La agonía fue a dos canchas. Hasta el penúltimo momento el rival de Uruguay era España. Pero vino el efecto dominó: los españoles empataron 2-2 en la hora, con un gol de taco, e Irán le empató 1-1 a Portugal en los descuentos con un gol de penal, combinación que hizo que, por más goles a favor, España quedara primera del grupo B, Portugal segunda, Irán eliminado con un punto menos que ambos y última la selección de Marruecos, que ya se sabía sin chances. Hay que decirlo: un efecto dominó con mucha justicia por obra y arte del VAR.

VAR 1: Marruecos le ganaba 2-1 a España con méritos propios, o sea defender mucho, salir de contragolpe y aprovechar las pelotas detenidas. La selección africana estuvo dos veces adelante en el marcador: arrancó ganando 1-0 con tanto de Khalid Boutaïb (a los 14) y luego 2-1 con gol de cabeza de Youssef En-Nesyri (a los 81). España había empatado a los 19 mediante conquista de Isco. Hay que fijarse en el minuto del 2-1 marroquí. Lejos de desesperarse, pero sí adelantándose mucho en la cancha, España se fue arriba con su habitual toqueteo intelectual. De lado a lado, aunque sin profundidad. Hasta la última: envío desde la derecha, Iago Aspas que le da de taco tipo rabona y la manda adentro. El árbitro, Ravshan Irmatov, se asesoró, porque había pitado fuera de juego. El video asistente dijo que no, que no era, entonces convalidó el gol. Así y todo, como Portugal ganaba, España quedaba en el segundo lugar del grupo.

VAR 2: mano en el área de Portugal y juego detenido. Se mira la tele, se conversa con los árbitros asistentes, y el juez central, el paraguayo Enrique Cáceres, pita el penal, casi al mismo tiempo que España conseguía la igualdad. Justicia otra vez. Fue brava la parada, pero Karim Ansarifard la colgó en el ángulo. 1-1 a los 90+3, que al final tuvo 3 minutos más con la incertidumbre flotando, porque si Irán metía otro gol se quedaba con el primer puesto, dejando a España en el segundo escalón y eliminando a Portugal. Fueron dos o tres centros iraníes buscando la proeza que no sucedió.

Ricardo Quaresma y Cristiano Ronaldo festejan el gol de Portugal a Irán, en el Mordovia Arena en Saransk.

Ricardo Quaresma y Cristiano Ronaldo festejan el gol de Portugal a Irán, en el Mordovia Arena en Saransk.

Foto: Filippo Momteforte

Apuntes portugueses

Portugal empezó ganando frente a Irán con gol de Ricardo Quaresma al cierre del primer tiempo. Un golazo: tiro a tres dedos desde afuera del área que se metió en el ángulo. Pero, lejos de jugar cómodo en el segundo tiempo, la selección portuguesa sufrió lo mismo que en todos los partidos que ha transitado.

Salvo por un buen tramo del encuentro ante España, donde brilló y fue dominador absoluto del juego, Portugal ha trabajado mucho para conseguir los resultados. Pese a la súper estrella Cristiano Ronaldo, siempre desnivelante, porque con talento se suelen abrir todas las puertas, el equipo portugués no le hace asco a defender. Lo tiene por vocación e interés de su entrenador, Fernando Santos –técnico que, con una receta muy defensiva y de contra, supo salir campeón de Europa con Grecia–. Su arquero es bueno, su defensa también, la mitad de la cancha defiende más de lo que hace jugar, pero claro, arriba tiene a CR7, quien solo y contra el mundo sabe cómo ganar partidos. É com você.