“Las calles son nuestras, el Estado tiene que dar respuestas” fue la consigna elegida este año por la Coordinadora de la Marcha por la Diversidad. Y así fue. Este viernes, miles de personas se apoderaron del espacio público y marcharon por el centro de Montevideo para celebrar la diversidad y las conquistas alcanzadas, pero también para alzar la voz y reclamar por los derechos de las disidencias sexogenéricas y otros grupos, que aún faltan o no se cumplen.

Foto: Mara Quintero

Foto: Mara Quintero

La convocatoria era a las 19.00 en la plaza del Entrevero, pero una hora antes decenas de personas comenzaron a movilizarse hacia el punto de encuentro, donde ya había empezado la fiesta. En los distintos puntos de la plaza sonaban diferentes estilos musicales. Los colores del arcoíris inundaron el espacio público en forma de banderas, pañuelos, vinchas, polleras, sumados a la pintura multicolor y el glitter, que cubrían rostros y cuerpos.

Foto del artículo 'Miles de personas marcharon por los derechos de la comunidad LGBTI y otros grupos poblacionales'

Foto: Alessandro Maradei

“La diversidad es derecho, es vida, es orgullo”, “Amen. Así sin tilde” y “Basta de políticos homofóbicos” son algunas de las frases que se podía leer en los carteles que sostenían en alto las y los manifestantes. Otras cartulinas escritas con marcadores pedían “respuesta del Estado” ante la vulneración de derechos de distintos colectivos y reivindicaban un amor “fuera del closet” y en “todas sus formas”.

Entre la multitud, a la espera del inicio de la movilización, estaba Lau, de 18 años, que se identifica como persona no binaria. En diálogo con la diaria, sostuvo que marchaba por sus derechos y la visibilidad de su colectivo. “Las personas no binarias somos invisibles. Muchas veces no se respeta nuestro nombre en los espacios que habitamos, mucho menos nos consultan con qué pronombre nos sentimos cómodos. En el liceo dependo de la voluntad de los profesores para ser reconocide”, expresó.

Foto: Mara Quintero

Foto: Mara Quintero

Cristina, de 55 años, vino a la marcha con su hija Elisa, de 20 años, que tiene síndrome de Down. “La diversidad nos incluye a todas las personas, por eso considero importante marchar y luchar todas y todos juntos”, dijo Cristina a la diaria. En la otra punta de la plaza, sobre la calle Colonia, Paula y Marcos jugaban con sus dos hijos, Franco y Santiago, de ocho y cinco años, respectivamente. La pareja decidió marchar en familia para “educar a sus hijos en la diversidad”, “que vean” y en un futuro puedan expresar su identidad de género y orientación sexual.

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Foto: Alessandro Maradei

La marcha empezó alrededor de las 19.30 con la alegría y el ánimo que la caracteriza, entre baile y saltos. En medio del recorrido, un grupo de amigas y amigos se detuvo para tomarse una foto. Maira, Sofía, Lucas, Pablo y Andrés vinieron juntos. Reivindicaron la lucha por “poder ser” y, aunque reconocieron que la Marcha por la Diversidad es su favorita por el color, la “energía” y la fiesta, remarcaron que no se trata sólo de eso. “Es el reclamo por nuestros derechos y por todas las personas de la diversidad. Yo soy bisexual, pero mi hermana, que está acá, es heterosexual y marcha por mí, por todo el colectivo LGBTI y todas las personas diversas. Esto es entre todas y todos”, dijo Pablo a la diaria.

Estado “cada vez más ausente”

Al llegar a la plaza Primero de Mayo, integrantes de los colectivos convocantes leyeron una proclama. “Marchamos frente a un Estado que lejos de dar respuestas está cada vez más ausente, un Estado privatizador que reproduce y legitima discursos antiderechos, que todo el tiempo precariza y reprime al pueblo. Marchamos porque tenemos la convicción de que organizarnos colectivamente es la forma de combatir las injusticias”, sostuvieron al inicio del discurso.

Las organizaciones celebraron los cuatro años que han pasado desde la aprobación de la Ley Integral para Personas Trans por ser “una ley histórica que reconoció los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales de este colectivo”. No obstante, denunciaron que los postulados de la norma aún no se cumplen en su totalidad y que de los 19 departamentos del país sólo “unos pocos comenzaron a aplicar algunas de las normativas de la ley”.

La proclama también denunció “la vulneración sistemática de derechos” que sufren las personas no binarias en Uruguay. “El Estado desconoce e invisibiliza nuestra existencia”, agregaron en la lectura. A su vez, los colectivos exigieron que se agregue “un campo abierto en todos los documentos identificatorios” y “en todos los sistemas oficiales que recaban información para que todas aquellas personas que escapan del binomio varón-mujer puedan consignar su identidad de género con total libertad, sin tener que mentir al respecto”.

Los colectivos convocantes sostuvieron que el “silencio, la omisión, la falta de escucha y escasa información acerca de las identidades sexuales y de género no heteronormativas” en los centros de primera infancia “supone mutilar posibilidades, reforzando prejuicios, estereotipos y violencias, construyendo la imagen de un monstruo perverso y promiscuo que no existe”.

Diversidad en todas sus formas

Los representantes de las organizaciones sociales rechazaron la reforma educativa propuesta por el gobierno. “¡Estamos en las calles una vez más en defensa de la educación pública! Acompañamos la lucha de gremios y centros de estudiantes, docentes y funcionaries en contra de los recortes presupuestales y contra la propuesta educativa privatizadora y mercantilizadora de este gobierno”, leyeron.

En su discurso los colectivos también denunciaron que el “gobierno continúa desmantelando el Estado, cerrando y quitando presupuesto a programas y dispositivos sociales que atienden a miles de personas en situación de vulnerabilidad en todo el país”. En ese contexto, destacaron el trabajo de las personas que llevan adelante las ollas populares, pero reclamaron al gobierno que cumpla con su “responsabilidad” de garantizar el “derecho a la alimentación”.

Otro de los motivos por los que se pronunció la proclama fue la diversidad corporal. “¡Marchamos contra la gordofobia! Las personas gordas somos parte de la diversidad que fuga de las normativas hegemónicas. Queremos exigir autonomía corporal y respeto”, dijeron y reclamaron la aprobación de la ley de talles “para asegurar la diversidad de talles para toda la población uruguaya y para recordar que vestirnos es un derecho y una obligación”.

Los colectivos también denunciaron la “infantilización” de las personas en situación de discapacidad y los atropellos a su autonomía en la toma de decisiones que hacen “imposible la integración plena a espacios de trabajo y estudio”. Asimismo, se pronunciaron contra el racismo, apuntaron que el Estado tiene una “deuda histórica” con los pueblos originarios y se manifestaron en contra de la “estigmatización de las diferencias por una auténtica salud mental”.

“Marchamos porque amar a alguien sigue siendo muchas veces motivo de burla y agresión. Marchamos porque tenemos la esperanza y convicción de que a través de la movilización algún día la humanidad termine de comprender que el amor no se cura. Luchemos contra el hetero cis patriarcado racista capacitista colonial capitalista. ¡La lucha será Interseccional o no será!”, señaló la Coordinadora al cierre de la proclama.