A Pablo Cuevas Madrid le sienta bien por varios motivos. Se siente como en casa, la superficie en la que se juega es su preferida, polvo de ladrillo, y en varias ocasiones ha conseguido buenos resultados; sin ir más lejos, en la competición del año pasado el salteño llegó hasta las semifinales.

Por la segunda ronda del Máster 1000 madrileño, el uruguayo le ganó 6-1, 6-7 y 6-2 al español Albert Ramos-Viñolas y se metió en la tercera ronda del torneo. El juego del salteño fue muy superior al de su rival. Cuevas contó con posibilidades de ganar el partido en el segundo set, pero se le escapó en el tie break. Luego, con autoridad nuevamente, hizo una buena tercera manga y se llevó la victoria. En la siguiente fase se medirá ante el estadounidense John Isner (9º del ranking ATP), partido que se jugará el viernes.

Avanzar o quedar por el camino en singles no le da lo mismo a Cuevas; justamente por haber llegado a la semifinal el año pasado, el salteño tiene que defender 360 puntos de ranking. Sólo repitiendo colocación mantendrá esos puntos, mientras que si pasa a la final sumará más, dependiendo de si es campeón o segundo. Pero si pierde, no tener esos puntos va a hacer que baje varios puestos.

Sobre el mediodía, Cuevas jugó en dobles junto a Marcel Granollers contra la pareja integrada por el brasileño Marcelo Melo y el polaco Lukasz Kubot, y, en partido apretado, fue victoria de la dupla polaco-brasileña por 7-5 y 7-6.