Dinámico, jugado a lo final pero con buen fútbol, con protagonismos alternados y cuatro goles. Así fue el 2-2 con el que Boca Juniors y River Plate empataron en la final de ida de la Copa Libertadores de América.

En el análisis global tal vez jugó mejor el millonario, pero también hay que decir que Boca se puso adelante las dos veces. Primero, en el minuto 34 del primer tiempo, cuando Wanchope Ábila la mandó guardar. Le duró poco, porque Lucas Pratto empató un minuto después. Fue en el final del tiempo inicial cuando Darío Benedetto metió el 2-1. A los 61 minutos, Carlos Izquierdoz ligó mal, se la mandó en contra, y así terminaron.

El campeón se definirá en la revancha en el Monumental el 24 de noviembre. Como sucede en los últimos años, en la final de la Libertadores no incide el gol de visitante. Si empatan, por cualquier marcador, habrá alargue; si se mantiene la paridad, habrá penales.