No le fue bien a Progreso en su debut copero. Por el partido de ida de la primera fase de la Copa Libertadores, los gauchos perdieron 2-0 ante Barcelona de Guayaquil. Los goles ecuatorianos fueron hechos por Fidel Martínez, aquel de pasaje por Peñarol, y por Emmanuel Martínez, uno en cada tiempo. Progreso ahora tendrá la difícil tarea de dar vuelta la serie en Ecuador. Jugarán el miércoles que viene. Quien espera ganador para la segunda fase es Sporting Cristal.

Querer volver

En la tribuna la fiesta. La Teja en pleno pobló la tribuna visitante del Viera, llenándola con hinchas, cánticos y banderas, lo más popular del fútbol más lindo. Algunas viejas glorias de aquel tiempo hermoso, título incluido, también dijeron presente para saludar la nueva historia. Otro tiempo, otro juego, 30 años, la misma pasión en la cancha grande de la Libertadores.

Como las historias se renuevan, los once de la vuelta de Progreso a la copa fueron Nicola Pérez en el arco; Esteban González, Federico Platero, Rodrigo Mieres y Mauricio Loffreda en defensa; Gonzalo Andrada como volante tapón; por delante de él Mathías Riquero, Rodrigo Viega, Alexander Rosso y Santiago Gaspari; arriba Alex Silva. Cuando el juego recién se iba armando Progreso tuvo la primera del partido. A los 10 minutos el córner salió desde la izquierda, la jugada preparada tenía como destino la cabeza de Riquero, quien ganó y la puso al segundo palo. Rosso, que estaba solo, le pegó mordido y el arquero la terminó atajando con su cuerpo.

Hubo un momento, ahí por la mitad del primer tiempo, en el que los gauchos jugaban mejor. Como si fuera una ley de Murphy, la jugada salió al revés. Barcelona trianguló rápido por derecha, juntó marcas por ese sector , como aplicando la ley del caos, descargaron por izquierda, donde Alegría Martínez aseguró el gol con toque a la carrera.

Como puñalada

El cerebro del partido fue Damián Díaz. Se sabe de las cualidades del argentino, volante creador, hilador de jugadas, buen lector de lo que está pasando y excelente habilitador entre líneas, como demostró. Díaz, en el inicio del segundo tiempo, metió un pase quirúrgico para que el otro Martínez, Emmanuel, pusiera el 2-0 para los ecuatorianos. Fue una diferencia grande que, en un juego con pocas llegadas, demostró cómo fue el partido -o cómo se desequilibró-: mientras Progreso no pudo mandarla adentro en varias ocasiones, Barcelona hizo dos de dos. Premio a la efectividad.

Lo que no tuvo premio fue la insistencia de los gauchos. Siempre quisieron, eso sí fue verdad, pero le faltó claridad, sobre todo en el pase final y en las definiciones, como para esperanzarse con ponerse a tiro. González, siempre fino en los tiros libres, fue el que estuvo más cerca de descontar, pero a su disparo lo sacó bien el bueno de Javier Burrai, siempre seguro bajo los tres palos. Esa de González, un cabezazo de Platero y un tiro desde afuera del área por parte de Andrada fueron las únicas claras para Progreso, que necesitó más pero no encontró.