Bajo la consigna “Toda vida vale; la cárcel tortura y mata”, se realizó en la tardecita de este jueves una “alerta feminista anticarcelaria” en el Centro de Montevideo. La convocatoria fue impulsada por la Coordinadora de Feminismos –que es la que organiza las alertas feministas ante cada femicidio– junto con otros colectivos feministas antipunitivistas, después de que una mujer que estaba privada de libertad en la Unidad 5 se suicidó el pasado 27 de marzo.
“Este no es un hecho aislado, forma parte de una larga lista de muertes en contexto carcelario: asesinatos, suicidios, muertes por omisión de asistencia médica y otras formas de violencia que son producidas y reproducidas en la cárcel”, aseguraron las activistas convocantes en la proclama que leyeron al final de la movilización, que partió desde la plaza Libertad. “Año a año el sistema penitenciario escupe cadáveres”, continuaron: “Todas personas pobres. Todas con nombres que alguna institución tenía registrados, pero que hoy archiva sin luto. La muerte en prisión es sistemática, evitable, producto de la lógica de la tortura y exterminio que funda el sistema carcelario”.
Las manifestantes recordaron que la tasa de homicidios en cárceles es “16 veces mayor que afuera” y la de suicidios es “al menos cuatro veces mayor”. “No es que haya violencia dentro de las cárceles: las cárceles son la violencia”, apuntaron.
En el texto, denunciaron la “absoluta responsabilidad institucional” ante el desamparo de las personas privadas de libertad y señalaron específicamente al Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) y a la Universidad de la República (Udelar), institución en la que estudiaba la mujer que se suicidó a fines de marzo.
“Hoy la Udelar y demás instituciones educativas forman estudiantes en condiciones de encierro, extrema violencia y vulneración de derechos”, afirmaron. “¿De qué manera se interviene ante estas situaciones cuando les estudiantes mueren en centros universitarios dentro de las cárceles? ¿Por qué las acciones dependen de cátedras, docentes y estudiantes puntuales? ¿Cómo y quiénes construyen las políticas institucionales para les estudiantes privades de libertad?”, cuestionaron las participantes.
Respecto del INR, consideraron que “no rehabilita”, sino que “mutila y extermina”. “Los intentos de autoeliminación en las cárceles son cotidianos. ¿Qué atención en salud mental reciben las personas presas?”, se preguntaron, y criticaron que sus informes refieran los suicidios como “hechos violentos”, como “si fueran fenómenos meteorológicos y no consecuencias de un sistema”.
Ya para el final, aseguraron que es “imprescindible difundir la situación de las personas presas” y “ponerle palabras al sufrimiento personal, familiar, comunitario y social que la cárcel produce”, y cerraron con una pregunta: “¿Cuántas muertes bajo custodia estatal se necesitan para actuar?”.
En 2021, 52% de las muertes bajo custodia en el sistema penitenciario uruguayo fueron “no naturales”, de acuerdo con el estudio de la Udelar Muertes bajo custodia penitenciaria en Uruguay: un abordaje interdisciplinario, coordinado por los investigadores Ana Vigna y Hugo Rodríguez. De ese total, 47% murieron a raíz de homicidios y 38% por suicidios.