Fue una noche de Copa Libertadores. De esas míticas, clásicas, jugadas como corresponden, que encima tuvo ideas y vueltas. EL resultado de la ida era favorable a Gremio. Los tricolores habían ganado 1-0 en Buenos Aires. Como si fuera poco, empezaron ganando la revancha gracias al tanto que metió Leonardo Gomes a los 36. Pero la historia tenía preparado un vuelco más.

River había jugado bien en el primer tiempo, pero no pudo convertir. Erró y le atajaron. Para colmo recibió ese tanto en contra que aumentó la brecha. Cuando el colombiano Rafael Santos Borré empató a los 82 de cabeza, el tiempo para la hazaña parecía poco, muy poco. Pero el millonario fue con la ilusión y la esperanza a cuesta.

Y lo logró: el VAR llamó al árbitro Andrés Cunha, lo hizo mirar una jugada con mano en el área que el uruguayo no había advertido y cobró penal. Estaba pasada la hora. Gonzalo Martínez tomó una pelota de plomo. Sin embargo, su zurdazo fue cruzado, arriba, contundente, para poner el 2-1 y dar vuelta el resultado.

Con Gremio afuera, el habrá nuevo campeón. El otro finalista saldrá entre Palmeiras y Boca. La cita es a las 21.45 del miércoles. En la ida ganaron los xeneizes 2 a 0.