La fiesta comenzó pasadas las 19.00. El Prado, de noche, con mucho frío, no lucía de su manera habitual. Muchísimos autos estacionando, bondis que daban vueltas por las calles 19 de Abril y Lucas Obes, y la avenida Buschental abarrotada de gente. Era una noche especial: se iluminaba el Parque Alfredo Víctor Viera, en el Prado de Montevideo, por primera vez. Y así lo sentía la gente de Wanderers, que se vistió con sus mejores pilchas para que se hiciera la luz. El Parque Viera brilló.

Previo al partido que jugaron Wanderers y Estudiantes de Buenos Aires, invitado especial en la jornada de ayer, se dio la entrega de los Premios Obdulio a jugadoras del equipo femenino y jugadores de las divisiones formativas, por representar “mejor los valores del histórico capitán”, el Negro Jefe. Entre abrazos, declaraciones de las autoridades y de algunos jugadores como el emblema del club, Sergio Chapita Blanco, se fue iluminando la noche. Esas luces le permitirán al club competir a nivel internacional en su cancha –nada menos–, pero también es un premio para el fútbol de la Asociación Uruguaya de Fútbol, que tendrá en el Viera otra cancha para mostrar en aquellos partidos que se vean afuera, como pasa con el Franzini y el Tróccoli.

El año 116 de nacimiento será recordado porque, claro, ayer fue el cumpleaños de Wanderers. Salud, hijos de Obdulio.