacimiento por la que legalmente es una mujer. Sin embargo, al verla, dos guardias la detuvieron y la condujeron a una pieza cercana. Después de someterla a situaciones de “humillación y abusos”, le dijeron “sos un hombre” y agregaron que “fuera a la guerra”.

Alice vivió una experiencia similar con su esposa, que se identifica como persona no binaria. “Nos llevaron a un edificio cerca del cruce fronterizo, donde había tres oficiales en la habitación. Nos dijeron que nos quitáramos las camperas. Revisaron nuestras manos, brazos, revisaron mi cuello para ver si tenía nuez de Adán. Tocaron mis pechos. Después de examinarnos, los guardias fronterizos nos dijeron que éramos hombres. Tratamos de explicar nuestra situación, pero no les importó”, relató la mujer trans.

Zi Faámelu contó su historia a la cadena estadounidense CNN. Señaló que si bien está atrapada en Kiev, porque no le permiten la salida del país, también teme por lo que pueda pasar con su vida fuera. Faámelu manifestó que, tanto en Ucrania como en los países vecinos, los niveles de transfobia son muy altos y que han incrementado en medio de la tensión del conflicto bélico. Ante la imposibilidad de dejar su ciudad, Faámelu es la única persona que permanece en el edificio en donde vive, sin luz y sin poder acceder a alimentos, además de ser una zona bombardeada.