Ahora ya es cosa resuelta: la etapa suspendida entre semana se disputará este fin de semana y todo se corre tres días. Como consecuencia, la definición del Apertura será en octubre. La décima etapa comenzó el viernes con el encuentro entre Cerro Largo y Torque en Melo, porque los montevideanos habían viajado a la capital de Cerro Largo para jugar el miércoles, y se acordó que jugaran lo antes posible.

Ese primer encuentro terminó 1-1. Guillermo May abrió el marcador para los locatarios a los 31 minutos; Álvaro Brun, de penal, lo empató para los celestes a los 81. Torque terminó con 10 por la expulsión de Andrew Teuten a los 30 del primer tiempo.

Para el sábado quedaron otros tres partidos: a las 12.30, Rentistas-Plaza Colonia en la cancha de césped sintético de los rojos; a las 15.00, Wanderers-River Plate en el Saroldi; a las 17.30, Peñarol-Liverpool en el Campeón del Siglo.

El domingo se completará la etapa con el resto de los partidos: a las 12.30, Boston River-Fénix en el Centenario; a las 15.00, Danubio-Defensor Sporting en Jardines; a las 17.15, Deportivo Maldonado-Progreso en el Campus Municipal; por último, a las 20.15, Nacional-Cerro en el Gran Parque Central.

En condiciones de laboratorio (para test PCR), el desarrollo del campeonato tenía una secuencia válida de juegos cada tres días mientras se pudiera, es decir, hasta que recomenzara la Copa Libertadores. Como oportunamente la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) había marcado como fecha tentativa de volver a la fase de grupos la ahora confirmada del martes 15 de setiembre, la Mesa Ejecutiva, con su anterior formación que presidía Juan Ceretta, había proyectado partidos entre semana hasta esa fecha. La idea era jugar de un tirón, cada tres días, todo lo que queda del Apertura y después sembrar las ocho jornadas del Torneo Intermedio, para, ya llegando a diciembre, sumar las primeras fechas del Clausura, con la expectativa de llegar hasta la mitad del torneo.

Si se jugara así, y con el reinicio de la Libertadores fijado para el 15 de setiembre, el Apertura sólo podría culminar –si no hay necesidad de jugar una final– el 3 y 4 de octubre, porque la decimocuarta fecha se podría fijar el 20 de setiembre, pero la última no podría ser ni el 23 (Libertadores), ni el 27 (elecciones), ni el 30 (Libertadores). Desde el punto de vista sanitario, viene saliendo todo perfecto, con un cumplimiento bastante eficiente del protocolo, aunque se notan algunas falencias en el cumplimiento puntual de lo pactado. Lo que sí sucedió, y estaba dentro de las probabilidades, fue que las condiciones del tiempo obligaron a suspender primero un partido –el de Rentistas con River Plate– y ahora una fecha integra.

Sin posibilidades de recuperar partidos atrasados entre semana, la repetición de Rentistas en un atrasado necesariamente movería todo una semana. Circunstancialmente fue Rentistas, pero pudo haber sido River Plate; lo cierto es que en estas circunstancias, con grandes limitaciones de calendario, ningún club podría quedar con dos partidos atrasados. Así las cosas, la fase regular del Apertura recién podrá terminar el 11 de octubre si se logra articular que pueda jugarse el 19 y 20 de setiembre. En esas fechas, de acuerdo a lo reformulado por la Asociación Uruguaya de Fútbol tras la postergación, se debería estar jugando la decimotercera jornada. Lo que complica su realización de manera íntegra es la participación de los clubes uruguayos en la Copa Libertadores. Nacional juega el jueves 17 de octubre en Avellaneda, Argentina, y el martes 22 en Mérida, Venezuela, por lo que es imposible que le fijen encuentros por el Uruguayo el sábado o el domingo.

Hay que salir y volver

Un poco distinta es la situación de Peñarol, que reglamentariamente podría jugar ese fin de semana, dado que por la Libertadores jugará el martes 15 de setiembre en Santiago de Chile y el jueves 24 en Cochabamba, Bolivia. La solución para esa fecha sería poder jugar siete de los ocho encuentros, y dejar Liverpool-Nacional para el viernes 25 de setiembre, un día antes de que empiece la veda electoral por las elecciones departamentales. Si eso fuese posible, la penúltima fecha se jugaría el 4 de octubre, y el campeonato culminaría el domingo 11, siempre y cuando no haya final por el título, que es el único desempate con un partido. Entre semana –posiblemente el 8– arrancará en Montevideo la clasificatoria mundialista para Catar 2022, en la que Uruguay enfrentará a Chile (el 13 de octubre Uruguay jugaría en Quito ante Ecuador).

Por la Libertadores no volverá a haber competencia hasta la semana del 19 al 25 de octubre, cuando quedarán definidas las posiciones que determinan los cruces en los octavos de final y cuáles son los ocho equipos clasificados para la Copa Sudamericana. El Intermedio podría comenzar el 16 o 17 de octubre, y no hay espacio para jugar entre semana porque finalizada la fase de grupos de la Libertadores comenzará la segunda fase de la Sudamericana, que por lo menos el 28 de octubre y el 4 de noviembre tendrá en competencia a Liverpool, River Plate, Fénix y Plaza Colonia. También podrían estar en esa lista Nacional y Peñarol si no siguieran adelante en la Libertadores pero consiguieran un reenganche en la Sudamericana.

Jugando sólo los fines de semana, el campeón del Intermedio se conocería el 6 de diciembre. Tal vez se elija jugar un par de fechas en medio de los partidos de noviembre de la selección, lo que permitiría que la final del torneo más corto del Uruguayo se jugara el 29 de noviembre. Quedaría tantear cuánto se puede adelantar del Clausura en diciembre. Con equipos compatriotas en la Libertadores y la Sudamericana, parece que no podrían haber más que cuatro jornadas los fines de semana. Sin embargo, si los uruguayos quedaran fuera de las competiciones de la Conmebol, el último módulo del Uruguayo podría avanzar en 2020 casi hasta la mitad. Así, jugando hasta el 27 de diciembre, se llegaría a la octava fecha del Clausura, y el Uruguayo 2020 podría estar culminando en enero-febrero de 2021.