La Federación Uruguaya de Basketball (FUBB) reunió al Consejo de Clubes para, entre otros temas, diagramar lo que sería la posible vuelta de la actividad de la Liga Uruguaya de Básquetbol (LUB). El torneo, como se sabe, quedó congelado en las semifinales, cuando las autoridades sanitarias del país decidieron cancelar los eventos deportivos en espacios cerrados.

No se trata sólo de básquet. Que vuelva y que termine la temporada 2019-2020 de la LUB es fundamental por razones económicas. La LUB tiene un acuerdo comercial con Tenfield que consta de tres torneos: El Metro, que ya pasó; la liga, que está por terminar, y la LUB, que arrancaría en marzo, y si no se cumple con la finalización de esta temporada hay dinero en juego que no se cobrará. Más claro: si Aguada, Nacional, Trouville y Urunday Universitario no completan la LUB 2019-2020, quienes jueguen la LUB que comenzaría en marzo no cobrarán la asistencia económica prometida para cada club por confirmar su participación, cantidad (en el entorno de los 50.000 dólares) que a cualquier equipo le viene bien para armar su presupuesto.

La Secretaría Nacional del Deporte (SND) juega un rol importante en todo esto. Así como en su momento mandó parar el torneo ‒y, por cierto, varias críticas recibió, desde fuera y desde dentro de la FUBB‒ ahora la SND quiere que el campeonato acabe. Como ente rector del deporte, no le da lo mismo que no se juegue: hay un tema de imagen, de fortalecerse (o no). En su último comunicado, que data del 17 de diciembre, la SND expresaba que hasta el 10 de enero no se encuentran habilitados los espectáculos públicos deportivos. Ese mismo comunicado, por otra parte, habilitó solamente la actividad física individual sin contacto en los espacios cerrados. Como al momento la SND ha expresado si ya se habilitó jugar colectivamente en un gimnasio, la situación parece estar en un punto de contradicción.

Sin embargo, las autoridades gubernamentales y la directiva de la FUBB están elaborando un protocolo especial para este cierre de liga, protocolo al que le faltan detalles para ser aprobado. Hay que insistir que es una situación excepcional, puntualmente para esto que queda de LUB, y que no abarca ni otros torneos de la FUBB ni, mucho menos, otros deportes.

El protocolo especial en algún momento tenía previsto (o se propuso) jugar en el interior del país, más precisamente para escapar de Montevideo y minimizar riesgos de covid-19 desde todo punto de vista. Esa opción ya no corre: se jugará en la capital.

Será en Montevideo donde se aplicará un estricto concepto de burbuja: hotel-cancha-hotel, sin ninguna movilidad más que esa, donde cada equipo estará en un piso independiente y los jugadores estarán en habitaciones para dos personas. Habrá controles estrictos e hisopados para todos. Con las habitaciones para dos personas la estrategia es que, de haber un covid-19 positivo, la cuarentena arrastre sólo al compañero del infectado ‒algo que hizo la Conmebol, sin ir más lejos, y que también prevé la FIBA‒. Como se trata de una medida excepcional, falta el visto bueno de las autoridades sanitarias nacionales para que se pueda concretar.

El juego, al fin

Entonces, sí, todo lo que pasó en el Consejo de Clubes tiene más sentido. En la reunión se definió que las semifinales podrían retomarse a principios de febrero, el 8 o el 11, dependiendo de si Aguada decide jugar la Champions League.

Otra de las novedades fue que no se podrá cambiar las fichas extranjeras, petición que había sido formulada por Urunday. Todos los foráneos que ya estaban en los cuatro equipos y que tengan contrato laboral podrán vestirse para las definiciones.

Además, el Consejo ratificó la decisión de los neutrales de la FUBB y la serie entre Aguada y Nacional quedó 1-1.