El reclamo por la definición de categorías para el sector, la disposición de fueros sindicales y la puesta en marcha de más instancias de capacitación estuvieron en el centro de un nuevo Día de la Trabajadora Doméstica, que se conmemora cada 19 de agosto. Para el Sindicato Único de Trabajadoras Domésticas (SUTD), este año la fecha también estuvo marcada por la inauguración de la casa sindical en Montevideo, con la que se cristalizó “un sueño de muchos años”, como dijo a la diaria Mariela Burlón, secretaria general de la organización.

La casa está ubicada en la calle Lima 1730, en el límite entre los barrios Villa Muñoz y Aguada, y fue comprada gracias a un fondo social al que accedió el sindicato. Busca ser no sólo un espacio para “afianzar la actividad sindical, transmitirles a las compañeras que conozcan sus derechos y capacitarlas”, señaló Burlón, sino —además— un lugar que puedan disfrutar y al que también puedan acudir cuando lo requieran. En ese sentido, afirmó que va a servir para muchas trabajadoras del interior del país que a veces visitan Montevideo porque tienen que realizar determinada actividad –desde un evento cultural a una consulta médica– y “tienen que hacer tiempo en Tres Cruces porque no tienen dónde quedarse”.

Por eso, la casa cuenta con dormitorios con unas 16 camas marineras, además de tener un “rinconcito para los niños”, por si “van las compañeras que tienen hijos”. A su vez, tiene un patio e instalaciones “accesibles” para facilitar el uso de todas las trabajadoras, que muchas veces “por el propio trabajo” pueden tener dificultades para subir escaleras.

“El impulso de la casa va a ser bueno porque van a sentir como que tienen algo que las va a identificar”, aseguró la dirigente, y reiteró que, si bien está ubicada en la capital, “es la casa sindical de todas las compañeras”.

Laura Rivero, Alfredo Cabrera, Mario Arizti, Daniel Pérez y Mabel Lorenzo, en la sede del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.

Laura Rivero, Alfredo Cabrera, Mario Arizti, Daniel Pérez y Mabel Lorenzo, en la sede del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.

Foto: Ernesto Ryan

Nuevos y viejos reclamos

Burlón resumió los principales reclamos del colectivo de trabajadoras domésticas en tres puntos: que se reconozcan las categorías para el sector –lo cual evitaría que tengan que asumir tareas que no les corresponde–, que se establezcan fueros sindicales, y que se implementen más instancias de capacitación.

El pedido por las categorías es histórico y aunque “fue un compromiso asumido por las partes en los consejos de salarios”, no avanza por la oposición de la patronal, según dijo la secretaria general del SUTD. “Desde 2005 teníamos las categorías hechas y seguimos en esa postura, pero ahora lo planteamos otra vez y nos dijeron que era muy difícil”, puntualizó. En esa línea, recordó que en el marco de los Consejos de Salarios “ya se estableció que tiene que haber una comisión” y había un plazo para que se reunieran con la patronal, “pero es la patronal la que no quiere y dice que es imposible que haya categorías, que tenemos que estar en una casa y hacer todo con un mismo salario, lo cual es imposible”.

A modo de ejemplo, contó que muchas trabajadoras domésticas son empleadas en una casa “para hacer limpieza” y “después terminan con que te ponen a cocinar y te dicen que pelar una papa no es cocinar, pero es un trabajo, porque no es sólo pelar una papa, tenés que cocinar, te lleva tiempo y te quita el tiempo para la limpieza”. Otro problema que enfrentan es cuando “se amplía la familia”: “Se casan y tenés un integrante más, es más ropa para lavar, más cosas para hacer. O tienen un niño, después tienen otro y te dicen que te van a dar 5.000 pesos, o sea, la diferencia entre un hijo y otro, y muchas veces esa otra plata que te dan no te la reconocen”, ilustró.

Respecto de la necesidad de contar con fueros, Burlón aseguró que la actividad sindical también “es trabajar y es desgastante”. “Tenemos que salir corriendo de los trabajos porque no tenemos licencia sindical, entonces hay un montón de actividades que se organizan a las que nosotras no podemos ir porque la mayoría trabajamos de día”, detalló.

Otro pedido es para que el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) realice inspecciones, sobre todo en el interior del país, donde muchas veces, “pese a que hay un salario a nivel nacional, se paga muchísimo menos y la mayoría de las compañeras están en negro”. “Llegan a una edad que no tienen jubilación ni nada, porque han trabajado toda una vida con una familia que les dice que sí les va a reconocer, pero que después desaparecen, tenés que juntar testigos, y a las mujeres se les hace sumamente complicado”, planteó.

Sobre la capacitación profundizó más temprano la presidenta del SUTD, Laura Rivero, durante la conferencia de prensa que convocó el MTSS en ocasión de la fecha. La titular del sindicato dijo que “lo que más han pedido” a los sucesivos ministros de trabajo es “la educación y la capacitación para las trabajadoras” y resaltó que un “tema pendiente” es el relativo a los cuidados, una tarea que “la mayoría” de las trabajadoras domésticas realiza, pero para la que no hay previstas instancias de capacitación.

“Nos sentimos capacitadas porque desde hace muchos años lo venimos realizando, pero necesitamos la capacitación, necesitamos que se avale este trabajo nuestro, porque también somos cuidadoras”, dijo. “Muchas cuidamos niños, adultos mayores, personas con discapacidad, pero lamentablemente no estamos reconocidas como cuidadoras”, agregó, y especificó que “es un debe que tiene no sólo este gobierno, sino todos los gobiernos que han pasado”.

Los compromisos desde el Estado

En la conferencia el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Mario Arizti, destacó algunos avances a nivel normativo que llevaron a que hoy en Uruguay haya “una verdadera protección del trabajo doméstico”, pero dijo que “obviamente quedan desafíos” y que uno de ellos es la formación. En este sentido, dijo que 34% de las trabajadoras domésticas tiene terminada primaria y 52% la secundaria, y anunció la intención de diseñar, a través del Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional, “un programa que pueda ayudar a complementar este principio básico y el bachillerato al trabajador del servicio doméstico”. Además, coincidió en que se requiere una capacitación en materia de cuidados, “porque hablamos del trabajador del servicio doméstico, pero también hablamos de cuidado de niños y el cuidado de enfermos”. Por otro lado, celebró que el proceso de formalización del sector “ha mejorado mucho en los últimos diez años”.

El ministro acotó que en los últimos años la forma en que se realiza el servicio doméstico “ha cambiado mucho”, entre otras cosas porque “hoy se trabaja más puertas afuera, las jornadas no son tan extensas y, de acuerdo a las estadísticas que hemos mirado, crece mucho el multiempleo”. A su vez, aseguró que es un trabajo que “muchas veces sirve como puerta de entrada de acceso al mercado laboral”, lo que puede explicar que a fines de 2023 “había más de 2.000 trabajadoras extranjeras prestando funciones de servicio doméstico”.

Por su parte, el presidente del Banco de Previsión Social, Alfredo Cabrera, destacó que actualmente son casi 74.000 las trabajadoras domésticas afiliadas, una cifra que representa 15% de la población de mujeres cotizantes, por lo que “es un sector particularmente importante”. Aprovechó la ocasión para recordar a la sociedad que hoy hay herramientas para regularizar situaciones de trabajadoras domésticas, como “los mecanismos para la reincorporación de vínculos que quedaron en la informalidad o que se atrasaron en los pagos” previstos en la Ley 20.130 de reforma de seguridad social, y “la posibilidad de reincorporar eventuales deudas que se hayan generado por servicio doméstico hasta en 120 cuotas”.