La noticia la dio la FIFA: “Tras el asombroso éxito de la edición de 2019, se tomó la decisión de ampliar la Copa Mundial Femenina de la FIFA a 32 selecciones y así seguir fomentando el crecimiento del fútbol femenino”. La medida rige para la Copa 2023, a dirimirse en Australia y Nueva Zelanda. Si el éxito del torneo realizado en Francia fue rotundo en todos los aspectos, la buena nueva ratifica el crecimiento de la modalidad femenina a nivel mundial. Esta decisión posibilitará etapas clasificatorias de mucha mayor competitividad y promoverá el desarrollo en cada una de las federaciones nacionales.

La Mesa del Consejo de la FIFA tomó varias decisiones importantes que tienen que ver con la novena edición de la copa que comenzó en 1991 en forma esmirriada, en China, con sólo 12 selecciones, con partidos de 80 minutos –la única vez que sucedió eso– y con un solo representante de Sudamérica: Brasil. En Noruega, en 1995, se repitió el número de 12 equipos, pero desde 1999 a 2011, las ediciones jugadas en Estados Unidos dos veces, en China nuevamente y en Alemania ya tuvieron 16 participantes. Luego se acelerarían los aumentos: en Canadá 2015 y en Francia 2019 fueron 24 las selecciones protagonistas finales y, ahora se llega a los 32 países representados en la futura edición a jugarse en sedes compartidas entre Australia y Nueva Zelanda.

La asignación de plazas: 29+3

En la última decisión de FIFA se asignan 29 plazas en competición interna de las confederaciones: 11 cupos serán para Europa, seis para Asia, cuatro para África, cuatro para el Caribe, Centro América y América del Norte, tres para América del Sur y uno para Oceanía. Los locales Australia, que compite en la confederación asiática, y Nueva Zelanda, que lo hace en Oceanía, se clasificarán automáticamente tomando una plaza directa de sus confederaciones.

El aumento para Conmebol, en este aspecto, es bien leve, ya que pasa de dos plazas y media, como tuvo en la anterior edición, a sólo tres a futuro. En 2019 participaron de la Copa del Mundo Brasil y Chile, que clasificaron directamente, y Argentina, que ganó un repechaje con Panamá.

El inédito torneo previo a la Copa

FIFA también informó en su comunicado que “las tres plazas restantes se decidirán mediante un torneo de desempate de diez equipos”, para el que resuelve un rebuscado mecanismo por el que, compitiendo en las sedes de Australia y Nueva Zelanda, en una fecha no anunciada, con sólo dos partidos por selección, se definirán esas tres agraciadas selecciones extra.

Para ese torneo de diez participantes Conmebol contará con dos plazas, o sea, el cuarto y el quinto puesto de la clasificatoria sudamericana, ya que los tres primeros clasificarán directamente. Europa y Oceanía tendrán allí una plaza cada uno, y también dos, como Sudamérica, las selecciones de Asia, África y la zona tripartita del Caribe. En esa novedad absoluta de un torneo reducido previo habrá tres grupos y cada selección jugará sólo dos partidos. Cuatro equipos serán sembrados en el torneo según la última clasificación mundial femenina FIFA (el ranking femenino) antes del sorteo de los play off, con un máximo de un equipo cabeza de serie por confederación.

Dentro de esa innovación absoluta, FIFA informa dos características más de lo que denomina el “formato del torneo de eliminatorias”: no se permitirá el sorteo de equipos de la misma confederación en el mismo grupo y, un ítem muy raro, el torneo de desempate se utilizará como un evento de prueba en Australia y Nueva Zelanda para la Copa Mundial Femenina de FIFA, y ambos anfitriones serán invitados a participar en partidos amistosos contra los equipos del grupo 1 y del grupo 2, asegurando así que todos los equipos jugarán dos partidos durante el torneo de desempate.

Más allá de estos vericuetos, y con una mirada uruguaya, lo real y positivo es que habrá una posible puerta de entrada mayor para la próxima Copa del Mundo para la mitad de los competidores sudamericanos.