El 23 y 24 de octubre se llevó a cabo el primer campeonato de kickingball entre Uruguay y Argentina. Las uruguayas ganaron cinco de los siete partidos, vencieron a Artemisas 12-0, a Las Fénix 5-4, a Las Cobras 7-4, a Coterráneas 7-6 y a Roraima 11 a 3.

Desde Uruguay viajaron 15 de las 21 Jugadoras venezolanas que integran Relámpagos, el equipo uruguayo de kickingball que existe desde 2019.

El juego

El kickingball es un deporte femenino, nuevo en Uruguay. Es una fusión entre béisbol y fútbol: se rige por las reglas del béisbol pero la pelota se patea en lugar de batearla. Cada equipo tiene diez integrantes. El juego consiste en hacer rodar el balón por el campo de juego hacia el terreno considerado válido, recorriendo las tres almohadillas (bases) en sentido contrario al de las agujas del reloj hasta llegar a la placa circular desde donde se pateó, para anotar un tanto llamado “carrera”. Un equipo está en la defensiva cuando está en el terreno de juego, mientras que el otro está en la ofensiva utilizando su turno de pateo. El equipo que haga más carreras gana. Se rige por el Reglamento Oficial de Kickingball y los partidos están bajo la jurisdicción de uno o más árbitros.

Es originario de Estados Unidos, se creó durante la Segunda Guerra Mundial y en Venezuela se practica desde 1965, cuando se comenzó a jugar en todas las escuelas del país. Actualmente es un deporte que forma parte de las actividades curriculares de las escuelas, liceos y algunas universidades, y es el deporte femenino más popular de ese país.

Relámpagos es el único equipo que existe en Uruguay y se creó en 2019. Está conformado por mujeres de entre 15 y 36 años que buscaban encontrar la forma de sentirse cerca de su país. Se conectaron a través de las redes sociales y se reunieron por primera vez en el parque Rivera el 22 de diciembre de 2019. “Teníamos la necesidad de reencuentro, el equipo nace por nostalgia. Queríamos tener un pedacito de tierra cerca y a la vez divertirnos”, explicó una de las deportistas, Adriana Villamizar.

Actualmente entrenan en la plaza 12 del Municipio C, los martes y los sábados. La práctica es abierta a todas las mujeres que deseen participar.

Datos técnicos

El coach es el venezolano Luis Daniel Martínez. Comenzó a interesarse por este deporte a los 14 años, cuando pidió a los encargados deportivos de su colegio ser el entrenador de toda la escuela. Estuvo a prueba un año y a sus 15 años logró ser el entrenador de todas las clases; era retribuido con una beca, por lo que no tenía que abonar sus estudios.

A los 17 años invitaron a su categoría más grande a un torneo de mayores, sin límite de edad y con un nivel muy fuerte: eran colegio y competían contra universidades. Salieron campeones y de allí Martínez pasó a la selección nacional. Desde entonces dejó de ser un hobby para él y se convirtió en un trabajo formal; por seis años fue entrenador de la selección nacional y viajó con todas las categorías, obteniendo diversos logros.

Por asuntos personales emigró a Uruguay hace 12 años y siempre tuvo el sueño de seguir entrenando este deporte.

Tras su llegada a Uruguay, intentó crear un equipo, pero no logró reunir la cantidad necesaria de mujeres. En 2019 una jugadora venezolana que vive en Argentina le consultó si conocía al equipo de kickingball uruguayo y gracias a ese contacto logró comunicarse con el grupo; tres meses después de la creación del conjunto, se unió a él. Con su llegada el equipo se potenció y comenzó a tener más disciplina.

“En la pandemia dedicó muchas horas a darnos clases sobre el reglamento y las estrategias de jugadas, con mucho empeño y sacrificio por la continuidad de este equipo en Uruguay”, sostuvo Villamizar.

A mediados de 2020, con un equipo ya establecido, se creó la Federación Internacional de Kickingball, que antes de este hito solamente estaba registrado a nivel federativo en Venezuela. A raíz de la gran cantidad de personas que emigraron, comenzaron a crearse federaciones en todos los países; actualmente hay más de 40 y llegaron a un acuerdo para participar en los próximos Juegos Olímpicos. A raíz de esa novedad surgieron varias instancias de competencia internacional, una de ellas se desarrollará en Colombia en julio de 2022.

El entrenador tenía tres objetivos a corto, mediano y largo plazo. En primer lugar, instalar un equipo que sea ícono, lo que ya se logró porque Relámpagos es conocido a nivel nacional e internacional. Por otro lado, ir a un torneo, lo que se concretó el fin de semana. Por último, representar a Uruguay en el torneo de Colombia en 2022.

“El kickingball es un deporte para y por las mujeres que va a lograr un auge. Chile, por ejemplo, tiene una liga en la que participan más de 25 equipos, con 400 atletas. Uruguay es un país chico, no hay entrenadores y yo en vez de tener varios equipos prefiero tener uno solo y bien consolidado, que viaje”, explicó Martínez.

“La idea principal ahora es lograr la aceptación del Comité Olímpico Uruguayo y que la Secretaría Nacional de Deporte nos coloque como de interés nacional, lo que nos permitiría ir a los colegios y lograr que las mujeres uruguayas conozcan y les interese este deporte”, agregó.

En 2020 se incorporó a la Asociación Internacional de Fútbol Sala, pero todavía no cuentan con ningún apoyo estatal ni de patrocinadores. Otro de los objetivos del grupo es crear una escuela para niñas, ya que existe en Uruguay una escuela de baby béisbol.

El debut

El 23 y el 24 de octubre Relámpagos Kickingball Club se enfrentó en una jornada extensa contra diferentes equipos en Argentina. El campeonato empezó el 17 de octubre y es una Liga Oficial de Kickingball compuesta por seis equipos que disputarán siete juegos cada uno. Seis son de Buenos Aires: Cobras, Jacarandá, Guerreras, Roraima, Las Fénix y Vikingas, a los que se suma uno de La Plata: Artemisas. Fue una ronda eliminatoria y las finales se disputarán en diciembre.

Relámpagos estuvo presente solamente durante el fin de semana debido a asuntos laborales de las jugadoras, por lo que en dos días debieron jugar siete partidos. Debían ganar cinco como mínimo para clasificarse y lo lograron; ahora toca volver en diciembre, cuando nuevamente llevarán a cabo una jornada exprés colmada de partidos.

El objetivo que tenían con la participación en este torneo fue consolidarse como el equipo que representa a Uruguay oficialmente en este deporte a nivel internacional, además de competir por primera vez contra otras mujeres, porque sólo habían disputado amistosos con varones que practican softball, un deporte diferente, en el que se batea.

En cuanto a lo deportivo, van por la copa. “Queremos dejar a Uruguay en lo más alto, además de adquirir y vivir la experiencia de estar en una competencia compartiendo la pasión por el kickingball con nuestras coterráneas en tierras extranjeras”, sostuvo la capitana Paola Guzmán. Por otro lado, buscan “hacer que la disciplina sea conocida en todo el país, llevándola a escuelas y liceos”, agregó Guzmán.

El equipo llevó a cabo diversas actividades en los últimos meses para recaudar los fondos necesarios para el viaje, y recibió donaciones. Se las puede conocer, contactar y apoyar a través de la página de Instagram @relampagoskickingballclub.