Absolutamente confirmado: nadie, pero nadie hace exactamente un año estaría pensando y calculando de qué forma y en qué fechas se estaría resolviendo la temporada del fútbol que por aquellos días estaba pronta para empezar. Es un ejercicio que muchos de nosotros ya hemos realizado con distintas situaciones, pero con el fútbol queda muy marcado. No es tan extraordinario, ni en Uruguay ni en el mundo, que un campeonato empiece un año y termine en otro. Es más, ha sido necesario por distintas situaciones que los campeonatos no se jueguen, se corten, o directamente queden anulados. En Uruguay ha pasado cuando la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) estaba en su primeros años, con la guerra civil en 1904; ese año no se jugó el torneo, pero sí se definió el de 1903, con una final después de que el presidente José Batlle y Ordóñez estableciera una amnistía para aquellos que habían participado en el alzamiento armado de Aparicio Saravia y el Partido Nacional. En agosto de 1904 se jugó la final del campeonato de 1903, y no hubo torneo en 1904.

En 1925, después del “cisma” y del laudo del presidente de la República José Serrato, se decidió que no habría Campeonato Uruguayo para reorganizar la competencia y los participantes de la AUF y la Federación Uruguaya de Fútbol.

En 1930, por poner todos los esfuerzos y preocupaciones en la realización del Mundial y la construcción del estadio Centenario, tampoco hubo Uruguayo, y la última vez que el máximo torneo clubístico no se jugó fue en 1948, debido a la huelga de futbolistas que reivindicaban condiciones mínimas como trabajadores.

Hay otro tipo de situaciones extraordinarias, de definiciones en el año siguiente al que se debía haber terminado la temporada: pasó en 1934, cuando el “gol de la valija”: después de acontecimientos de distinta índole, el campeonato de 1933 recién se decidió en noviembre. La final del Uruguayo de 1959 se jugó en marzo de 1960, y la del Uruguayo de 1986 se definió el 6 de enero de 1987, en un partido que no fue final, que no estaba en el calendario y que además dejó entrever los manejos de poder entre Nacional y Peñarol, dado que ellos habían acordado una cláusula sólo entre ellos. En este siglo sucedió con un Apertura, el del Uruguayo 2008-2009, que debía haber terminado a comienzos de diciembre de 2008 y, por razones de inseguridad en las canchas, recién se decidió en febrero de 2009.

Salud y prosperidad

El Uruguayo 2020 es el primero que por razones sanitarias sufre modificaciones, postergaciones y hasta sospecha de suspensión definitiva. Decidido lo básico –que un campeonato que ya comenzó a jugarse con determinada reglamentación no puede modificarse en su forma de disputa–, como se pudo, y dependiendo de situaciones ajenas, como contagios y determinaciones de autoridades de la salud, se terminó el Apertura y casi logró finalizarse en 2020 el Intermedio, que al final culminará hoy. A esas fijaciones de etapa, haciendo equilibrio con las de la Conmebol para la Libertadores y la Sudamericana, hubo que sumarle otras variables: algunas previsibles, como la licencia de los futbolistas, y otras a golpe de balde, como las restricciones a espectáculos públicos establecidas como medida urgente por el gobierno.

Confirmado que absolutamente nadie pensaba que el Clausura 2020 iba a estar jugándose por lo menos hasta abril de 2021, revisemos, con la mayor cantidad de datos disponibles, el posible desarrollo de este campeonato en cuanto a su calendario y su interacción con la Libertadores 2021 y la Sudamericana 2021.

Entre el sábado 16 de enero de 2021, fecha ya fijada de inicio del Clausura 2020 con dos partidos el sábado, cuatro el domingo y dos el lunes, y el inicio de la Libertadores 2021, previsto para el martes 16 de febrero, los 16 clubes participantes del Uruguayo jugarán nueve partidos en un mes. Por los atrasos del Intermedio, seis de esos clubes –Nacional, Wanderers, Torque, Rentistas, Defensor Sporting y Boston River– jugarán diez encuentros en 30 días, redondeando un partido cada tres días, con las mismas condiciones de prevención y protocolos básicos para paliar el colapso de la salud ocasionados por la covid-19, porque con seguridad en este primer semestre del año entrante nada sucederá como para volver a lo que durante décadas consideramos normal en el fútbol. Los otros diez clubes apenas jugarán uno menos: nueve encuentros en 30 días.

Algo por el estilo

El primer partido del Clausura será Danubio-Cerro Largo, a las 10.00 en el María Mincheff, y por la tarde Cerro-Peñarol jugarán en el Tróccoli a las 17.00. El domingo a las 10.00, en el Paladino, jugarán Progreso-Torque; Fénix-River a las 17.00 en el Capurro; en el Parque Central, a las 19.30, Nacional-Rentistas, y las 21.45, en el Franzini, Defensor-Wanderers. Se completa el lunes con Plaza-Liverpool en Colonia a las 17.00, y a las 19.15 Boston River-Deportivo Maldonado en el Centenario

De la primera fecha –16 de enero– a la novena –13 de febrero– se podrá jugar en régimen constante de fin de semana y miércoles, pero desde el domingo 14 de febrero ya no se podrán utilizar los días entre semana, dado que la continuidad de la disputa de la Libertadores y la Sudamericana impedirá fijar esas fechas, incluso hasta para semifinales y finales del Uruguayo en abril, que por ejemplo podría encontrar al hasta ahora único club que sabemos con certeza que disputará el título, Rentistas, jugando finales y Libertadores o Sudamericana.

