Si bien Uruguay se ha consolidado como uno de los países pioneros de América Latina en adopción de inteligencia artificial (IA), según un índice elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y el Centro Nacional de Inteligencia Artificial de Chile (Cenia), expertos consultados por la diaria coincidieron en señalar que la falta de talento especializado y la fuga de profesionales hacia mercados internacionales representan una traba para avanzar hacia un desarrollo sostenido.
El índice de Cepal y Cenia distingue entre tres grupos de países –pioneros, adoptantes y exploradores– y posiciona a Uruguay en la primera categoría porque tiene un buen desempeño en infraestructura digital, cómputo y conectividad. Sin embargo, según los especialistas, si bien Uruguay cuenta con una buena base de usuarios alfabetizados en IA, presenta una “pirámide invertida” en la que escasean los perfiles con formación avanzada, lo que limita la innovación local y la autonomía digital del país.
“Es por eso que el país enfrenta varios desafíos y tiene mucho para crecer”, afirmó el jefe a cargo de la Unidad de Transformación Digital de la Cepal, Sebastián Rovira, quien estuvo a cargo de la investigación realizada por Cepal y Cenia.
Por su parte, Lorena Etcheverry, docente de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República e integrante del Grupo Coordinador del Centro Interdisciplinario en Ciencia de Datos y Aprendizaje Automático (Cicada), consideró, en diálogo con la diaria que existe una “brecha importante” en la cantidad de personas con conocimientos especializados. “Necesitamos formar en distintos niveles, incluso desde la enseñanza primaria; los esfuerzos de Ceibal en materia de pensamiento computacional son claves”, señaló.
El informe
El 3 de octubre fue publicado el índice latinoamericano de inteligencia artificial realizado por Cenia y Cepal, que mide el avance de la IA en 19 países de la región, colocó a Chile (70,56), Brasil (67,39) y Uruguay (62,32) como pioneros en adopción de la IA este año por sus esfuerzos en materia de infraestructura, capacidad de cómputo e innovación, entre otros indicadores. Sin embargo, en el informe se señala que los tres países tienen grandes espacios de mejora.
En cuanto a Uruguay, el puntaje desciende de alto a medio cuando se analiza la preparación en talento humano, lo que implica que el país tiene capacidades sólidas pero aún tiene margen para mejorar. Asimismo, en la versión anterior del índice, Uruguay se posicionó como el tercer país con mayor penetración de habilidades en IA, pero en esta oportunidad se ubicó en quinta posición.
En la región el reporte sostuvo que en América Latina hay “gran interés y entusiasmo” por la IA, pero indicó que “preocupa que este entusiasmo aún carezca de acciones más decididas e inversiones a la altura de la urgencia del momento tecnológico”.
Pese a la evidencia del impacto favorable de la IA en productividad, empleo, calidad de vida y creación de nuevos negocios, no se aprecian cambios de tendencia. [...] La región representa el 6,6% del PIB mundial y el 8,8% de la población, pero apenas el 1,12% de la inversión en IA”.
Hoja de ruta
Según Rovira, Uruguay posee una dotación destacada de recursos de “cómputo intensivo, buena conectividad, penetración de internet, cobertura y una hoja de ruta estratégica en IA, acompañada por una institucionalidad estable que facilita políticas de largo plazo”.
“Uruguay forma parte del grupo de países que han desarrollado una hoja de ruta estratégica de IA. Y el hecho de tener políticas ya definidas con cierto respaldo institucional también le da ventaja frente a otros países”, remarcó.
No obstante, el experto consideró que “no solamente basta con tener una hoja de ruta o una estrategia, sino que debe ser acompañada de recursos e instituciones empoderadas en ese sentido”. En ese contexto, dijo que Uruguay “tiene espacio para mejorar”.
Otras de las oportunidades que tiene Uruguay es que el país tiene “capacidades” para generar investigación en IA y formar profesionales avanzados, sostuvo Rovira, destacando la “capacidad que tiene el país en adoptar modelos abiertos y fomentar la colaboración regional”.
“En el informe se menciona el papel fundamental del software de código abierto como una estrategia clave para América Latina. Uruguay también puede aprovechar esto como una palanca para impulsar la IA”, reflexionó.
Recursos humanos
Por su parte, Etcheverry consideró que la formación de recursos humanos ha sido clave para el posicionamiento del país en el informe realizado por Cepal y Cenia. “Lo que sigue siendo un pilar fundamental es la formación de recursos humanos altamente capacitados. La presencia fuerte de la Udelar en la formación en nuestro país suele ser un diferencial con respecto a otros países de la región. Este es uno de los ejes importantes”, afirmó Etcheverry.
La experta destacó como otros puntos fuertes de Uruguay la existencia de fondos que permiten la investigación y la innovación, aunque consideró que aún “son escasos”.
El principal desafío
El informe hace una diferenciación entre distintos tipos de habilidades o talento humano en materia de IA: una primera etapa es la alfabetización, seguida por la formación profesional y, por último, la especialización avanzada.
