División de puntos entre gauchos y darseneros

Progreso venía en bajada y necesitaba sumar. Para River Plate siempre es importante escalar alguna posición, y la dársena venía con el envión de haber conseguido un punto en el Saroldi con Nacional, en un partido que para nada había sido favorable. Progreso y River empataron 2-2 en el Parque Abraham Paladino y quedaron muy lejos de la definición en el Torneo Clausura, pero vayamos a lo importante: en la Tabla Anual también quedaron relegados para clasificarse a la Copa Sudamericana, objetivo de los dos clubes. Claro, el primario para los gauchos era zafar del descenso y, si bien no se salvó aún, está muy encaminado para permanecer en Primera División.

Facundo Labandeira, gran figura en estos partidos de Progreso, marcó los dos goles para los tejanos, a los 49 y a los 64 minutos; antes de eso, River había conseguido el empate con un gol de Facundo Boné a los 57 y después, cuando faltaba muy poco para que se terminara el partido, a los 81, Matías Jones puso el 2-2 definitivo.

Los de Capurro se hunden en el descenso tras empatar con Liverpool

No le vino bien a ninguno, mucho menos a Fénix. Hubo chances para los dos, repartieron acciones, pero el empate dejó muy mal a los albivioletas. Los de Juan Ramón Carrasco, que alinearon con un 4-3-3, tuvieron un mejor primer tiempo y generaron peligro. Pudo ser con un bombazo de Bryan Olivera, pero dio en el travesaño. Unos minutos después probó Raúl Tito Ferro, pero Jorge Bava desvió su remate.

Fénix estuvo bien ordenado, la línea de cuatro se mantuvo fija, hubo pocas subidas de los laterales y eso hizo que jamás quedaran mal parados ante contras negriazules. Sin embargo, el equipo quedó muy partido y eso se sintió.

Liverpool también se paró con un 4-3-3, presionó más en el segundo tiempo y forzó errores en el rival que le dieron chances de gol. De arranque la tuvo Jean Pierre Rosso, pero Darío Denis se le paró firme. Enseguida pudo ser con una gran jugada que tuvo a Lucas Ocampo definiendo, pero otra vez el arquero le ahogó el grito.

Con mucho por jugar, la carta de gol de Carrasco era Leo Fernández, a quien los hinchas pedían desesperados. El chiquito entró pillo, se movió y generó juego, pero no tuvo compañía. La gran chance de todo el partido, y de triunfo, la tuvo Mathías Acuña en los locales. Centro de Rodrigo Abascal y cabezazo divino de Romarito, que no fue gol por la enorme tapada de Bava para ahogar el grito.

El empate les cae mejor a los visitantes. Liverpool suma un punto que lo mantiene firme en puestos de copa. Fénix está complicado en el descenso y necesita ganar ya para zafar. ‘Ta difícil.