Los carboneros visitaron a Liverpool luego de la eliminación en la Copa Sudamericana ante Atlético Paranaense y de los barullos dirigenciales que especulaban con la salida de su entrenador, Diego López, tan sólo seis partidos después de su llegada. En los escritorios, una sensación; en la cancha, otra. El partido fue durísimo para Peñarol, y el 4-2 tal vez no refleje cómo fue el trámite de la tarde, pero la victoria es muy valiosa. Además, la actuación de Gabriel Fernández, con tres goles, puede ser consagratoria.

El 1-0 tranquilizador llegó por la banda izquierda, lugar en el que Peñarol se sintió cómodo en los primeros 45 minutos. Una pelota que Lucas Viatri abrió –cuándo no– hacia la banda para la trepada de Lucas Hernández, y el posterior pase en largo para Ignacio Lores fue el presagio de lo que podía venir. El centro preciso y con calidad de Lores se metió como una puntada en el área chica de Liverpool y se topó con la barrida de Fernández, que marcó el gol aurinegro. Luego, Hernán Figueredo, en una jugada personal dentro del área grande de Peñarol tuvo la más clara para los negros: enganchó hacia adentro, remató y encontró la atajada contra el palo del coloniense Kevin Dawson.

Viva la tarde

El segundo tiempo arrancó con una genial tapada de Dawson, esta vez ante un remate de lejos de Federico Martínez. Como en la primera etapa, el partido estaba trabadísimo, pero los de Paulo Pezzolano mostraron otra cara. Le faltaba el toque final, porque no había hecho un mal partido. ¿La respuesta? Un tiro al palo de Viatri; se escapó Liverpool. ¿La contrarrespuesta? El empate negriazul, con un gran gol de Federico Martínez. Festejadísimo por los hinchas en la tribuna.

El partido no dio respiro, y cuando parecía que se le haría cuesta arriba al carbonero, apareció nuevamente Fernández, con una exquisita definición contra el palo. En los mano a mano es letal el delantero ex Racing, pero el pase que lo habilita para quedar de frente a Jorge Bava es de cirujano y tiene nombre: Lucas Viatri. El argentino entiende el fútbol a la perfección, como el capitán Cristian Rodríguez, que marcó el tercero de cabeza. Ya sobre el final, Juan Ignacio Ramírez le puso suspenso a la tarde, con el descuento de penal, pero en la última jugada –entró la pelota y Andrés Cunha pitó– otra vez el Toro Fernández la mandó guardar y se llevó la pelota.