Suiza derrotó 10 a 1 a Uruguay en el partido de los cuartos de final del Mundial de Rusia de fútbol playa, y por tanto eliminó a los celestes de la competición. Uruguay no pudo con el potente equipo suizo. Apenas por unos minutos de la primera parte el partido fue parejo en el marcador, y aunque en principio no había ninguna superioridad manifiesta, el desbalance primero se tradujo en goles, pero después se vio en todos los aspectos del juego sobre las arenas del estadio montado en el complejo olímpico Luzhnikí, recordado por el último Mundial de fútbol, en 2018.

Realmente Uruguay poco pudo hacer ante un rival que jugó un partido colectiva e individualmente a la perfección, con futbolistas destacadísimos como su arquero Eliott Monoud y los delanteros Glenn Hodel y Dejan Stanković.

Fue muy complicado el primer tiempo para Uruguay. La dificultad mayor no estuvo en el juego, que sobre la arena moscovita se veía equilibrado, sino en los tres casi imprevistos goles –de Noel Ott, Philipp Borer, y Tobías Steinemann– con las que Suiza, en menos de ocho minutos, se puso 3 a 0. Ott abrió el score, Borer aumentó de tiro libre y Steinemann puso el tercero. El sistema de juego de los europeos suponía, por momentos, una variable de riesgo para los uruguayos, dado que en muchas instancias dejaban a un futbolista arriba que no se replegaba y permitía rápidas transiciones con ventaja.

Como en el partido contra Portugal, aunque en este caso lidiando con tres goles de desventaja, Uruguay siguió tratando de construir su partido, buscando un escenario propicio para descontar y equilibrar la competencia. Fue así como Nicolás Bella pudo aprovechar la única falta medianamente cercana y puso el 1 a 3.

En la segunda parte llegó el inesperado derrumbe, acompañado por una brillante exposición del quinteto suizo. Después de un comienzo tranquilo, como para que pasara el segundo chico, encendieron la maquinaria y a pura calidad de juego, con una excepcional tarea de Glenn Hodel, se llevaron el partido. Cuatro goles anotaron los europeos, cuyo brillante arquero hizo doble diferencia con sus atajadas impecables y con su juego con los pies, de gran técnica, con lo que se habilitaba un futbolista más en la construcción del juego.

A partir de dos cabezazos y una chilena de Hodel, el jugador del partido, y uno de penal, de Borer, empezó la demolición; después de 24 minutos de juego cronometrado, el partido estaba 7 a 1.

Arena gruesa

A diferencia de la mayoría de los partidos, ya en el segundo chico parecía todo resuelto, porque revertir una ventaja de seis goles en la arena en apenas 12 minutos no parece fácil nunca, y menos ante un equipo que estaba tan fino.

En el tercer chico Uruguay intentó achicar, construir un inverosímil basamento para intentar la hazaña, pero no pudo. No hubo forma. Un nuevo gol de chilena de Hodel, uno del goleador del campeonato el potentísimo Stanković, y hasta un gol en contra de Bella, cuando ya estaba Felipe Fernández en su debut mundialista en el arco, sellaron el 10 a 1.

Los suizos avanzaron a las semifinales y se enfrentarán a la selección local, Rusia, que venció a España por 4-2. Por otro lado, Japón -que venció a Tahití 5-4 en alargue- enfrentará a Senegal, que se metió en esa instancia decisiva al eliminar al equipo con más campeonatos en la historia de los mundiales, Brasil, al que derrotó, también en el alargue, 5-4.

Cuartos de final - 26/8
Senegal 5-4 Brasil
Suiza 10-1 Uruguay
Tahití 4-5 Japón
Rusia 4-2 España

Semifinales - 28/8
12.00 Rusia-Suiza
13.30 Japón-Senegal

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