Iban 24 minutos del partido entre el Galatasaray y el Rizespor cuando Fernando Muslera, arquero de los primeros, salió a cortar un mano a mano en el corazón del área. El golero uruguayo se tiró con todo ante el embate del checo Milan Skoda. El uruguayo impidió el gol sacando la pelota con el cuerpo, pero se llevó puesto al delantero.

Los gestos, tanto del arquero como de sus compañeros más cercanos, fueron inmediatos. Muslera levantó la mano en señal de dolor y el árbitro, inmediatamente, dio la autorización para que ingresara la sanidad del Galatasaray. El arquero de la selección fue cambiado, y minutos más tardes se confirmó la fractura de tibia y peroné.