Rovira advirtió que el principal desafío de Uruguay radica en la formación y retención de talento especializado. “Existe una suerte de pirámide: hay muchos usuarios alfabetizados en IA, menos con formación profesional y muy pocos con especialización avanzada. Esto limita la capacidad de generar innovación local y autonomía digital”, señaló.
El experto indicó que Uruguay, al igual que el promedio latinoamericano, se enfrenta a una “pérdida acelerada de talento especializado” que se fuga a mercados más desarrollados.
“En la región en general, Uruguay también es un caso típico, los ecosistemas no son muy potentes, por lo tanto, es mucho más atractiva la remuneración de proyectos de otros países. Hoy en día sabemos que no es necesario mudarse al exterior para poder trabajar, sobre todo en el ámbito de transformación digital, pero entendemos que se puede estar subutilizando un potencial de desarrollo que tiene la IA para abordar los problemas que tenemos en la región”, remarcó.
Rovira sostuvo que este rubro tiene el desafío del “costo de especialización a actualización continua”, sobre todo porque el campo evoluciona “muy rápidamente” y hay muchos profesionales que no tienen acceso a esos recursos. En ese marco, consideró que es necesario generar fondos para proyectos experimentales, becas, subsidios, mecanismos de transferencia de vínculos con otras áreas de conocimiento.
“La brecha de talento es uno de los principales factores limitantes para el desarrollo y el uso de la IA. Si no tenemos una masa crítica suficientemente especializada en IA, es muy difícil que un país logre desarrollar estos modelos propios y que impulse una innovación local y tenga la posibilidad de desarrollar esta autonomía digital plena. Uruguay tiene que estar ya pensando en cómo abordar este tema, sobre todo si realmente quiere apostar a que la IA sea un motor de desarrollo, pensando en un plan a futuro”, sentenció.
Dificultades de capacitación
En la misma línea, Etcheverry consideró que otro de los problemas es que es “bastante difícil” conseguir estudiantes de doctorado, porque “los profesionales no ven un diferencial en hacer un doctorado porque el mercado no se lo retribuye adecuadamente”.
“A nivel internacional, los doctores trabajan en empresas y son los que promueven muchas veces las grandes innovaciones, pero en nuestro país eso no lo entienden, no lo valoran. Por lo tanto, es difícil para nosotros retener a los buenos estudiantes y proveerles un ambiente adecuado para que puedan seguir trabajando e investigando en estos temas. Las personas que se destacan salen a buscar oportunidades y terminan siendo empleadas en el exterior, se radican allá”, subrayó.
Asimismo, consideró que la articulación entre academia, gobierno y sector productivo sigue siendo débil. “Hay muchos diagnósticos, pero falta inversión y espacios físicos que promuevan la interacción. Los ecosistemas exitosos requieren fondos, lenguaje común y entendimiento entre los distintos actores”, aseveró.
Por otro lado, la investigadora advirtió que las “empresas están sustituyendo tareas de desarrollo de software por herramientas de IA, lo que podría reducir puestos de trabajo en el mediano plazo”.
“Hace años que Uruguay se pensaba como un lugar donde parece que es una referencia y que podría hacer un diferencial. Uruguay era una plaza donde podíamos trabajar en forma remota y había dificultades para reclutar gente en Uruguay, porque estaba todo el mundo empleado. Se hablaba del desempleo cero. Esto está cambiando porque justamente hay varias posiciones en los equipos de desarrollo que algunas empresas están sustituyendo por personal más capacitado con la ayuda de herramientas de IA. Para que quede claro, hay tareas que antes hacían humanos, que hoy en día las están reemplazando por lo que se llaman agentes de IA”, afirmó.
En consecuencia, existe una tendencia a que haya menos cantidad de empleo, pese a que la cantidad de actividad no se reduce.
“Un desafío para Uruguay, pensando en que queremos una sociedad con mayor índice de bienestar, es prestar atención a esta situación, porque queremos que nuestra sociedad se desarrolle igualitariamente y, para eso, la moda del uso de la IA tiene que venir acompañada de una generación de empleo genuina”, observó.
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Una nueva visión
Si Uruguay quiere avanzar en un ecosistema “inclusivo y sostenible” de IA, debe pensar en “alianzas estratégicas” y la política pública que se destine a este tema debe tener mayor “relevancia”, expresó Rovira.
“La estrategia que ya tiene Uruguay debe estar articulada y vincularse con políticas más amplias –políticas de desarrollo productivo y territorial, de innovación, de educación–, no puede quedar enmarcada sólo en un ámbito”, reflexionó.
El experto sostuvo que el país debe analizar cómo se puede generar incentivos fiscales y proyectos de innovación para aplicarlos en materia de salud, agro, medioambiente, seguridad, educación y gobierno digital. “Uruguay debe promover la participación de grupos que no están incluidos en esta área hoy, por ejemplo, la participación femenina o grupos territoriales remotos. Es relevante el apoyo especial para las pymes”, concluyó.