Hubiese sido un lindo Pienso, o un Resuelvo, para un quinto o sexto año en una tarde de sol de después del recreo. Con las túnicas desajustadas, la moña casi suelta, los cachetes rojos y la frente perlada de sudor por correr atrás de la pelotita, y el maestro o la maestra plantea: “Si la selección uruguaya ha jugado, según la FIFA, desde su creación hasta este viernes, antes de enfrentar a Corea del Sur, 899 partidos, y Óscar Washington Tabárez la ha dirigido en 185 oportunidades, ¿cuál es el porcentaje de partidos de la selección en los que el Maestro ha estado al frente de la celeste?”.

En la Artigas de Florida o en la Simón Bolívar de Montevideo, las dos escuelas varelianas a las que asistí, me hubiese recopado con una regla de tres simple y en mi hoja Tabaré le hubiese planteado que si 899 es el 100% y 185 es equis, entonces 185 por 100, dividido 899, da 20,57. Buscando ese sote me hubiese disparado hacia la maestra (María Eugenia la de quinto, Elsa la sexto y, ya que estamos, Óscar Washington, el de la vida del fútbol) para contestar que Tabárez ha dirigido a Uruguay en 20,57% de los partidos que ha jugado el seleccionado de futbolistas de la Asociación Uruguaya de Fútbol en sus 117 años de historia.

Los guapos del 900

Después, ya muy grande para la escuela, descubriré que el viernes a las 8.00 de nuestras pantallas Tabárez dirigirá en Seúl el partido número 900 de la selección uruguaya, como también dirigió el 800, y que, como quien no quiere la cosa, entre el año que viene y el otro estará llegando a su partido 200 como director técnico de una misma selección absoluta en partidos internacionales A.

En realidad, Tabárez tiene una buena cantidad más de partidos al frente de la selección uruguaya si contáramos aquellos en los que no pudo estar por suspensión o por razones de salud, o aquellos en los que la celeste representaba al Comité Olímpico Uruguayo.

El viernes Tabárez dará continuidad en el campo de la acción y de las ideas a aquel proceso virtuoso que empezó el 8 de marzo de 2006, aunque en realidad estará dando inicio a su quinto ciclo buscando poner a Uruguay en la fase final del Mundial. Hasta ahora en sus dos etapas lo ha hecho de forma perfecta. En 1988 asumió para llegar a Italia 1990. Luego, ya con un plan más enfocado y afinado –trascendiendo el objetivo central de llegar con la selección a los mundiales–, lo ha hecho en 2010, 2014 y 2018.

Contame una historia

Entre aquel primer partido en Asunción, el 27 de setiembre de 1988, frente a Ecuador por la Copa Boquerón, el que me tocó cubrir para el diario cooperativo La Hora, y aquel último con Italia en Roma, en el que estaba como enviado de La Hora Popular, Tabárez dirigió 34 partidos y consiguió la clasificación al Mundial y un vicecampeonato sudamericano en Brasil 1989 (perdimos en Maracaná con Brasil 1-0 con gol de Romário el 16 de julio).

Después de 16 años, y de que una infinidad de entrenadores dirigiera por períodos cortos la selección, volvió Tabárez con muchas ideas y un plan que trascendía lo meramente técnico-táctico. Antes habían pasado 12 directores técnicos, un título de campeón de América en 1995 y una clasificación para el Mundial de Japón-Corea 2002. Se sucedieron los períodos en los que la selección estuvo al frente de Luis Cubilla (1991-1993), Ildo Maneiro (1993), Roberto Fleitas (un partido en 1993), Héctor Núñez (1995-1996), Juan Ahuntchaín (1996-1997), Roque Máspoli (1997), Víctor Púa (1999, 2001-2002), Daniel Passarella (1999-2000), Jorge da Silva (un partido en 2002), Juan Ramón Carrasco (2003-2004), Jorge Fossati (2004-2005) y Gustavo Ferrín (2003, dos partidos, y 2006, un partido).

El primer partido de la segunda época como director técnico celeste del Maestro fue el 21 de mayo de 2006. Ese día Uruguay le ganó a Irlanda del Norte, con un equipo conformado por Fabián Carini; Andrés Scotti, Carlos Valdez, Diego Godín y Walter López; Diego Pérez, Pablo García y Guillermo Giacomazzi; Fabián Estoyanoff, Sebastián Abreu y Gonzalo Vargas.

El segundo contrato, tras el éxito de Sudáfrica 2010, fue firmado en setiembre de ese año, por lo que Tabárez no pudo estar en el amistoso con Angola en Lisboa, en el que Uruguay, dirigido por Juan Verzeri, triunfó 2-0.

El 8 de octubre de 2010 fue el primer partido de Tabárez en su nuevo contrato: le ganó 7-1 a Indonesia, con tres goles de Luis Suárez, tres de Edinson Cavani y uno de Sebastián Eguren.

Después del Mundial de Brasil 2014, se firmó el tercer contrato de trabajo consecutivo, pero Tabárez no pudo estar en la serie de partidos en la que, curiosamente, Uruguay enfrenta a los mismos rivales de ahora: le ganó 2-0 a Japón 2-0 y 1-0 a Corea del Sur, en ambos casos dirigido por Celso Otero.

El retorno se produjo en la ciudad Jedda, donde los celestes enfrentaron a la selección de Arabia Saudita. El resultado fue un empate 1-1 y alinearon Fernando Muslera, Maximiliano Pereira, José María Giménez, Emiliano Velázquez, Álvaro Pereira, Mathías Corujo, Egidio Arévalo Ríos, Nicolás Lodeiro, Cristian Rodríguez, Jonathan Rodríguez y Luis Suárez.

A clase otra vez

El partido del viernes, el 186, un número no incluido en el Pienso inicial, será el primero correspondiente al cuarto contrato consecutivo de Tabárez para desarrollar su tarea al frente de las selecciones nacionales.

El juego con Corea del Sur, a las 8.00, hora uruguaya, reúne un montón de datos significativos. Diego Godín, presente en aquel primer amistoso de 2006, podrá tener 123 partidos con la celeste y quedará a dos de los 125 de Maxi Pereira, el de mayor actividad con Uruguay de la historia. Además, Marcelo Saracchi, que en marzo de 2006 empezaba su segundo año de escuela en Paysandú, ahora, con 20 años, podrá convertirse en otro de los futbolistas que completen toda la escalera de formación celeste, desde la sub 15 hasta la mayor.

Es que la cosa es de institucionalización de los procesos de selecciones nacionales y la formación de sus futbolistas.

Sote con felicitaciones.