De manera esforzada, sabiendo sufrir el partido, Uruguay venció a Colombia por 2–1 en Lima, en juego correspondiente al grupo B del Sudamericano sub 17. Con la victoria la celeste mantuvo el liderazgo de la serie, y quedó virtualmente clasificado al hexagonal final que decidirá al campeón y a los cuatro clasificados para el mundial de la categoría.

Algún día se hará una revisión seria y exhaustiva de la enorme forja que ha representado para nuestro deporte el establecimiento y desarrollo de un plan para institucionalizar las selecciones y formar futbolistas.

Es que uno ve a estos gurises desarrollar su solidario y efectivo juego como colectivo y reconoce que hay una formación uruguaya con capacidades para la competencia, y con tempranos pero firmes preceptos de adhesión, solidaridad y pertenencia.

Fue un partido difícil, complicado, por las habilidades y destrezas de los colombianos, y por el innegable esfuerzo y desgaste físico de los nuestros que venían de jugar ante Argentina y Brasil día por medio.

A los 6 minutos de empezado el partido un penal bastante cuestionable dio a Colombia la apertura del marcador, cuando apenas había intentado atacar en esa oportunidad. Andrés Arroyo fue el autor del gol, con un ajustado remate contra el palo.

Rápidamente Uruguay lo pudo empatar. Fue absolutamente justo, porque los celestes atacaban de buena manera y entusiasmaban con su fútbol. A la salida de un córner, Alexander Machado, el delantero cerrense reconvertido en volante por izquierda, entró en el área chica a definir por derecha y mandó la pelota al fondo de las redes.

Colombia se fue haciendo dominador del juego por su necesidad de puntos, y también por su capacidad de jugar en velocidad y con buena técnica. Uruguay le controló en su campo y buscó salir de contragolpe, cosa que no siempre pudo. A los 38 minutos, en una jugada elaborada por derecha, la pelota le quedó afuera del área al buen eje central Santiago Cartagena, quien apretó un derechazo rastrero y la puso contra el caño del arquero colombiano para anotar el 2-1.

La segunda parte resultó muy incómoda para Uruguay, que debió resistir el chaparrón sin posibilidades de quedarse con la pelota o de salir en contragolpe.

Garay con buen tino decidió en el entretiempo el ingreso del sólido zaguero Joaquín Sosa por Axel Prado que tenía tarjeta amarilla. También debió sustituir en el vestuario al arquero salteño Lukas González por una molestia física, por lo que, cuando a los 7 del complemento dio ingreso a Vicente Poggi, agotó todos los cambios, lo que hizo que no quedara ni un refresco para el intenso final del partido.

Los celestes aguantaron a pie firme, con un trabajo muy solidario de los 11 que estaban en cancha y de esa manera se quedaron con una gran victoria.