La de Wanderers fue una victoria de esas que sacuden la tabla y le dan un empujón hacia adelante a un plantel. El bohemio derrotó a Progreso y el premio es doble: pasó a ser puntero de la serie A del Torneo Intermedio y sumó tres puntos muy importantes en el Descenso para estirar la ventaja con respecto a Defensor, Boston River y Danubio. Además –y no es poca cosa– alcanzó la línea de Peñarol en la Anual, con 30 puntos, posicionándose a dos de Cerro Largo y a uno de Rentistas.

Nahuel Roldán, de Progreso, y César Araújo, de Wanderers, en el Parque Alfredo Víctor Viera.

Nahuel Roldán, de Progreso, y César Araújo, de Wanderers, en el Parque Alfredo Víctor Viera.

Foto: Mariana Greif

El partido

La jugada previa al primer gol de la noche fue exquisita. Nicolás Quagliata, este juvenil que la viene rompiendo en Wanderers, eludió a varios jugadores y se la pasó a Mauro Méndez, quien lo vio mejor ubicado al argentino Hernán Rivero adentro del área, se la cedió y este remató con potencia al medio del arco. Esa combinación entre apellidos, Méndez-Rivero, era clave para el juego del equipo de Daniel Carreño. Se entienden muy bien.

Hernán Rivero, de Wanderers, y Anthony Sosa, de Progreso, en el Parque Viera.

Hernán Rivero, de Wanderers, y Anthony Sosa, de Progreso, en el Parque Viera.

Foto: Mariana Greif

El segundo gol de Wanderers fue del Colo Veglio, qué decir de este otro futbolista bohemio. Apareció –con los ojos bien abiertos– para tomar un rebote adentro del área tras un remate de Méndez que tapó bien Nicola Pérez. Fue el 2-0 a los 25 minutos de juego, y la ventaja era justa para un equipo que hacía de la efectividad su arma más importante.

Bruno Veglio, de Wanderers,  y Anthony Sosa, de Progreso, en el Parque Alfredo Víctor Viera.

Bruno Veglio, de Wanderers, y Anthony Sosa, de Progreso, en el Parque Alfredo Víctor Viera.

Foto: Mariana Greif

El tercero cayó en el segundo tiempo, a los 69 minutos, y vino tras otra buena jugada colectiva de Wanderers. Fue Santiago Martínez quien la puso como con un taco de billar en profundidad para Quagliata, que otra vez vio bien posicionado a un compañero, y la jugada terminó en gol. Rivero, otra vez, con gran definición contra el palo, gritó para el bohemio y liquidó el partido 3-0.

Los jugadores de Wanderers, tras el segundo gol de su equipo a Progreso, en el Parque Viera.

Los jugadores de Wanderers, tras el segundo gol de su equipo a Progreso, en el Parque Viera.

Foto: Mariana Greif

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