De tarde, en la rambla de Punta Carretas, mientras muchos tapan el bullicio de la hora pico entrenando con auriculares, se juntan más de 25 mujeres a pelotear. El objetivo principal del conjunto no es competir, sino brindar a las universitarias un espacio deportivo en el marco del Servicio Central de Bienestar Universitario (SCBU). Creado para mejorar la calidad de vida de estudiantes y trabajadores, el SCBU desarrolla sus principales actividades en las áreas de salud, cultura, deporte, alimentación y recreación.

En la cancha, el SCBU se hace cargo del sueldo de parte del cuerpo técnico –de la entrenadora y la profesora–, del espacio físico –es un espacio público cedido: la cancha de Montero, en la rambla– y del pago del campeonato, torneo que disputan siempre en la B porque no se les permite ascender a la A por no ser un equipo deportivo. Por otra parte, el equipo se autogestiona con un fondo en común para las demás necesidades.

Pia Flezter, que acumula una experiencia de tres años como directora técnica, es la entrenadora desde hace seis meses. Profesora de Educación Física, antes de asumir sus tareas en Udelar fue preparadora física y asistente técnica de la selección de mujeres y de algunos equipos amateurs masculinos de juveniles. Junto con Nadia Oña, la preparadora física de Udelar, y dos ayudantes de técnico que van rotando –vienen de la pasantía de la Licenciatura en Educación Física o de la Tecnicatura en Fútbol–, Carlos Basec, el entrenador de goleras, y Javier, el fotógrafo que ayuda con otras cuestiones, trabajan con las universitarias.

El principal objetivo de este año era lograr la permanencia en la B, algo que se aseguraron en el sexto partido, al quedar en el lugar 12 del torneo clasificatorio. Más tarde obtuvieron, además, un buen puesto en el campeonato: son las subcampeonas tras disputar la final con Rampla Juniors. Para la entrenadora, lo fundamental fue “la tranquilidad de que mejoramos mucho como equipo”.

Las académicas

El plantel se divide en dos grandes grupos: por un lado, las jugadoras que tienen experiencia en otros cuadros; por otro, las que se acercaron para conocer y formarse, sin intención de competir. Muchas también formaban parte del equipo de su facultad en la disputa del torneo interfacultades. Todas las jugadoras son mayores de 18 años, ya que se les exige ser universitarias. Para 2020 apuntan a que el equipo crezca y a que se acerquen más jugadoras para lograr el mejor puesto posible en la B.

El equipo no puede ascender porque no tiene divisionales formativas, pero esto no constituye una preocupación para el conjunto: “Las chicas se interesan por aprender, por conformar un equipo en el que todas estén comprometidas. Trabajan en comisiones, son muy organizadas, se destacan por cómo se presentan frente a los rivales en los partidos: se nota que siempre quieren mejorar y superarse. A mí me gusta enseñar más allá de los resultados”, explicó Fletzer.

Vanesa Russomano es una de las capitanas. Juega desde los 15 años y pasó por varios equipos federados: Central Español, Sud América, Racing y Villa Española. De Udelar admira que no sea un club deportivo, una característica que lo hace distinto de los demás, ya que tiene objetivos que trascienden la competencia. “Hace 15 años que está en competencia y hace siete que gana el premio fair play. Acá contemplamos la integración de las chicas que vienen del interior, sobre todo”, comentó la jugadora, quien además destacó que valora la forma en que se organizan para el trabajo dentro y fuera de la cancha: “Yo, que jugué en otros equipos, siento la diferencia. Nosotras funcionamos en comisiones –de logística, de indumentaria, de viajes, de rifas–, nos autogestionamos en todo; cada una de las que vienen tiene que formar parte de una comisión y es la forma de que se sientan parte del equipo”, aseguró.

Russomano contó que para 2020 aspiran a que “Bienestar Universitario nos siga apoyando”. “Todos los años tenemos que remarla para eso. Tenemos que hacer informes, hablar con la presidenta y con los directores de SCBU. Queremos mantener el equipo, que nos mantengan el cuerpo técnico”, dijo.

Con respecto al fútbol femenino espera que los cuadros se comprometan a tener fútbol de mujeres, que no lo hagan sólo por exigencia de las reglas FIFA. “Si eso sirve para que crezca el [fútbol] femenino, que siga. [Pero] no es lo mejor, porque están obligados a tenerlo y eso hace que muchos cuadros no brinden las condiciones que las chicas necesitan, aunque hay clubes que sí lo están haciendo, como Defensor [Sporting]”, afirmó Russomano.

Con un entrenamiento de cierre de año luego de salir subcampeonas, las futuras psicólogas, médicas e ingenieras, entre otras profesiones, dejan la cancha que separa la transitada avenida del mar calmo. Se despiden hasta el año que viene, cuando nuevamente se presentarán para practicar este hermoso deporte que se ajusta a los valores que promueven los centros de estudio.