Después de dos partidos sin sumar el elenco de Álvaro Gutierrez volvió al triunfo venciendo por 2-0 a Fénix, con anotaciones de Gonzalo Bergessio y Leonardo Coelho, en contra, en el Parque Central, para quedar al tope de la tabla otra vez.

Vos no me lo podrás creer pero esto pasa. Y mucho más ahora por estos tiempos en que uno va construyendo su crónica a la par del partido, porque mientras la vas leyendo online no hace ni media hora que terminó el partido, pero asimismo mientras usted la está leyendo en esta hoja de papel de diario que mañana (u hoy) será envase de huevos frescos, o combustible para empezar el fuego, ya habrán pasado horas y aquel fatuo instante del gol, o de la mano, será insumo de construcción de un análisis posible.

Minuto 45 de la primera parte. Para mí había sido un ida y vuelta casi sin peajes de mediacancha que había entretenido al público. Por derecha la pelota le llega a Santiago Rodríguez. Le cuesta mínimamente el control de la pelota, pero corrige de inmediato. Avanza un metro más, levanta la cabeza y pone un centro templado y con suspenso. Allá atrás, como una tromba viene el cordobés Gonzalo Bergessio, que pone su cabeza como un yunque para que la pelota martille las redes. Golazo.

Los primeros 20 minutos fueron un espectáculo muy lindo de apreciar. Podría decir que fueron una delicia, pero tal vez no encuadre en el gusto futbolero del universo del público. Esas acciones de ida y vuelta ligeramente imperfectas, pero que hacían latir fuerte los corazones de los hinchas de uno y otro equipo, tenían la rareza de la belleza de su ligera imperfección. Ataques de un lado para el otro con situaciones de gol claras, como aquella que tuvo Fénix generada por Maxi Pérez, quien por derecha fue un infierno en la media hora inicial. Pero Nacional también llegó en muchas oportunidades con situaciones de peligro. Dale que te va de un lado y del otro. Con Maxi Pérez deslumbrante en su esfuerzo en Fénix, y con los tricolores, ya con la ventaja, buscando ajustar los procesos ofensivos, teniendo la pelota, pero también preocupados por cómo controlar el vértigo de los de Capurro.

Al final, recién al final, se develó que lo ganaría Nacional, cuando una precisa-preciosa combinación entre Pablo García y Sebastián Fernández, con definición de Seba por encima del golero, terminó en gol tras la desgraciada carambola entre el travesaño y la humanidad de Coelho, que fue quien terminó haciendo el gol en contra.

Lo primero es lo primero.