El martes 16 de febrero comenzará la primera fase de la copa Libertadores 2021 y eso hará que por lo menos por cuatro semanas ‒que pueden ser seis, si uno o los dos representantes AUF llegan a la tercera fase‒ haya actividad para uno o dos clubes de la Primera División uruguaya, lo que retrasará la disputa del Clausura y la definición del Uruguayo. Además, la situación se complicará más en oportunidades de calendario AUF cuando, a partir del 17 de marzo, comience la modificada disputa de la Copa Sudamericana, que este año tiene cambios, dado que empieza con enfrentamientos entre los representantes de una misma federación para después jugar en grupos.

Seguro se podrían jugar cinco fechas en enero –que desde ya no sabemos si podrán ser completas, por los casos de covid-19– y cuatro más hasta el 15 de febrero en la semana que comienza la actividad de la Libertadores. Desde allí, por la competencia de Libertadores 2021 y por la Sudamericana 2021, sólo se podrán jugar las fechas subsiguientes (desde la décima a la decimoquinta) los fines de semana, por lo que el Clausura recién terminaría el miércoles 24 (no hay copas por la fecha de la clasificatoria mundialista) o el domingo 28 de marzo.

Hay una única posibilidad de que el Uruguayo termine ese día: que Rentistas sea campeón de la temporada 2020. Para ello debería ganar el Clausura, pero además ganar la Anual. Si los rojos no consiguen ambos logros ese día, es seguro que el campeonato seguirá en abril; y en ese caso, si se diera la menor cantidad de definiciones posible –sólo una final/semifinal ganada por el que sumó más puntos en la temporada– terminará en la primera semana, pero en el escenario de todas las definiciones posibles, el campeonato recién terminaría en mayo. Es que si hay que jugar definición del Clausura, de la Anual, la semifinal y las dos finales, en el caso de que los que están definiendo estén en actividad internacional de la Confederación Sudamericana de Fútbol, la temporada 2020 recién terminaría los últimos días de abril, o incluso en mayo.

Fútbol a futuro

Todas esas posibilidades de agenda están planteadas de acuerdo exclusivamente a las variables deportivas y de reglamento, pero no atienden variables sanitarias o de inclemencias climáticas. Para el caso de que ahora, de arranque, uno o más clubes no puedan jugar las primeras jornadas por la covid-19, será muy difícil poder reponer esas fechas, aunque por ejemplo se podría ‒si ninguno de los participantes está en la primera fase de la copa‒ jugar esos dos miércoles de febrero; pero si las postergaciones o suspensiones de partidos son más, inevitablemente la temporada terminará en abril o en mayo.

La temporada 2021, entonces, comenzará en mayo o incluso en junio –porque habrá un par de semanas para trabajos de acondicionamiento físico–, y seguramente ese Uruguayo 2021 será sólo con Apertura y Clausura (está la idea de no jugar Intermedio). Hay muchos comentarios acerca de que los futbolistas que ahora no están habilitados para jugar el Clausura ni definiciones recién podrán vestir la camiseta del club que los ha fichado en el Uruguayo 2021; sin embargo, no es así. Como están las cosas, es casi seguro que antes del fin de la temporada 2020 ya hayan jugado los ocho clubes que participarán en las competencias Conmebol 2021, y allí esos jugadores nuevos podrán ser partícipes de esos encuentros ya desde el 17 de febrero, cuando Uruguay 4 arranque su andadura en la Libertadores.

La clasificación para el que represente el cupo de Uruguay 4 se establecerá al cierre de la séptima etapa del Clausura, cuando aún resten 24 puntos por jugar de la Anual, lo que desnuda la precariedad de la situación. Si quien ese domingo 7 de febrero no acepta por tener aspiraciones mayores, se ofrecerá a los clubes subsiguientes. Dos semanas después, con los mismos criterios, se decidirá cuál club entrará directamente a la segunda fase de la Libertadores, y para la Sudamericana, si se mantienen las fechas de inicio del 16 de marzo y la forma de disputa, habrá de suceder lo mismo con los cuatro clasificados uruguayos. Parece exagerado, pero los ocho clubes AUF que jueguen las dos competiciones Conmebol podrían estar jugando la Sudamericana o la Libertadores sin que hubiese terminado la temporada que los debía clasificar para los campeonatos que ya estén jugando. Esa situación, absolutamente verosímil, y otras ya casi en el área de las certezas, deberán ser estudiadas, determinadas como enmiendas reglamentarias para resolver esta impensada coyuntura, que no estará acorde con la justicia de los reglamentos propuestos a principio de temporada.

Pero hay que hacerlo, aunque sea injusto para nuestra representación, y no sólo con las clasificaciones a la Libertadores y la Sudamericana 2021, sino incluso con el problema de los futbolistas afectados por la covid-19, que, como en algunas otras ligas, podrían ser sustituidos por juveniles, a sabiendas de que se dará ventajas a nivel de competencia. El sábado empieza el último torneo de la temporada 2020, el que definirá todo. Son 45 puntos; sin embargo, con apenas los dos tercios de esas unidades se decidirá el futuro de la mayoría de los clubes uruguayos y sus disputas internacionales.

Es preciso entonces que todo esté absolutamente determinado, cargando todas las variables posibles, las esperables y las que aún ni con el golpazo del coronavirus y el cambio de nuestra vida podemos prever. Será injusto de acuerdo a lo que pensábamos en febrero de 2020, pero sin dudas es absolutamente necesario.