Preciso y efectivo, Wanderers le ganó a Liverpool 2-1. Los goles del bohemio fueron convertidos por Rodrigo Pastorini, su goleador, mediante tiro penal, y por el chileno Christian Bravo. El empate transitorio para los negriazules fue de Federico Martínez. Liverpool, además, tuvo la chance de empatar, pero Ignacio de Arruabarrena le atajó el penal a Juan Ignacio Ramírez.

El premio para Wanderers se lo dio su efectividad. Sin la pelota, el bohemio se cerró desde mitad de cancha para atrás y se soltó de contragolpe. Precisamente, uno de ellos, terminó en la carga veloz que fue penal y gol de Pastorino. Iban 32 minutos y las chances de gol habían sido todas de Liverpool que, con posesión y muy crecido en la cancha, jugó siempre cerca del área rival.

El segundo tiempo fue similar. Liverpool empató rápido -buen gesto de izquierda a derecha de Martínez y mejor latigazo cruzado contra el palo- y tuvo el juego como para pasar de largo. Le faltó efectividad: Ramírez erró un par, Bryan Oiivera otra, antes y después de su gol Martínez no estuvo acertado, y cuando entraron Maureen Franco y Diego Guastavino la tónica se mantuvo.

Con estos dos ingresos Liverpool apostó a ganador. Una situación que pareció lógica: irse arriba con viento a favor. Pero le falló la contraparte. Nicolás Acevedo quedó muy sólo en la tarea de marca en la mitad de la cancha. Una buena triangulación bohemia terminó con la pelota en los pies del chileno Bravo, que la colgó del ángulo.