Las selecciones juveniles femeninas sub 20 y sub 17 volvieron a entrenar en el Complejo Celeste tras un mes a la deriva por distintos escenarios montevideanos y canarios, luego de haber sido sacadas de su lugar habitual de entrenamientos a comienzos de enero.

El viernes dábamos cuenta del entrenamiento hecho en ese lugar por la sub 20 el jueves 6 y ahora se agrega la práctica realizada allí ayer por la selección sub 17 que conduce Santiago Vasco Ostolaza. Ambos hechos marcan la vuelta de los dos planteles al lugar natural de las selecciones celestes.

Además, ya hay una programación día a día para esta semana en la que ambas selecciones se repartirán el uso de la cancha de césped sintético. Ayer y hoy lo utilizará la sub 17; mañana y el jueves lo hará la sub 20 que dirige Ariel Longo.

Todavía no fue autorizada la utilización de las canchas de césped natural, que se anunció que recibirían un “tratamiento” especial y resembrado.

La vuelta parcial al complejo confirma que la exclusión de los primeros días de enero fue “sorpresiva y exagerada”, como se escribió en aquella nota que mostró una situación de exclusión injustificada que estaba, semioculta al público. La cancha de piso sintético está en idéntica situación hoy que el 1º de enero. No fue necesaria y adecuada aquella medida, pero bien vale la rectificación.

La sub 20 jugará un partido de práctica con el equipo mayor de Nacional en el complejo mañana a puertas cerradas, y el viernes –pero en el Nasazzi– enfrentará a Peñarol a las 17.00. Buena elección de equipos que exigirán al máximo al seleccionado juvenil. Ya tuvieron una experiencia similar y positiva, por la exigencia a la que fueron expuestas, con el equipo mayor de Inter de Porto Alegre en los últimos días. Los días que no usarán el complejo las dos selecciones irán al country Los Teros, salvo el día del Nasazzi.

Pero hay más aspectos de interés.

Ostolaza: “Estamos cerca de tener el plantel definitivo”

La afabilidad del Vasco Ostolaza, entrenador y docente, es proverbial, y se le nota entusiasmado con una tarea que asume por primera vez: conducir un grupo de muchachas muy jóvenes (15 y 16 años las más y algunas de 17).

Las chiquilinas convocadas son Florencia Leiva, Martina Alonso, Vanina Sburlati, Camila da Silva (goleras); Oriana Omento, Natalia Ocampo, Karoline Fernández, Florencia Rosa, Julieta Felix, Lucía Olivera, Tatiana Lima, Magalí Arias, Sharon López, Ahelin Piña (defensas); Victoria Martínez, Alison Latua, Agustina Camargo, Agustina Núñez, Ivana Larrosa, Fernánda Díaz, Rocío Cavana, Romina Gómez, Marcela Hidalgo (mediocampistas); Nicole Dorado, Josefina Félix, Lucía Martínez, Guillermina Grant, Lucía Flores, Julieta Morales, Julieta Melogño (delanteras).

“Hemos visto a más de 100 gurisas, aunque nos faltó llegar a las zonas más lejanas de Montevideo”, dice quien asumió la responsabilidad a comienzos de setiembre. Con 30 jugadoras convocadas para el primer microciclo de cuatro días (hasta ahora han entrenado tres días por semana), de ayer al jueves, califica el momento actual, enfocado hacia el objetivo de tener un plantel que asuma el Sudamericano –que comienza en poco más de dos meses, el 15 de abril– diciendo que “estamos cercanos a tener el plantel definitivo”.

Recuerda la doble misión: tener un equipo competitivo y aportar a un proceso de formación de las chiquilinas de la elite uruguaya. Anuncia que en estos días enfrentarán a un equipo de varones sub 14, reconociendo la buena oposición que les hacen. Ya han jugado con formaciones masculinas de Villa Española y Racing. No descarta hacer prácticas con planteles de jugadoras mayores.

Se muestra plenamente conforme con los restantes integrantes del cuerpo técnico. Stefanía Maggiolini es su primera asistente; Laura Blanco se encarga de la preparación física; el entrenador de goleras es Damián Pedrozo. También recuerda a Luisina Pasarello –doctora, y futbolista– a la “fisio”, Macarena, y a la utilera, Sofía.

Espera con expectativa los partidos que jugarán con la sub 17 argentina, que están pactados para el 3 y 5 de marzo en alguna cancha montevideana.