La Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (CUTI) presentó un nuevo informe sobre el desempeño del sector en 2024, que confirma dos tendencias simultáneas: por un lado, la creciente importancia de la industria tecnológica en la economía uruguaya, que ya representa el 4,5% del Producto Internp Bruto (PIB); por otro, la primera gran desaceleración en su ritmo de expansión después de más de una década de crecimientos de dos dígitos, afirmó a la diaria el presidente de la organización, Amílcar Perea.
“El dato más llamativo es la desaceleración. Si bien la industria sigue creciendo, pasamos de un 19% en 2023 a sólo un 9% este año. Para nosotros, eso es una mala noticia, es una desaceleración, es el primer año que crecemos en menos de dos dígitos”, señaló Perea.
Según explicó, el enfriamiento responde principalmente a dos factores: las condiciones adversas del mercado estadounidense (el principal destino de las exportaciones de servicios) y el impacto acelerado de la inteligencia artificial, que está modificando los patrones de contratación de servicios tecnológicos y afectando sobre todo a los puestos de trabajo más automatizables.
Perea recordó que en 2023, la industria tecnológica había crecido un 19%, mientras que este año pasó a un 9%, lo que implica una “diferencia muy importante” y un camino de “grandes desafíos”.
A pesar del freno, la participación del sector en la economía continúa en ascenso: subió de 4,4% a 4,5% del PIB, acercándose a la meta del 5% que la cámara proyectó para 2025. Para Perea, ese peso creciente es clave en un país cuyo crecimiento estructural se ha mantenido estancado en el entorno del 1% al 2%.
“Cuanto más participemos del PIB, más aportamos al crecimiento de Uruguay. La tecnología es uno de los pocos sectores que empuja por encima del promedio, pero para sostener ese rol necesitamos resolver desafíos importantes”, afirmó.
Facturación, exportaciones y empleo
El informe “Principales resultados. Encuesta del sector IT, diciembre 2025”, realizado por CUTI, señaló que la facturación total del sector alcanzó los 3.681 millones de dólares, lo que representa un crecimiento del 9% frente a 2023.
Asimismo, detalló que la facturación total del sector TI se dividió entre 1.358 millones de dólares en el mercado interno y 2.323 millones en exportaciones, con aumentos del 12% y 7%, respectivamente.
Las empresas de mayor porte, que son las que facturan más de 5 millones de dólares al año, concentraron el 93% de las ventas y crecieron 10% en 2024. En contraste, el único tramo que mostró caída fue el de empresas con facturación anual entre 1 y 5 millones de dólares, donde las ventas disminuyeron 11%. Los segmentos más pequeños registraron aumentos: 17% en empresas que facturan entre 200.000 y 1 millón de dólares, y 12% en las de menor facturación.
En materia de exportaciones, Estados Unidos volvió a liderar, aunque con una caída relativa (del 82% al 78% del total). Reino Unido mantuvo el segundo lugar (10%), mientras que Chile desplazó a España y pasó al tercer puesto (4%). Alemania y Arabia Saudita ingresaron por primera vez al top 10 de destinos.
En empleo, el sector alcanzó las 20.500 personas contratadas en 2024, lo que representó un leve incremento respecto del año anterior que confirma la tendencia de crecimiento sostenido, aunque más moderado.
La encuesta de CUTI —la única medición especializada del sector a nivel nacional— se realiza desde hace más de dos décadas y en esta edición relevó información de 271 empresas socias entre mayo y agosto de 2025, con criterios metodológicos revisados por el Centro de Investigaciones Económicas (CINVE).
Áreas prioritarias
Por su parte, el presidente de CUTI identificó tres áreas prioritarias para evitar que la desaceleración se transforme en una tendencia. La primera se refiere a la formación “profunda y sostenida” de talento.
Perea sostuvo que la industria sigue necesitando más personas, pero con un nivel de formación mayor al que requería hace algunos años. “Antes un chico con unos meses de formación podía emplearse. Hoy eso nos está costando muchísimo. La inteligencia artificial está absorbiendo tareas básicas y necesitamos gente más formada”, subrayó.
Asimismo, la cámara insiste en avanzar hacia una industria basada en propiedad intelectual y productos tecnológicos escalables, en lugar de depender casi exclusivamente de servicios que se venden una sola vez. “Necesitamos condiciones para generar productos que se puedan comercializar muchas veces y por muchas empresas”, dijo.
Al mismo tiempo, consideró que la exposición del sector a Estados Unidos vuelve más urgente la apertura de otros mercados. Brasil es un objetivo natural, pero enfrenta barreras significativas: retenciones de alrededor del 40% para la exportación de servicios, lo que hoy lo vuelve “prácticamente inaccesible”, según Perea.
Por último, señaló que hay expectativas en torno a acuerdos comerciales de largo plazo, como el tratado con la Unión Europea o nuevos marcos de cooperación que faciliten el intercambio tecnológico.