El domingo a las 16.00 hay partidazo en Europa. El hermoso estadio Da Luz portugués recibirá a Paris Saint-Germain y a Bayern Münich con la orejona de la Champions League como objetivo. Los alemanes irán por el título que ya han obtenido en varias ocasiones; los parisinos, debutantes en este tipo de finales, van por la gloria eterna: un campeón es para siempre.

Bayern llega tras golear a Barcelona en un resultado histórico y vencer a Olympique Lyon, ganando bien aunque sufriendo, sobre todo físicamente: los bávaros acusaron el desgaste que significó el partido con el Barça. Sin embargo, más por calidad individual que colectiva, pudieron meterse en la final. Será la undécima vez que busquen el título de la Champions –sólo Real Madrid tiene más finales jugadas que el Bayer, 16– y van por la sexta copa. En resumidas cuentas, números que avalan a un grande de Europa.

El PSG es todo lo contrario. Si bien la historia reciente los tiene definiendo en Francia –donde prácticamente ganan todo–, su historial en competiciones europeas es muy flojo. Con Neymar y Kylian Mbappé como estandartes, saldrán a buscar lo que en 50 años de historia aún no han logrado.