Una de las medidas tomadas por el Poder Ejecutivo el 23 de marzo “para disminuir la movilidad y el ritmo de contagio del Covid-19” fue el cierre de clubes, gimnasios y la suspensión de las prácticas de deporte amateur. Esta decisión ya se tomó en dos ocasiones anteriores, por lo que el sector se encuentra muy afectado.

Los clubes reaccionaron automáticamente ante la crisis sanitaria y crearon protocolos seguros: pasaron a entrenar al aire libre, transformaron los espacios cambiando la locación de las actividades que se hacían en espacios cerrados o reducidos, establecieron aforo, cerraron vestuarios, intensificaron las rutinas de limpieza y desinfección, entre otras. De esta manera lograron crear un espacio seguro para trabajar, lo que quedó demostrado en el hecho de que no se detectaron focos de contagio, más allá de casos individuales.

La preocupación de las autoridades de los distintos clubes se centraliza en la situación de sus funcionarios. Todas estas instituciones deportivas, que son grandes fuentes laborales, debieron enviar a buena parte del personal al seguro de paro. La problemática económica se volvió extrema debido a la creciente reducción en el número de socios. Además, existe una inquietud que abarca a toda la sociedad: los establecimientos deportivos son centros promotores de salud.

El 26 de marzo un grupo de clubes envió una comunicación que tuvo como destinatarios a Carlos Varela, presidente de la Comisión Especial de Deportes de la Cámara de Representantes, al secretario nacional del Deporte, Sebastian Bauzá, y a la Comisión de Deportes de la Cámara de Senadores. Plantean un pedido de apoyo económico que consiste en la ampliación del mecanismo de garantía SIGA, “para que podamos obtener nuevo financiamiento bancario y mitigar el fuerte impacto sobre la liquidez que cuestiona nuestra existencia”. Además, quieren tener la posibilidad de aplicar “a los subsidios al Fondo Covid como asistencia por 120 días”. Por último, buscan la “exoneración de IVA compras durante 180 días y la devolución de IVA compras durante 180 días”.

Los clubes firmantes son la Asociación Cristiana de Jóvenes, Club Minas, Asociación Hebraica y Macabi, Club Náutico, Club Banco de Previsión Social, Club Social y Deportivo Sayago, Club Banco República, Club Atlético Tabaré, Club de Tenis El Pinar, Club Unión Atlética, Club Juventus, Club Urunday Universitario, Club 25 de Agosto, Defensor Sporting Club, Club Manatí y Club Malvín.

“Somos entidades de capital social, organizaciones sin fines de lucro que se construyeron a base de aportes solidarios hace muchos años, pero hoy en día nuestros clubes se sostienen con el aporte de los socios a través de la cuota mensual. El padrón social de nuestros clubes disminuyó fuertemente en la primera etapa de la pandemia y, con graves dificultades, hemos hecho los mayores esfuerzos para poder sostener las unidades económicas. Un nuevo impacto en la masa de socios es el golpe definitivo para cuestionar nuestra sostenibilidad económica y, por ende, nuestra existencia”, expresan en el documento.

Carlos Varela respondió la comunicación poniéndose a disposición para generar una reunión. Esta semana definirán cómo procesar un encuentro con la Cámara de Diputados. Ayer, lunes, hubo una reunión de la Coordinación Multipartidaria en el Parlamento, en la Cámara de Diputados, para ver cómo sigue el funcionamiento de la cámara. De eso depende la reunión de la Comisión Especial de Deporte con los clubes. “Apenas podamos, vamos a realizarla; esta semana no estaba prevista en la agenda una visita de los clubes sino de una delegación de una asociación del interior correspondiente al rally. Dadas las circunstancias sanitarias que se están dando hasta el viernes 12, decidimos suspender las sesiones de la comisión. Luego vamos a evaluar cómo seguimos, pero apenas se retome el trabajo normal vamos a recibir a los clubes para analizar la situación que están viviendo”, dijo Varela a Garra.

Ferrari también contestó afirmativamente para convocar una reunión virtual. “Hemos tenido reuniones con la Cámara Uruguaya de Gimnasios y Afines, así como con varias instituciones deportivas de la Cámara de Instituciones Deportivas del Uruguay. Contacto hemos tenido con todos y, con gestiones ante UTE y OSE, hemos obtenido la exoneración del cargo fijo de ambos. Estas medidas van a seguir hasta fines de setiembre, y estamos tratando de procurar algún otro beneficio, además de los generales y comunes que tiene el BPS [Banco de Previsión Social], pero hasta que no tengamos novedades preferimos no generar expectativas”, dijo el subsecretario del Deporte a Garra, y remarcó que se está “trabajando permanentemente” y “en contacto con todos los agentes del deporte”.

Promotores de salud

Como vocero de los clubes firmó la comunicación Luis Camargo, el presidente del Club Banco República. A modo de ejemplo, este club perdió aproximadamente 25% de los socios. Si bien se reinventaron y siguieron dando clases de forma virtual, por lo que no mandaron al seguro de paro a todo el personal, desde el punto de vista económico la afectación es grande.

“En nuestro caso bajamos a la tercera parte las entradas de dinero. Como hicimos clases por Zoom mandamos gente al seguro de paro y equilibramos, pero mes a mes estamos contando el dinero para estar al día con los funcionarios, que, dicho sea de paso, están colaborando muy bien con nosotros. Todos los días estamos hablando con ellos sobre lo que puede llegar a suceder, en cualquier momento no va a alcanzar para pagar los salarios”, explicó Camargo sobre la complicada situación.

El Club Banco República tiene 160 funcionarios y llegó a trabajar solamente con cinco o seis de ellos cuando comenzó la pandemia. El reintegro era progresivo pero a buen ritmo. “Antes de este tercer envión, nos faltaba reintegrar a 10%, pero este último cierre nos mató”, resaltó el presidente del club. “Necesitamos una entrevista para salvarnos y reconvertirnos, lo que nos mata es la incertidumbre”, agregó.

Los clubes deportivos son esenciales en el entramado social, y Camargo valoró que existen “circunstancias tremendas” producidas por el cierre de los establecimientos, por su importancia para la salud pública. “Nosotros logramos tener un buen protocolo, que ha dado mucho resultado, y creemos que los clubes son lugares donde se puede atender la salud de las personas”. De todas formas, sus representantes entienden que en momentos álgidos, estas determinaciones son inminentes. “El tema es que con estas medidas los clubes entramos en rojo. Algunos ya tienen muchas deudas y hay que ver cómo reiniciar”, remarcó el vocero del grupo, quien recordó que el mayor peso “cae en la espalda de los trabajadores”. “Nuestra idea no es pedirle ayuda económica al gobierno, es brindar salud. Lo que más queremos es poder trabajar, pero, como no podemos hacerlo, tenemos que hacer estos reclamos. Podemos alinearnos y transformarnos en socios de la lucha contra esta pandemia”, concluyó.