Con tres partidos, esta noche comenzará una nueva jornada de la Liga Uruguaya de Básquetbol (LUB). Por la cuarta fecha, hoy jugará uno de los punteros e invictos, Defensor Sporting, mientras que el otro, Nacional, lo hará mañana. Esta etapa, además de lo que está en juego, servirá de previa para lo que suceda entre lunes y miércoles: la llave de la Liga Sudamericana de Básquetbol que se jugará en Montevideo y en la que se enfrentarán Goes, Welcome, Flamengo (Brasil) y Libertad Sunchales (Argentina). En esos días no habrá actividad por la LUB; se retomará el jueves 25.

Se empieza por casa: Urunday Universitario recibirá en el Prado a Sporting a las 20.30. El favoritismo es de la visita, tanto por los números como por el rendimiento. A los universitarios, por el contrario, el arranque del torneo les ha costado bastante.

Los otros dos partidos de hoy arrancarán a la misma hora: Olimpia-Aguada se medirán en la cúpula de Colón y Atenas-Goes se jugará en el gimnasio de las alas negras. Atenas, precisamente, es el único de estos cuatro equipos que no ha ganado, mientras que los demás tienen igual marca: dos ganados y uno perdido.

Mañana se cerrará la fecha con cuatro partidos. A las 20.30 se medirán Sayago y Hebraica y Macabi en Ariel y la vía; el líder Nacional, como local en Unión Atlética, recibirá a Trouville; Malvín tendrá la visita de Welcome. Más tarde, a las 21.15 y para la televisión, el Cerro será escenario del enfrentamiento entre Verdirrojo y Biguá.

Así por qué

No es casualidad que Sporting y Nacional estén por encima del resto en la tabla de posiciones. Armados para pelear el título, ambos han sabido resolver los partidos que se le presentaron. Lo hicieron con recetas diferentes pero con idéntico resultado: la victoria.

Sporting va de la mano de Andrés Dotti. El sanducero no sólo es determinante en el armado de los fusionados, sino que también juega con el traje de goleador, incluso por encima de los extranjeros. A propósito de los foráneos, Anthony Johnson sigue demostrando que es uno de los mejores de la LUB.

El tricolor basa su momentáneo éxito en el binomio Esteban Batista-Anthony Danridge, que en cada uno de los tres partidos han contado con un socio: Santiago Moglia, Callistus Eziukwu, Joaquín Izuibejeres. Batista es el dueño absoluto de los tableros con un promedio de rebotes soberbio: 18,3 por partido (casi cuatro rebotes más que el segundo, el aguatero Ricardo Glenn). No había ninguna duda de que Danridge iba a estar entre los goleadores de la LUB, una certeza que confirmó en los tres juegos: es el máximo anotador y ostenta un promedio de 27 puntos.

El lote de los que acumulan dos partidos ganados y uno perdido es vasto. Son cinco equipos que quieren ratificar su momento con una victoria que les permita cortarse arriba. De los que están al revés –una victoria, dos caídas– sorprende el momento de Malvín, que encima liga poco: Marcos Cabot sufrió un nuevo desgarro y estará inactivo por un tiempo.

La paridad es una característica de este arranque. Seguramente, a raíz de que hay tres extranjeros por equipo y de los resultados apretados de los juegos (aunque hubo algunas goleadas), Atenas y Sayago, a pesar de haber tenido buenos encuentros, todavía no han podido anotar su primera victoria.

Se presentó a Ruben Magnano

Ayer se oficializó la contratación del argentino Ruben Magnano como entrenador de la selección uruguaya de básquetbol. El cordobés, que tiene en su haber un extenso palmarés –entre otras cosas, obtuvo una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004–, estará acompañado en la tarea por su compatriota Leandro Ramella y Javier Isis como asistentes, más el profesor Marcelo Bessio como preparador físico. Según se supo, el contrato de Magnano está vigente hasta que termine la clasificación para el Mundial de China 2019. Si Uruguay va, dirige; si queda por el camino, el contrato finaliza.

Lo próximo que tiene la celeste son los trascendentes choques en el Antel Arena: Puerto Rico, el 29 de noviembre, y Estados Unidos, el 2 de diciembre. Al respecto, el nuevo entrenador dijo: “Vine porque el desafío numérico me permite soñar. No es fácil, pero estamos al borde de algo que para Uruguay es histórico. Hay que ser coherente con las actitudes para alimentar ese sueño”.