Fue un paso más y la confirmación de que, a pesar de no estar tan fino, Nacional está en un gran momento. Sigue primero en todas las tablas y eso entusiasma para afrontar lo que viene. Si bien el panorama no es el mejor en arcas institucionales, nada parece afectar al equipo dirigido por Alexander Medina, que el sábado venció a Rampla Juniors a base de actitud y algo de fortuna. Nacional siempre buscó, intentó y tuvo su premio en el final. La asimilación de juego y la congregación de nuevos futbolistas parece ser lo más positivo.

El equipo estuvo firme, quizá tuvo desatenciones en las transiciones de ataque a defensa, pero se mantuvo sólido y tácticamente correcto. Manejó el juego en la primera media hora. Lo más firme pareció ser el medio campo, en el que Christian Oliva y Gabriel Neves se entienden muy bien. Faltó mucha conexión de mitad de campo a la ofensiva, y el equipo sintió la ausencia de Tabaré Viudez. Rampla Juniors hizo méritos suficientes para llevarse algo el sábado del Gran Parque Central. Fue sabiendo lo que quería y lo pudo plasmar en la cancha. No es tan común que un equipo presione a un grande, algo que sí hicieron los picapiedras y lo administraron bien. El gran error de los dirigidos por Julio Fuentes fue no poder cerrar la última jugada en ofensiva, lo que les hubiese dado más chances de convertir.

La emoción apareció en el complemento. Pudo ser para Rampla con una exquisita combinación de toques, pero el panameño Luis Mejía le tapó la intención a Matías Rigoleto. Luego vino el ataque tricolor. De arranque un centro de Matías Zunino culminó con cabezazo a la red de Sebastián Fernández. El delantero cayó con el timing perfecto al área, se separó de la marca y metió un frentazo de gol. Los picapiedras tomaron revancha rápido y pagaron con la misma moneda: centro de Hugo Dorrego y cabezazo de Gonzalo Rizzo, tras zafar de la marca de Rodrigo Erramuspe. Pero se les complicó, porque Camilo Cándido se fue expulsado.

Con todo cuesta arriba los visitantes se cerraron bien y, sobre todo, se alinearon ordenadamente. A Nacional le costó y no pudo llegar con tanto peligro para vulnerar el arco de Rodrigo Odriozola, que también hizo méritos para sostener el empate. Pero cuando está para uno está, y sobre la hora una jugada fortuita le dio a los tricolores el triunfo de la noche. La pelota rebotó en Hugo Dorrego y se metió. No quedaba nada más por hacer.

Danubio le ganó 2-1 a Defensor

Los jugadores de Danubio tras el gol de Pablo Ceppelini ante Defensor Sporting.

Los jugadores de Danubio tras el gol de Pablo Ceppelini ante Defensor Sporting.

Foto: Federico Gutiérrez

Qué ventaja resultó el talento de Carlos Maravilla Grossmüller. No convirtió, pero fue determinante para aprovechar dos pelotas que fueron dos goles. La primera se dio luego de un lateral. Danubio jugó rápido, Grossmüller encaró hacia el área, hizo tremendo enganche para hacer pasar un defensa violeta y se la cedió a Pablo Ceppelini, que definió de derecha y puso el 1-0. La siguiente fue parecida, pero desde un tiro libre. Jugada por izquierda, centro de Maravilla y Sergio Felipe ganó anticipando y marcó el segundo. No se sabe si al que madruga alguien lo ayuda, pero si te dormís te puede salir caro. A los 33 del primer tiempo ganaba Danubio 2-0.

El segundo tiempo fue bien distinto. Defensor presionó y no dejó salir al equipo franjeado como antes. La nueva planificación surtió efecto y a los 51 la cosa estaba 2-1 gracias al gol de Pablo López.

Es justo decir que de ahí en más el violeta encerró a su rival. Facundo Silva, joven arquero danubiano, demostró un gran nivel en varias intervenciones. Por él –y por la buena actuación defensiva– fue que se sostuvo el resultado. Incluso, en la segunda que tuvo López, fue el arquero el que ganó el mano a mano.

Los minutos finales fueron de asedio violeta. Tal vez abusó de envíos aéreos buscando en Álvaro Navarro la especialidad de la casa. Sin chances claras para ninguno de los dos equipos, se fue apagando la tarde y el equipo de Pablo Peirano se llevó una buenísima victoria con aroma a clásico del Parque Rodó.

Progreso le ganó a Torque en el Paladino

En un partido importantísimo para la tabla del descenso, Progreso le ganó 3-1 a Torque en el estadio Abraham Paladino. La semana pasada los tejanos levantaron un resultado de dos goles en contra ante Danubio y le sacaron provecho al jugador de más en cancha que tenían por la expulsión de Federico Cristóforo en los franjeados. Merecieron un poco más que el empate, no se les dio pero el punto que sumaron de visitantes fue muy valioso.

Contra Torque pasó algo similar, pero esta vez consiguieron la victoria, trabajada, dura, importante. A los celestes que visitaban La Teja se les hizo cuesta arriba el partido, porque desde los tres minutos de juego quedaron con diez futbolistas por la expulsión de Matías Roskopf. Con ese panorama comenzó la tarde para Torque, que incluso llegó a empatarlo. Gastón Colmán marcó dos de los tres goles de los gauchos, el primero a los 49 minutos, apenas comenzado el segundo tiempo, y el segundo, de penal, a los 69; un poco antes, a los 56, el melense Pablo Olivera había empatado el partido para Torque, que no lo pudo aguantar, y tan es así que Progreso llegó al tercer gol, a los 74 minutos, a través de Facundo Labandeira, que liquidó el match.