En la sede de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), en Paraguay, se discutió durante buena parte de este martes dónde y qué día se jugaría la primera final única de la Copa Libertadores de América, que tendrá frente a frente a River Plate de Argentina y Flamengo de Brasil.

Tras varios idas y vueltas, la finalísima entre los equipos de Nicolás de la Cruz y Giorgian de Arrascaeta se jugará en el estadio Monumental de Lima el 23 de noviembre, el mismo día en que se había fijado con anterioridad. Así lo decidieron el presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, los presidentes de los clubes, Rodolfo D’Onofrio, de River Plate, y Rodolfo Landim, de Flamengo, más los presidentes de las asociaciones de Argentina (Claudio Tapia), Brasil (Rogério Caboclo) y Chile (Arturo Salah). En dicha instancia, todos descartaron jugar la final en el Estadio Nacional de Santiago, debido a la situación que se está viviendo en Chile.

“Nuevas circunstancias de fuerza mayor y orden público, analizadas y evaluadas con prudencia, considerando la seguridad de los jugadores, del público y de las delegaciones, motivaron la decisión de llevar la final de la Copa CONMEBOL Libertadores 2019 a Lima, Perú, y mantener la fecha del 23 de noviembre. La elección del nuevo escenario se apoya en el ofrecimiento del gobierno del Perú, y en las garantías de seguridad que ha dado”, dice el comunicado emitido por la confederación.