Los dirigidos por Gustavo Ferreyra sacaron tremenda victoria ante un rival directo del grupo B, con miras a avanzar al cuadrangular final. El debut siempre cuesta, pero Uruguay no jugó bien y aun así pudo ganar con el gol de Diego Rossi en el complemento. “Era importante sumar puntos. Iba a ser un partido muy difícil. El equipo hizo un partido inteligente: pudimos contrarrestar los movimientos del rival y lastimarlo con profundidad. En la primera parte ellos avanzaron más, pero sabíamos que podíamos ir a más”, declaró el delantero de Los Angeles FC ante la prensa internacional tras el partido.

Le costó mucho a Uruguay, que la pasó fea en el primer tiempo. No sólo el rival fue superior, sino que el conjunto celeste cedió mucho terreno en el campo, además de la pelota. Uruguay se paró con un esquema de 4-3-3 y también, por momentos, con un 4-2-3-1. Le costó mucho la transición de la defensa al ataque: apenas salía con balón dominado, el equipo entregaba mal la pelota y la terminaba tomando el rival. Media hora de juego clavada fue a favor de Paraguay, que, no obstante, no pudo anotar: Ignacio de Arruabarrena estuvo bien, seguro, y tomó los tiros de Jesús Medina y sacó un cabezazo.

Después de la media hora, Uruguay mejoró. Se animó a jugar, fue más efectivo y, con balón dominado, llegó a generar peligro con un cabezazo y un remate de media distancia de Rossi. En el final del primer tiempo se repitió la tónica del comienzo y los guaraníes volvieron a ser dueños del partido y del juego. El pitazo que anunciaba el descanso fue como agua en el desierto para los celestes.

Y si el final había sido hasta un alivio, lo que pasó en el arranque del complemento también lo fue. Paraguay salió mal, y el Colo Juan Ignacio Ramírez se fue expreso al área. En el camino guapeó, lo apuraron, y alcanzó a puntearla para dejársela a Rossi, ya con el arquero a mitad de camino. El delantero que juega en la MLS la calzó como pudo, y el remate le salió mordido, contra el palo y se metió para el gol. Celebradísimo. Después le costó a Uruguay, porque Paraguay se le fue con todo. El equipo celeste debió replegarse. Era lógico. Se paró de contragolpe y comenzó a aprovechar el juego por las bandas, sobre todo con Rossi por la derecha. Paraguay intentó volver al juego del primer tiempo –caer en bloque, con toques cortos–, pero el equipo celeste estuvo más atento, sobre todo con un Nicolás Acevedo más firme. Luego Ferreyra hizo entrar a Francisco Ginella por Carlos Benavídez, a quien le costó mucho entrar en juego, y a Juan Manuel Sanabria por Facundo Waller, con la intención de tener mayor intensidad.

En el mejor momento celeste, cerca del segundo, hubo apagón en el Centenario de Armenia, circunstancia que enfrió las chances. Se reanudó el juego y Uruguay no estuvo tan profundo, pero intentó, de a poco, llevar el partido al campo paraguayo. Mientras los guaraníes tenían la pelota, Uruguay, ya con Federico Viñas en la cancha, se jugó de lleno al contragolpe, con una gran cantidad de volantes en la mitad de la cancha. Paraguay se fue cansando y cedió espacios que los celestes pudieron encontrar para aguantar el triunfo hasta el final. La primera está adentro; ahora viene Brasil.