La lluvia, que llegó media hora antes del inicio de la carrera, le agregó acción a un Gran Premio que ya prometía un duelo entre Lewis Hamilton y Max Verstappen. El neerlandés prevaleció, a pesar de las cambiantes condiciones climáticas, y el actual campeón logró llegar segundo gracias a su talento y una buena dosis de suerte, que le permitieron remontar un error grave.

El sábado Hamilton había sorprendido a unos cuantos cuando se hizo con la pole position, puesto que hasta entonces no había estado cerca de la punta en las sesiones de entrenamiento. Pero ya se sabía que el domingo no la iba a tener fácil, porque partía rodeado de los Red Bull de Sergio Pérez y Verstappen, que, para complicarlo más, iban a salir con distintas configuraciones de neumáticos, como para cubrir todos los escenarios posibles. Mientras tanto, Valtteri Bottas, el “escudero” de Hamilton, partía desde la octava posición, es decir, demasiado lejos de la punta como para intervenir en el juego táctico entre equipos.

La lluvia del domingo barrió todas esas previsiones estratégicas. Vestappen se hizo de la punta en la primera curva -en la chicana de Tamburello, que sustituye a la curva donde perdió la vida Ayrton Senna- y dio una nueva clase de manejo en piso húmedo, hasta que la pista comenzó a secarse.

Entonces, Hamilton comenzó a acercarse al neerlandés, hasta que cometió un error en apariencia amateur mientras superaba a coches rezagados: no sólo se salió de la pista, sino que dañó su auto en lo que pareció un problema para distinguir la “marcha atrás”.

Max Verstappen, del equipo Red Bull, seguido de Lewis Hamilton, del equipo  Mercedes, durante el Gran Premio Emilia Romagna, en Ímola, Italia.

Max Verstappen, del equipo Red Bull, seguido de Lewis Hamilton, del equipo Mercedes, durante el Gran Premio Emilia Romagna, en Ímola, Italia.

Foto: Miguel Medina, AFP.

El británico, sin embargo, tuvo un toque de buena suerte. Metros delante, Bottas, que seguía desdibujándose, colisionó con George Russell (justamente, el hombre que todos indican como su sustituto), con lo que se produjo un desparramo -aunque sin consecuencias para los pilotos- que obligó a la suspensión de la carrera. Ello posibilitó que Hamilton pudiera hacer los arreglos que su auto necesitaba sin perder muchas posiciones ni distancia respecto del primero.

Tras la relargada, Hamilton comenzó a remontar posiciones hasta recuperar el segundo lugar. Detrás de él llegó su coterráneo Lando Norris, que corrió una carrera brillante y confirmó a McLaren como la tercera fuerza en la lucha de equipos, detrás de Mercedes y Red Bull.

Un poco más atrás llegaron las Ferrari de Charles Leclerc y Carlos Sainz. Tras un desastroso 2020, el resultado produjo alivio en el equipo italiano, en un trazado que está a apenas 70 kilómetros de su fábrica.

Daniel Ricciardo (McLaren), Pierre Gasly (AlphaTauri), Lance Stroll (Aston Martin), Esteban Ocon y el restituido Fernando Alonso (ambos con Alpine) cerraron la decena que recibió puntos en el Grand Prix Made in Italy and Emilia Romagna (tal fue el nombre completo del evento).

Como Hamilton hizo la vuelta más rápida hacia el final de la carrera, cuando venía en plan reducción de daños, cosechó un punto extra. Es la unidad que ahora lo diferencia en la tabla anual de Verstappen: el marcador indica 44 a 43. Claro que esta fue sólo la segunda carrera de un campeonato que tendrá entre 20 y 22.