Pasaron 72 partidos en el Arenas del Plata. Un montón de ilusiones y ganas de una enorme cantidad de deportistas que estuvieron nucleados en 13 equipos y coronaron un gran campeonato que tuvo a Malvín como campeón por tercera vez, y lo tendrá representando a Uruguay en setiembre en la próxima Libertadores en Rosario.

“Lo que sentimos es alegría. Alegría y alegría. Por todos los que vinieron, por nosotros, por la familia. Nos preparamos para esto y se dio”, aseguró el DT playero Germán Parrillo.

Flor de clima en Pocitos para coronar la quinta Liga Uruguaya Pre Libertadores de Fútbol Playa. Ya no con tribunas semivacías, como en las primeras ediciones, con algunos curiosos que se arrimaban, sino con muchos hinchas y entendidos de este deporte que se ha convertido en un clásico en las noches veraniegas de la rambla montevideana.

Un deporte que está consolidado a nivel de la Asociación Uruguaya de Fútbol y que suma cada vez más adeptos y espectadores. Equipos fuertes, que se preparan y que laburan durante unos meses para poder ser el mejor de la temporada. Bella Vista y Malvín no fueron ajenos a ello. Que hayan sido los dos mejores tiene un por qué. Además de lo estrictamente futbolístico, ambos cuadros sumaron en otros aspectos que hacen al combo completo. El fútbol playa cuesta, jugarlo y procrearlo. Entrenar no es sencillo, a pesar de que la costa montevideana es enorme. Hay que trillar fuerte cuando la arena come gambas y no dan más, con las ocho horas a cuestas.

El primer chico terminó 2-2, con goles rápidos y divinos. Arrancó primero el papal en unos segundos, con un lindo gol de Luis Quinta (de la selección), pero el playero lo igualó rápido con un tanto de su goleador, Gastón Laduche (también de la selección). Se dieron duro y cayó el segundo papal de tiro libre de Gonzalo Rosa. Ni lerdo ni perezoso, inagotable, lo empató de cabeza el histórico Pampero Sobral. Así se fueron al descanso.

El segundo chico sirvió para que Malvín sacara ventaja de tres goles por un rato. El tercero lo marcó el goleador Laduche, de tiro libre, y el cuarto fue de Iturriaga. El quinto fue una acción formidable del jugador de la selección Matías Cabrera, con un misil al ángulo. Al papal le costó, tuvo empuje, pocas chances, pero igual se conformó con un desvío que lo ayudó a descontar e irse al descanso perdiendo 5-3.

El definitivo chico arrancó con lo que el DT papal pidió, un gol rápido. El autor fue el player de la selección y capitán del equipo, Gonzalo Cazet, con un lindo zurdazo. El Bella estaba a uno, y Malvín sabía que le convenía alejarse. Un gol de Ignacio Di Bello y otro de Matías Cabrera pusieron de vuelta al playero tres arriba, pero descontó otra vez Luis Quinta para entrar en partido. Ganaba 7-5 el playero, y un bombazo del golero papal, Mateo Ramírez, puso a su equipo en carrera de nuevo. El empate fue de Gonzalo Rosa y ahí se puso de ida y vuelta. Laduche otra vez puso a su equipo en ventaja, pero se lo empató Quinta de cabeza. No había espacio para errores, la concentración era extrema, pero la magia de la arena estuvo en Malvín. Tiro libre de Matías Cabrera, que iba derechito, por abajo, y en el instante final dio un puntapié por la arena que se metió. Golazo y triunfo.

“Trabajamos todo el año para esto. Cuando no estoy acá juego en Europa. Pero acá trabajamos en un centro en Malvín como aprendizaje, y esa es la satisfacción que tengo. Acá había jugadores que hace sólo un mes y medio juegan. Dejamos un mensaje y una enseñanza para que cuando no estemos sigan los más jóvenes. De cinco torneos, Malvín ganó tres. Quiere decir que estamos haciendo las cosas bien”, comentó Pampero Sobral a Garra.