El elenco rojiverde consiguió una rotunda victoria en la sexta final de la Liga Uruguaya de Básquetbol y dejó la serie 3-3, llevando la definición a un séptimo y último partido que se jugará el martes en el Palacio Peñarol; ahí sí se cortarán las redes y habrá un nuevo campeón. Aguada fue rotundamente superior a pesar de estar tocado emocional y deportivamente por la baja de Diego García, suspendido por dos partidos por insultos a la terna arbitral en el quinto juego, cuando Malvín se puso 3-2 arriba en la definición. El equipo de Fernando Cabrera quebró el juego ya en el segundo cuarto y repitió aciertos de Demian Álvarez, sumado al mejor partido de la serie de finales de Jeremis Smith, que le ganó el mano a mano a Hátila Passos, y a la conducción moderada y acertada de Federico Bavosi. De ahí para adelante, nunca más lo pudieron alcanzar.

De arranque

Sin necesidad de llegar a ese momento cúlmine de los partidos de básquetbol, los minutos finales, la última parte o muchas veces el tercer cuarto, en esos diez minutos que parecen tomar el destino final del resultado, Aguada, fundamentalmente con su producción del segundo cuarto, cuando llegó a sacar hasta 21 puntos de ventaja y a duplicar a su rival en el marcador, tomó el control del juego en todo sentido, avanzando muchísimo en la definición. Enormemente necesitado, porque no había más posibilidades que ganar para seguir en el torneo, más la sublevación interior y general de los aguateros por la suspensión aplicada a Diego García, que hizo ver al base el partido desde la tribuna, Aguada tomó preeminencia en el juego y desbordó a Malvín en la primera parte, fundamentalmente porque se vio sólido en ofensiva, con un determinante Demian Álvarez, seguro y preciso en el uno contra uno y certero en el tiro a distancia.

El comienzo del partido fue extremadamente parejo. Ambos equipos se fueron alternando en la predominancia del marcador, con un dominio ligero de Aguada. No obstante ello, quizás lo más llamativo de la mitad del primer cuarto fue que transcurrió sin faltas, aunque con pelotas perdidas por parte de ambos equipos. Un doble de Demian Álvarez cuando faltaban poco más de tres minutos hizo que Aguada tomase su mayor ventaja inicial, que en ese momento fue de seis puntos por encima de Malvín, que no encontraba el gol.

La diferencia radicaba en que Aguada corría la cancha con mayor facilidad y Demian jugaba el uno por uno contra Marcel Souberbielle, que arrancó entre los cinco titulares, dejando en el banco al norteamericano Dominic McGuire. Un triple de Bavosi género la diferencia de cinco puntos (16 a 11) y Demian, en una preciosa jugada personal de ataque, puso la máxima diferencia del primer cuarto al llevar el marcador a 18-11.

En el segundo cuarto, a pesar del triple de McGuire, que pareció que empezaría a achicar la diferencia, el gran juego de Demian Álvarez, penetrando y utilizando la finta ofensiva, les permitió a los aguateros tomar mayor ventaja y con cinco tantos consecutivos del mercedario el rojiverde estiró su ventaja a 12 unidades (28-16).

Pareció que se empezaba a caer la estantería cuando, con triple del Mono Bavosi, el rojiverde llegó a 18 puntos de ventaja en la mitad del segundo cuarto y pasó a duplicar en el marcador a Malvín. Al final del primer tiempo se fueron a vestuarios 46-19, y a esa altura, con medio partido por jugar, la diferencia a favor de Aguada parecía inconmovible.

Y más

Ese tercer cuarto, llave de muchísimos partidos, punto de apoyo de algunas recuperaciones o sostén de una estabilidad que permite llegar a la definición muy bien acomodado, fue para Aguada el galvanizador de aquella ventaja en marcador y juego y lo llevó a sacar hasta 26 puntos de ventaja. En este caso, con la aparición fulgurante, como en los partidos anteriores, de Andrew Feeley, que sumó el goleo a su preeminencia en la lucha de los rebotes. Con Harper Kamp sentado un buen rato en el banco (cuando Pablo López lo sustituyó el norteamericano tuvo una salida de tono en el reclamo a su entrenador) y McGuire errático, sin gol ni aporte defensivo alguno, Malvín nunca pudo mostrar ningún atisbo de reacción, controlados, maniatados en su juego de creación y distribución Marcos Cabot y Nicolás Mazzarino. El tercer cuarto se cerró con enorme ventaja aguatera y la victoria casi confirmada a falta de diez minutos de juego con 26 puntos de ventaja: 71-44. El último cuarto, a pesar de la enorme diferencia, igual sirvió para tomarle el pulso a la reacción de Malvín, que con un parcial de 22-6 se llegó a poner a 11 a falta de tres minutos y ahogó un poquito el clima festivo aguatero. Como fuere, Malvín arrimó y quedó cerca, pero nunca puso en cuestión la victoria aguatera.

El martes va a estar divino. Hay que llevar trincheta porque se cortan las redes, porque se sabe, donde emboca un campeón nadie más vuelve a embocar.