El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, promulgó en un mismo día tres leyes que apuntan a atender, combatir y erradicar la violencia hacia las mujeres en el país. Las tres iniciativas fueron publicadas el 3 de abril en el Diario Oficial de la Unión, por lo que rigen desde entonces.

Una de esas normas establece que las comisarías de la mujer, que atienden casos de violencia de género, deben permanecer abiertas las 24 horas y todos los días, incluidos los fines de semana y feriados, según detalla el texto oficial. También plantea que, además de la asistencia policial, estas unidades deben brindar apoyo psicológico y legal a las víctimas.

Al mismo tiempo, dispone que la asistencia en estas comisarías se tiene que realizar en una sala reservada y, “preferentemente, por mujeres policías”, y que todo el funcionariado tiene que recibir “una formación adecuada para permitir la acogida de las víctimas de manera eficaz y humanitaria”.

Otra de las leyes sancionadas por el mandatario apunta a la creación de un programa para “prevenir y combatir el acoso sexual, la violencia sexual y otros crímenes contra la dignidad sexual” en todos los organismos públicos –federales, estatales y municipales–, liceos, universidades y empresas privadas que presten servicios al Estado.

La iniciativa prevé que, en esos ámbitos, se desarrollen “acciones y estrategias” contra las distintas formas de violencia sexual, por medio del “suministro de materiales educativos e informativos con ejemplos de conductas que pueden caracterizarse como acoso sexual u otro delito contra la dignidad sexual”, la “implementación de buenas prácticas” en ese sentido, y la “difusión de la legislación y políticas públicas pertinentes para la protección, acogida, asistencia y garantía de los derechos de las víctimas”, señala el documento legislativo. Los organismos también deben dar a conocer entre el funcionariado cuáles son los canales accesibles para hacer la denuncia de estos comportamientos, así como establecer de manera clara los procedimientos para “la remisión de reclamos y denuncias”, “garantizando la confidencialidad y el debido proceso de ley”.

Por su parte, la tercera ley promulgada por Lula en esta misma línea establece que el Sistema Nacional de Empleo tiene que reservar un cupo de 10% de los puestos vacantes para mujeres víctimas de violencia de género. La normativa aclara que, en caso de que las vacantes reservadas “no sean cubiertas por ausencia de mujeres en situación de violencia doméstica e intrafamiliar, las restantes vacantes podrán ser cubiertas por mujeres y, en su defecto, por público en general”.

El pasado 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, Lula dijo en Twitter que la fecha marcaba “el retorno y fortalecimiento de las políticas de combate a la violencia contra las mujeres y promoción de derechos”, desmarcándose del gobierno de su antecesor, Jair Bolsonaro, a quien en otra publicación le atribuyó “la destrucción de las políticas públicas” sobre este tema y dijo que “llegó a incentivar encubiertamente la violencia contra las mujeres”. En ese marco, el actual mandatario brasileño anunció que su gobierno presentó “más de 20 acciones” en la materia.