Fue e hizo lo que debía. Sin jugar bien y con mucha ineficacia, los tricolores cumplieron con el libreto y se llevaron los tres puntos del Saroldi. No pudieron quedarse con la tabla acumulada y ahora jugarán con Peñarol sabiendo que deben ganar sí o sí para ir por el Campeonato Uruguayo. Los de Pablo Peirano coronaron un buen año y la tercera ubicación les asegura estar en la segunda fase de la Copa Libertadores, por lo que deberán vencer a dos rivales para llegar a la zona de grupos.

En el primer tiempo Nacional tuvo la pelota y la distribuyó bien, pero le costó arrimarse. El peligro vino con una volea de Christian Oliva que tapó Federico Cristóforo. Luego fue por arriba: cabezazo de Gonzalo Bergessio, tapado por el golero danubiano; y otro de Matías Zunino en el final del primer tiempo, que dio en el palo.

En Danubio la tuvo Carlos Grossmüller, pero Esteban Conde le aguó la fiesta. Eso no impidió que Maravilla regalara magia todo el tiempo, con pases, con enganches y bajando pelotas imposibles.

Lo mejor llegó en el segundo tiempo. Nacional se acomodó mejor y volvió a presionar por afuera. Una corrida de Gonzalo Castro por la izquierda culminó con un centro que conectó Seba Fernández: acomodó perfecto en el aire y cabeceó hacia abajo, con pique, para meter el único tanto de la tarde. El gol les dio tranquilidad a los albos, que metían oreja con lo que pasaba en el Franzini. Recién entonces Danubio se vino: cuando se juntaron Grossmüller, Ignacio González y el ingresado Pablo Cepellini el juego tuvo otra lógica. El equipo de Peirano intentó llegar en bloque, con un Nacional inestable en el fondo, pero no manejó bien los tiempos. Fueron llegando noticias desde el Franzini y eso también pegó en el campo, porque los tricolores cedieron espacios y estuvieron imprecisos. Ahora Nacional irá con todo el fin de semana en el cruce con Peñarol, en el que no habrá mañana. Debe ganar sí o sí, aunque sea por penales, para poder jugar las finales por el campeonato.