Un fin de semana de emociones contrapuestas para el ferrarista Charles Leclerc, que hoy logró su primera victoria en la Fórmula 1 y la primera del equipo Ferrari en el año, pero que corrió de luto por la muerte de su colega Anthoine Hubert, fallecido ayer durante una competencia de la Fórmula 2, que corría en la misma pista que la máxima categoría.

Las causas del accidente de Hubert, que era el actual campeón de la Fórmula 2, todavía permanecen inciertas. Se sabe que perdió el control a la salida de Eau Rouge, el complejo de curvas más peligroso y difícil de la actualidad, pero no cómo ni por qué. Juan Manuel Correa, el piloto ecuatoriano que embistió a Hubert y partió su coche en dos, ya fue operado tras quebraduras múltiples en sus piernas y lesiones en su columna vertebral, y está fuera de peligro, igual que Gianni Alesi, el otro piloto involucrado en el accidente. Hubert, que tenía 22 años, pertenecía a la misma generación de Leclerc y Pierre Gasly, los pilotos de Fórmula 1 visiblemente afectados por la pérdida del compatriota y amigo.

Leclerc, de todos modos, corrió de manera impecable. Cumplió con el mandato de hacer la pole position el sábado, en una pista veloz que, a priori, favorecía al potente motor Ferrari. Y el domingo, hizo lo debido: se escapó cuando pudo, esperó todo lo posible para cambiar gomas, y mantuvo a raya a Lewis Hamilton en las últimas vueltas.

Fue la primera victoria del campeonato para Ferrari, en un año en que el equipo italiano, que había sido marcado como favorito en la pretemporada, viene sufriendo una mezcla funesta de mala praxis, mala suerte y mala leche. El monegasco, que pudo haber ganado en Bahrein, rompió la maldición roja y trajo alivio a un equipo ultrapresionado.

Su compañero de equipo, en cambio, tuvo una tarde discretísima. Relegado al puesto de piloto de apoyo, Sebastian Vettle largaba segundo, pero quedó claro en las primeras vueltas que su rendimiento no estaba a la altura del de Leclerc. En una estrategia diferente, Vettel optó por hacer dos paradas en boxes, lo que significó que fuera superado por ambos Mercedes Benz, el de Hamilton y el de Valteri Bottas, que llegó tercero. Como consuelo, el cuatricampeón alemán se llevó el punto por la vuelta más rápida.

Quinto, en una atendible remontada, llegó el tailandés Alexander Albon, otro de la generación Hubert, que debutaba en Red Bull y supo estar a la altura cuando el piloto estrella, el casi locatario Max Verstappen (los holandeses coparon las tribunas en las Ardenas belgas) cometió un error de principiante en la primera curva, arruinando su carrera y la de Kimi Raikkonen.

Lo de Verstappen, además, fue un muy mal negocio para el campeonato, que, más allá de la alegría ferrarista, fue Hamilton el que aprovechó para ampliar su ventaja en la tabla. El próximo gran premio, en Monza, también promete festejos a los tifosi locatarios.