Con una gran demostración de básquetbol, sostenida con un muy buen trabajo colectivo, más los rendimientos individuales que acostumbra, España venció 95-75 a Argentina y se consagró como nuevo campeón mundial, segundo título tras el obtenido en Japón 2006. La selección española dominó el juego de principio a fin. La intensidad defensiva para no dejar mover a Luis Scola fue fundamental. Bien encerrado con cambios y ayudas permanentes, el pivot no pudo incidir en la pintura. Sin él, el funcionamiento colectivo albiceleste no rindió.

Muy por el contrario, del otro lado de la cancha Argentina no pudo con España. Los europeos tomaron ventajas desde el arranque: Ricky Rubio ordenó, Sergio Llull estuvo al mejor nivel, los de abajo rindieron con puntos y rebotes de ataque, lo que, sumado a la profundidad de la banca –que logró que el equipo no perdiera intensidad–, cimentó la victoria del campeón. El goleo repartido de los españoles habla por sí solo: Rubio convirtió 20 puntos; Llull, 15; Marc Gasol, 14; Rudy Fernández, y Juancho y Willy Hernangómez, 11.

En el partido por la medalla de bronce, Francia venció a Australia 67-59. En el equipo galo el goleador fue Nando de Colo, con 19 unidades; por el lado australiano el goleo estuvo repartido entre Joe Ingles, quien marcó 17 puntos, y Patty Mills, que anotó 15. Serbia se quedó con el quinto puesto, luego de derrotar a República Checa 90-81, mientras que Estados Unidos venció a Polonia 87-74 y terminó el Mundial en la séptima posición.

Aficionados españoles durante la final Argentina - España, en el mundial China 2019, en Beijing.

Aficionados españoles durante la final Argentina - España, en el mundial China 2019, en Beijing.

Foto: Héctor Retamal / AFP